IX ''Cinco Guerreros. Dos Demonios''

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Los ángeles observaban atentos cada fragmento del universo, de la tierra y de cada ser que se moviera. Un brillante y cristalino estanque les mostraba una vista de las Regiones Celestes, donde los tambores de guerra parecían amedrentarse cada vez más; incluso a través de la acuática visión, oír aquel ruido infernal era horrible para los seres de luz. Llego la noticia de que las puertas negras habían sido cerradas, lo que significaba una gran cantidad de almas pecadoras y monstruos esparcidos por el mundo, vagando en libertad, en lugar de entrar al averno y ser juzgados. El mas joven de ellos miro las figuras que se movían en el agua, tramando, armándose para la guerra. Luego miro a su compañero, quien lo imitaba.
—¿Qué debemos hacer entonces? —preguntó, volviendo a mirar hacia las regiones bajas —, han tomado una decisión pero, no debería ser asunto nuestro, sin Lucifer no tendríamos problemas.

El mayor bajo la cabeza y guardo sus alas grisáceas.
—Nuestro padre sabe lo que hace. Lucifer fue designado para atormentar a los pecadores, sería mejor opción que el siga haciendo lo que hacía antes de la humana. No perturbes tu alma con esas preguntas, debemos actuar como se nos diga y sin cuestionar.
"Es ahora nuestro deber asegurar que el caído recupere su trono. Ese es el camino a su destino. Escucha, ya están preparándose los elegidos, no hay regreso."

El ángel más joven comenzó a caminar de un lado a otro, impaciente y terriblemente afectado por dichas palabras. No hacía más que revolverse el cabello rojizo con ansiedad; era consciente de que su compañero lo observaba con atención, pero hizo caso omiso a su mirada implacable. La visión en el estanque había desaparecido, solo quedaban chispas brillantes ocasionadas por los rayos del sol, y las ligeras ondas provocadas por hojas que caían de los arboles más cercanos.
—Akatriel, no me pidas que me quede en silencio cuando planean hacer algo tan insensato con nuestros hermanos —replicó, apretando los puños —. ¿Quieren enviarlos a una alianza infernal con el fin de una guerra aún más sangrienta, solo por el trono del mismo averno? ¿acaso olvidaste a tu amado hermano? Tú mismo lo enviaste allá abajo y lo perdiste. Raziel era uno de los mejores e incluso él fue corrompido por los demonios. No podemos permitir que nuestro padre envié mas de nosotros a morir en las llamas eternas.

—Ese destino lo eligió el mismo —atajó, bajando ambas cejas, y tensando los músculos del cuello —. El sucumbió ante ese asqueroso demonio. Dios perdone los pecados que cometió en ofensa nuestra. Todo se hará como se ha dispuesto.

—Nuestros únicos deberes eran proteger a los humanos y encontrar el libro Geheimnis.

—Tu único deber es obedecer cada orden que te den —. El ángel abrió sus enormes alas y con una ráfaga estruendosa se elevó en el aire por sobre el otro, exclamando:
—¡Tu único deber es no terminar como mi hermano!

Acto seguido, se alejó entre potentes aleteos hacia el palacio blanco, al norte del reino celestial.



-La habitación sellada-

El elfo, Lendhil, había puesto en sus manos el esperado objeto que podría llevarla a algunas respuestas. Nadie hubiese imaginado que podría ser tan simple; cuando bien podría ser un libro, un cetro o incluso una bola de cristal, pero no era así. Observó la llave dorada durante largo rato antes de decidirse; pensó incluso en olvidar todo aquello y arrojar el objeto metálico a un charco de ácido, solo que sus pensamientos y deseos de volver a aquel sitio eran más fuertes que su miedo a recordar. Quería respuestas y presentía que las encontraría tras las puertas selladas; en el cuarto piso del palacio, doblando por algunos pasillos escabrosos antes de dar con una enorme puerta de caoba negra. Cerró los ojos mientras trataba de imaginar los detalles con más profundidad, fue como si su espíritu saliese de su cuerpo y flotara por toda la estructura hasta dar con la entrada. Allí vería las cuatro cerraduras doradas antes de insertar las llaves, luego se abriría la puerta y...

Queens of HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora