KaylenRomán está de pie junto a tres pinturas de mármol, e inmediatamente sé que son suyas. Tienen esa sensación descarada, feliz y tonta. Pero, de nuevo, todo se siente un poco feliz y tonto, porque asalté el bar de mi padre justo antes de entrar al coche.
Sabía que de no hacerlo, no lo lograría. Los dos últimos días han sido agotadores, mientras trataba de hablar conmigo misma para venir y me paseaba por el pórtico cerrado en la noche, sin poder dormir. He estado viviendo por este momento, pero no ha sido fácil llegar hasta aquí.
-Liz-dice un hombre grande y que reconozco del sitio web ¿Max, creo? El que se parece a un Ángel del Infierno-. ¿Cómo has estado?
Mi madre le besa la mejilla, y mientras lo hace, los ojos de él se detienen en mí de una manera que me hace querer dar un paso atrás. -Max-ronronea-, he estado muy estresada últimamente, pero acabo de volver del spa me siento mucho mejor.
Su palma está en su espalda desnuda. -Te ves tan increíble como siempre -dice, sin dejar de mirarme-. ¿Esta es tu hermana?
Resoplo. ¿Puede ser más cursi? Mi madre me mira. Resoplar no es una buena actitud. -Esta es mi hija, Kaylen -dice ella-. Se está tomando un semestre libre de la universidad.
-Supongo que a veces, todos necesitamos un descanso -dice Max con una sonrisa. Toma mi mano y la levanta a sus labios, pero la arrebato antes de que pueda plantar un beso.
-Encantada de conocerte -le digo, cruzando los brazos sobre la cintura.
Se endereza y sonríe. -Se parece a ti, Liz. ¿Es tan talentosa como tú?
-Definitivamente no -le digo.
Mamá se alisa el pelo y me sonríe. En algún lugar, hay un dejo de preocupación maternal, pero sobre todo veo necesidad. Quiere ser amada, reconocida y admirada. No le gusta que esté aquí, pero no se animó a negarse. Después de todo, intentó sacarme de la casa durante semanas, por lo que la atrapé cuando le pedí venir esta noche. Si decía que no, perdería su punto. Ella no podía alegar que no trataba de mejorar.
Así que tomó otro rumbo. Durante todo el camino aquí en el coche, me habló de las aventuras de mi padre con detalles pavorosos, el momento en que entró en su oficina para encontrarlo con los pantalones en los tobillos y una secretaria de rodillas delante de él; el momento en que contestó el teléfono y oyó el gemido de una mujer en el fondo mientras que él le decía a mi mamá que no estaría en casa para la cena; el momento en que comprobó su correo electrónico y encontró fotos de una de los gestores de cuentas desnuda. Me golpeó en la cabeza con los detalles, los envolvió alrededor de mi cuello y los apretó muy fuerte. Ella quería que yo supiera que tenía derecho a ello, a Román, a su aventura. Ha sido tratada injustamente, y está encontrando su placer aquí. No dije una palabra.
Está por ahí, al otro lado de la habitación.
Mamá saluda a Román y le hace señas. Él todavía luce cansado, ojeroso y con arrugas alrededor de su boca. Espero que su mamá esté mejor, porque estaba tan destrozado por ella. No creo que estaría aquí si hubiera muerto o si estaría muy mal, pero es obvio que no ha tenido la oportunidad de descansar. Y le está dando una mirada a Max que nunca he visto antes, dura y fría.
Antes de que Román llegue a nosotros, es interceptado por dos mujeres. Mi mamá decide que está cansada de esperar y avanza para unirse a ellos, saludándolo efusivamente y besándole las mejillas como si estuviera marcando su territorio. Las otras mujeres se mueven más cerca de él, hablando y riendo, mientras mamá presiona el pecho contra el suyo mientras usa su pulgar para limpiar el lápiz labial de su piel. Este es Burki como siempre imaginé, con las mujeres encima él y con ganas de tocarlo. Una punzada de náuseas hace que la habitación se incline un poco, y doy un paso vacilante hacia un lado.
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Alas rotas a traves del cristal (Román Burki)
FanfictionSecuencia de por Amor al arte