Storm ; Wos

V E I N T I U N O

Lola; 

-¿Te gustó mi canción?- Me preguntó Wos al oído después de haber puesto su canción en Youtube. 

-Está bien- Mentí. Es una muy buena canción, pero quería ver su reacción.

-¿Sólo está bien?- Preguntó decepcionado. 

Hizo puchero y me intento calmar antes de comerle la boca de un chape. Me mira de arriba a abajo y yo asiento. 

-Ah- Responde. 

Se para del sillón en el que estaba dándome la espalda, me reí y lo abracé por la espalda. 

-Mentira, me encantó y tenés unas letras hermosas- Se volteó a mirarme después de que solté la verdad. -Sólo era una broma, me encantó posta- Confesé. 

Me abrazo por la cintura y yo enredé mis brazos por su cuello. Fue uno de esos abrazos cortos pero que te hacen flotar. 

Él me hace flotar. 

Y él me hizo estrellarme contra el suelo. 

Me dio un beso suave en la frente, cerré mis ojos por inercia. 

Llevamos hablándonos como antes desde aquel día en el que dormimos juntos, hace una semana o dos. 

Hablamos apenas despertamos y quedamos en llevarnos bien, además de que compartíamos grupo de amigos, y llevarnos mal sería un toque complicado. 

No me arrepiento de que hablemos otra vez, nos caemos re bien uno con el otro. Nos cagamos de risa siempre, y desde aquella vez no peleamos más. 

-¿En qué pensas?- Preguntó después de unos minutos de estar en un silencio cómodo para los dos. 

-En que hicimos bien en arreglarnos- Digo aún con los ojos cerrados, sintiendo sus caricias en mi pelo. 

-Cuando tenés razón, tenés razón- Expresó con una sonrisa. 

-¿Cuándo no tengo razón?- Elevé una ceja y con una sonrisa pícara. 

-No sé, vos sabrás. 

-No te hagas el pelotudo ahora- Le dije riendo. -¿Vas a ir al campamento ese que planean Marcos y Mauro?- Le pregunté cambiando de tema.  

Lombardo y Mansilla organizaron un campamento aprovechando el fin de semana que está perfecto como para una juntada. Van casi todos y las chicas también. 

Parece que se re pone, y estoy pronta para salir ya. 

-Obvio, se va a re poner ese campamento- Dijo emocionado y con un brillo especial en sus ojos azules. 

Muy pocas veces lo vi tan emocionado, pero vale la pena verlo tan feliz. Verlo así me hace querer dar saltitos de felicidad como una niña chiquita. 

-Y si, ¿cuándo no se ponen las juntadas que organiza Lombardo?- Pregunté sonriente. 

-Cuando no voy yo- Habló el pelotudo. Reí y le pegué un codazo. 

-Cada día más egocéntrico, eh- Le dije con una sonrisa que no se me borra más. 

Desde que volvimos a juntarnos él y yo a solas la sonrisa no se me borra, y tampoco sé porque estoy tan feliz.

Me pasó un mate, lo negué porque ya tomé suficiente a la tarde. Se sentó otra vez en el sillón dejando el mate encima de la mesa, me senté con él. Aprovechó y puso su cabeza en mis piernas.