V E I N T I S É I S

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Wos; 

Con Dani estábamos yendo hacia la casa donde la chica en cuestión me había dado para ir a su joda. No era partidario de las jodas en casa cheta, en realidad, ni siquiera había asistido a más de dos y en las dos la había pasado como el culo. 

Suspiré y cuando estábamos a dos cuadras, mi celular sonó en mi bolsillo trasero del jean. Lo saqué y vi que las notificaciones -además de las de insta- marcaban el nombre de "Cata". Rodé los ojos y con la cabeza negué. 

Hace banda no hablaba con ella, ni siquiera fui capaz de responder un mínimo mensaje de su parte. Fui un cobarde, si. Pero después del beso con Lola en el aeropuerto no pude volver a verla a la cara, encima de que nunca sentí esa fuerte conexión con ella, ni con nadie más que no haya sido Lola. 

Otra vez los pensamientos sobre ella me inundaban la mente y me obligaban a compararla con las demás y siempre llego a lo mismo; No hay dos como Lola, ni nunca lo habrán. Pueden gustarme, atraerme, incluso enamorarme, pero ninguna como ella. 

Ella siempre va a ser la primera, aunque me quiera o no lo haga. Aunque quiera a Paulo y a mi no, y aunque tenga otro novio que no sea yo. Ella siempre va a ser la primera. 

-¿En qué pensas tanto?- Preguntó mi amigo a mi lado. 

Yo elevé los hombros pero era claro en que pensaba, y él especialmente lo sabía más que nadie, ya que me bancó más veces de lo que querría. 

Él me miró sospechoso pero no insistió, le agradecí mentalmente mientras íbamos caminando hacia la casa y al ver al frente, me di cuenta que quedaba menos de una cuadra. 

Habían un montón de autos parados afuera de la casa, la gente entraba y salía. Esto explotaba más que las fiestas del duko, eso me hacía poner nervioso. 

En mi mente no paraba de repetir e imaginar la gran cantidad de gente que habría adentro de la casa, apenas al imaginarlo ya sentía mi respiración cortarse y la sensación de asfixio. 

-Fua, 'ta pesado el ambiente, ¿eh?- Dije nervioso. 

Mi mejor amigo rió y asintió con la cabeza dándome la razón. Dani agarró mejor la botella de vodka y yo me afirmé mejor a la botella de fernet, los dos caminamos con paso seguro hasta el portón que casualmente se encontraba abierto. 

Caminamos el camino típico de casa de chetos hasta llegar a la puerta principal. Habían pibas con vasos de vodka y jugo, supongo, en la mano. 

Tocamos el timbre porque no estábamos seguros de entrar así nomas, pero como era de esperarse nadie abrió la puerta, por lo tanto, Dani abrió por su cuenta y entramos. 

Había pila de gente bailando, más de las que había imaginado. El salón estaba repleto de gente bailando una canción de reggaeton, bastante movida. En lo que supongo es la cocina, habían pibes haciendo sus "tragos especiales". Suspiré con cansancio al ver que por ninguna parte había siquiera vino y me agradezco mentalmente haber traído el fernet, porque acá ni había. 

Examiné mejor el ambiente y si, habían pibas lindas pero nada que llamara mi atención de sobremanera, sólo las típicas chetas que son lindas pero al hablar la cagan, y mucho. 

Cuando miro las escaleras infaltables en una casa como esta, vi como una piba bajaba. Tardé en darme cuenta que era la misma que me invitó a venir hoy a la tarde, la que me encontré en la plaza mientas caminaba al estudio. 

La saludé con la mano y ella sonrió, mostrando sus completamente blancos y en fila. Sonreí nervioso sin mostrar mis dientes, ya que estaba lo suficiente fuera de mi sitio como para sonreír plenamente. 

No me sentía bien acá, quería mi casa, mis fiestas, mi fernet, mi vino. Quería estar en mi zona, no acá en donde claramente no pertenezco. 

Ella se acercó segura hasta nosotros, primero saludó a Dani con un beso en el cachete y después a mi, con un beso más cerca de mis labios. Le devolví el beso y ella comenzó a hablar de la gran cantidad de personas que estaban acá, que no esperaba a tantas. 

-Y la verdad es que está lleno, y yo que pensaba que las del duki eran explotadas al cien- Rió Dani. 

Asentí dándole la razón, ya que yo también pensaba lo mismo. Siempre creí que las del duki eran explotadas, con por lo menos 150 personas, pero no. Me equivoqué fuerte, las de chetos explotan un doble porciento más. 

-Estas siempre explotan, lo que tiene ser cheto supongo, aunque siendo sincera, nunca había hecho una así- Rió incómoda mientras que un grupo de chicas comenzaban a acercarse a nosotros, cautelosas. 

Rodé los ojos al darme cuenta de lo que pasaba. Ellas nos habían reconocido.

-Wos, una foto- Pidió una, asentí con una sonrisa para no parecer un caprichoso famosito de por ahí. 

Me saqué la foto con ella y se fueron todas juntas, a una esquina y desde ahí parecían gritar como locas y pasaban mirando hacia mi dirección, logrando ponerme incómodo.

Dani me miraba con una mirada divertido, mientras que terminaba de sacarse la foto con una piba que también lo reconoció a él. Vi como Dani intentaba chamuyarla, me reí internamente mientras que ellos hablaban entre si. 

Surrealista. 

La chica que anteriormente estaba hablando con nosotros y también anfitriona de la fiesta, me miró y dijo sin vergüenza: 

-¿Queres ir a afuera?- Asentí. 

Seguí sus pasos hacia un patio hermoso, como toda la casa en general. Los miles de arboles decoraban gran parte del patio, como también las flores y una piscina. En una esquina habían varias plantaciones, logrando que sonriera y no entendí el porque. 

-Mis papás están obsesionados con plantar y cultivar sus propios alimentos, como la lechuga y todas esas cosas- Explicó al verme observar todo su patio con concentración. 

Asentí entendiendo su punto. Los dos paramos en la piscina, nos sentamos y ella se descalzó. Al principio no entendía que quería hacer, pero terminé por entenderlo cuando metió sus pies dentro del agua, que por cierto parecía estar helada pero su expresión no cambió en ningún momento. 

Imité sus acciones y también me descalcé, con la gran diferencia que al meter los pies, me quejé por el frío. Estaba helado, en cualquier momento me transformaba en un cubito de hielo, estoy seguro. 

Ella me miró y se rió. También reí, me acomodé mejor apoyando mis dos manos atrás de mi. La miré con atención, esperando que dijera algo, pero no fui capaz de darme cuenta que ella se estaba acercando a mi, demasiado. 

No puedo explicar como ni cuando los dos terminamos chapando en el pasto de su patio, mientras que una fiesta transcurría. 

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MMMM pedorro. 


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Storm ; WosWhere stories live. Discover now