T R E I N T A Y U N O

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Lola; 

Creo que el rubio que está acostado a mi lado como los últimos tres meses, está haciéndome completamente feliz, aunque no voy a negar que aún sigo mezclada con mis sentimientos por el morocho, pero ya nada puede hacerme cambiar de decisión. 

En una semana me voy para Buenos Aires de nuevo.

Aclaro mi mente, paso tiempo con mi familia, termino la facultad y vuelvo a donde debería estar; Al lado de Paulo. 

Él lo entendió.

Giré todo mi cuerpo y quedé cara a cara con Paulo, él me mira con sus ojitos medios dormidos, yo sólo puedo sonreír con ternura. Paulo tiene una gira pendiente que tiene que hacer, yo mientras debería estar haciendo mi maleta, como él también la suya, pero preferimos acostarnos, pasar el mayor tiempo posible juntos y dejarlo para último momento. 

Él toma el avión para España, ya que allá tendría un concierto en unas semanas. No puedo negar que lo extrañaré, en todo el tiempo que llevamos juntos lo logré querer más de lo que creía. 

Perderlo me dolería pero más me dolería perderme a mi misma, por eso tomaré un tiempo, aclararé mi mente y volveré. 

Paulo por hoy, mañana y quizás en meses será mi lugar en el mundo porque estuvo ahí cuando yo me estaba cayendo a pedazos pero aún así, cuando lo miro a los ojos no puedo evitar pensar en Valentín y sentir que aquella sensación jamás volverá.

-Lola- Su tono cordobés volvió a hacerme sonreír como siempre. Tengo una pequeña debilidad por ese lado suyo. -Sabes que te voy a extrañar una banda, ¿no?

Yo asentí sonriendo de a poco, acercándome a su cuerpo para esconderme en su pecho y en su cuello. 

Respiré tan profundamente que seguramente pensó que estaba quedándome sin aire. Él acarició mi pelo con los dedos, peinandolo, haciéndole trenzas chiquitas. 

Estos son los momentos que disfruto estando con él. Es como si me diera la paz que necesito para mantenerme estable en mi situación sentimental y más que nada, me hace encontrar mi estabilidad mental. 

Sin él estaría tirada en cualquier parte de Córdoba, con mi fernet e imaginándome una vida solitaria y sin nada de emoción. 

-Gracias- Susurré en su cuello, lo sentí estremecerse debajo de mí. 

Sonreí como si fuera la primera vez que pasaba. ¿Dije que es una cosita tan tierna? Porque lo es. 

-¿Por qué?- Preguntó agarrando mi mentón para elevarlo, haciendo que nuestras miradas se encuentren. 

-Me salvaste de muchas cosas, Lolo- Sé que ese apodo le hizo feliz. Hace mucho tiempo no lo nombraba así, desde que Valentín volvió a mi vida ya no nombraba a Paulo de la misma manera que antes lo hacía. 

Valentín hizo que mi vida diera un giro y volviera a la misma situación que se encontraba dos años atrás. 

-¿Hoy 'tas tierna, Lolita?- Me acarició los cachetes, yo por inercia cerré los ojos. 

-Como no estarlo si te tengo al lado, Lolito- Reí por lo bajó. 

Él entrecerró los ojos, algo estaba planeando. Sé notaba en su media sonrisa y en la forma que está mirándome. 

En unos segundos, mi cuerpo estaba debajo del suyo, sufriendo sus cosquillas. Él literalmente había agarrado mi cuerpo y me tiró a la cama, escondiéndose en mi cuello mientras que sus manos están en mi cintura, provocando unas cosquillas que me hacen moverme inquieta por todos lados. Él sabe perfectamente que tengo cosquillas en todo mi cuerpo y lo aprovecha.

Mis risas resonaron por toda la pieza, el sol entra por la ventana y seguramente sea una imagen linda; Ambos riendo, con la luz del sol chocando en nuestros cuerpos y esta posición. 

-¡Soltame, dale Lolo!- Grité entre risas, el aire ya comienza a faltar.

Él negó, yo agarré su pelo y lo cinché, sin hacer demasiada fuerza para no hacerle mal. 

Eso fue como una caricia para él, ya que siguió con todas las cosquillas por mi cuerpo. 

-Deci la palabra mágica- Su voz autoritaria y con una seriedad mezclada con diversión me hizo reír, además de sus cosquillas. 

-¿Cogemos?- Él rió abiertamente. 

Dejó las cosquillas pero ahora estaba atacando mi cuello. Se sentía bien, sí. En un momento ya me tenía casi a sus pies, Paulo sabía perfectamente en donde me provocaba y me hacía temblar, así que atacó en ese lado. 

Enredé mis piernas en su cintura, mis manos se movieron hasta su pelo rubio y mis dedos jugaron con sus rulos chiquitos. 

-¿Segura, Lo?- Preguntó con la voz entrecortada, sé que quiere esto más que yo. 

-Paulo, esta semana hemos cogido más de 7 veces, ¿y me preguntas si estoy segura?- Reí ante la situación. 

Él elevó una ceja, sonrió y sin previo aviso me sacó "mi" camiseta, en realidad era suya pero la he usado tanto tiempo que ya pasa a ser mía. 

No tenía siquiera un brassier debajo, así que quedé en ropa interior simplemente. 

Paulo se acercó a mi oído, mordiendo mi lóbulo para luego susurrar: 

-Te quiero tanto, Lola- Yo asentí, dejándole saber que también lo quería. 

Para que no quedaran dudas, tomé su cara con ambas de mis manos y lo chapé. Sí, hemos cogido, muchas veces pero siento que esta vez será diferente, que nos haremos sentir el uno con el otro. 

¿Muy cursi? Tal vez lo era, pero siendo sincera, Paulo saca una parte de mi que yo no conocía antes, bueno, con Valentín lo fui pero también fui muchas cosas que no quería ser.

No puedo pensar en Valentín ahora, así que me concentré en las caricias de Paulo.

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aaaaa perdón pero quería actualizar, así que este es una verga, ya se vendrán mejores espero0:( posta perdon


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⏰ Last updated: Jun 08, 2020 ⏰

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Storm ; WosWhere stories live. Discover now