Q U I N C E

1K 43 14
                                    

-¿Qué pasó? Estaba hablando re normal con Dani y ustedes vienen a interrum...- No pude terminar de hablar cuando una de las chicas me interrumpió. 

-Valentín quiere hablar con vos, está re sacado- Dice María mirándome con cara de preocupación. 

-¿Qué viene a hablar el gil ese? Dios, me saca. Posta que me saca- Bufé. 

-Vas a hablar con él, ¿no?- Me pregunta Julieta. 

-No- Todas me miran como si quisieran matarme. -Boe, no sé- Expresé después de que tantas miradas lleguen a causarme miedo. 

-Si querés hablar con él nos decís y te hacemos gancho- Me guiña el ojo Sofía. 

-No chicas, si quiero hablar con él y si tengo ganas, lo voy a hacer yo. No es de mala onda, pero no quiero que me hagan gancho, yo arreglo las cosas por mi cuenta- Hablé con un tono medio severo, pero intenté arreglarlo con una sonrisa. 

-Bueno- Dijeron todas al mismo tiempo, se rieron y se fueron corriendo gritando "mariposa".

Dios, ¿quién me mandó a tener amigas tan pelotudas? Encima de que están todas re escabiadas. 

Entré de nuevo a la casa de Lombardo y me fui a donde daban escabio, lo peor es que los ratas estos te lo vendían. Todo gracias al macri, está cara la vida, hay que ganársela incluso vendiendo escabio en una joda en la casa del dios duki. 

Creo que también ya me pegó el fernet que tomé en la casa de Cazzu. 

-Loo- Estiró la letra "o" Ignacio, lo miré esperando que soltara lo que iba a decir, se quedó pensando y llegó a la conclusión de que tenía que irse, o hubiera preferido que se haya ido antes de ver como vomitaba todo lo que comió en el día. 

O en toda la vida. 

-¡Nacho, sos un asco!- Le grité, él se encogió de hombros y noté lo mal que está el pobre. 

Lo agarré como pude y me lo llevé colgando de mi hombro, pesaba un montón el pibito este. 

Lo tiré en una de las habitaciones que había en el piso de arriba, lo llevé hasta la cama como pude con él en el piso, no aguanto más el peso que tiene. 

-¿Necesitás ayuda?- Pregunta la voz ronca de Valentín, me volteo y lo veo recostado en el umbral de la puerta. 

-Sí, dale- Le dije sin más y él me ayudó a dejarlo en la cama. El pobre Ecko estaba casi inconsciente, aguantó la mitad del camino, la otra mitad se durmió o se desmayó. 

-Uh, lo que pesa- Se ríe Valentín y yo lo miro por unos minutos, me encojo de hombros y salgo de la habitación. 

Me siguió hasta donde fui yo, me tiene un poco harta ya. Y sé que es porque estoy media enojada con él por ignorarme como dos semanas. 

-¿Podés dejar de ignorarme?- Pregunta. 

-¿Yo te ignoro? ¿Yo? No digas bobadas, Valentín. Sabés perfectamente que vos me ignoraste a mi dos semanas, sin motivos además. Yo los tengo, así que no vengas a romper las bolas ahora, me tenés harta- Lo solté y le doy las gracias al querido Fernet con coca que me pegó durísimo, si no no hubiera podido decirle ni el cuarto. 

-No sé porque te ignoré. Perdoname, no sé. Pero posta, si te hice sentir mal, perdoname- Me dijo dándome la vuelta y agarrándome de la cintura. 

Nos miramos y juro que sentí esa electicidad recorrer todo mi cuerpo, sus ojos azules decían más que sus palabras y ahora están apagados, sé que no siente lo que dice. 

Como te conocí, Valentín. Pensar que me hiciste creer que me querías. Que boludo insensible sos, eh. 

-No te creo, cuando de verdad sientas ese perdón me hablás- Seré dura, pero no voy a dejarme boludear. 

Bajó la mirada y soltó su agarre en mi cintura, me fui lo antes que pude. Pedí un uber, necesito volver a casa y olvidarme un poco de ese chico. 

Lo estaba logrando hasta que sus ojos hicieron contacto con los míos. Sentí ese cosquilleo adueñarse de mi, causándome cosquillas en todo mi cuerpo, pero más en la panza; Todas se concentran ahí.

Desde mi última pareja no me he sentido así, y juré nunca más sentirme de tal manera, pero no sé como este chico lo logra, y también me da miedo saberlo. 

No te odio, pero todas esas cosas que me hiciste sentir, hoy están muertas. 

Llegué a mi departamento después de estar 15 minutos esperando al uber, que se equivocara de dirección y que encima me haga pagar 100 mangos por equivocación de él. Cada vez la gente está más rata. 

Me tiré en el sillón y prendí el televisor, me saqué mis zapatos, y la pollera junto con la blusa de arriba. Quedé completamente en ropa interior. 

Puse música al palo, me importa un carajo el vecino, la vecina y el resto de gente que vive en el edificio. Hoy estoy triste y todos necesitan saberlo. 

Desde vos no paré nunca de estar triste.

-Rebota, rebota. Así lo mueve esta bebota, se mira, me mira, transpira, respira. Me quiere y se nota que... -Canté la parte de Seven mientras que esperaba la otra parte para cantarla. Seguí cantado y me paré para intentar perrear, pero terminé cayendo al piso. 

Me paré como pude y fui hasta la heladera, ahí vi un fernet sin abrir y una birra. Tomé las dos botellas y me fui al sillón otra vez. 

Otra canción sonó, otra y otra. El timbre sonó por todo el departamento, fui con paja sabiendo que era el vecino. 

Abrí sin mirar antes y me encontré con un chico familiar y una chica más bajita al lado. 

-Uh, flaca, tapate- Se queja la mina, miro mi cuerpo y verga, estoy en ropa interior. 

Voy corriendo, me visto y me asomo otra vez a la puerta. 

¿Qué hacen dos tinchos acá? Miro otra vez sus caras, pero no me suenan. Me miran en silencio y estoy comenzando a desesperarme, no hablan, no nada. 

Me entra un poco de miedo, pero lo dejo pasar y cierro la puerta en la cara de los dos. ¿Para qué vienen si no van a decir nada? 

Pongo los ojos en blanco y vuelvo al sillón. Esta vez ni me gasto en desvestirme, ya no me quedan ganas, así que pongo alguna canción buena. 

"Ahora no" de FMK y Kodigo retumba en todo el departamento, sé que mis vecinos me deben de estar odiando ahora, pero el fernet junto a la birra me hacen pensar que todo me chupa un huevo. Pero su nombre todavía aparece en mis pensamientos. 

¿Qué me estás haciendo, Valentín? 

Me di cuenta que soy de oro, no hay forma de que me funda con bronce... 



Storm ; WosWhere stories live. Discover now