T R E C E

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Lola;

Ya era Martes, por lo tanto Paulo estaba a punto de irse para realizar su gira internacional. Estaba muy feliz por él, y además que ver su sonrisita de felicidad también me hacía feliz a mi.

Íbamos todos en el auto del Duki, él recién salía mañana a su gira y los demás ya se habían ido ayer. Era algo increíble que todos coincidieran en las giras, porque no pasaba comúnmente.

Yo mientras ellos no estuvieran me volvía a la casa de Paulo, pero por esta semana me quedaba en la mansión de Modo Diablo, en Buenos Aires. Había viajado a mi ciudad natal para principalmente visitar a mis padres y además Paulo había insistido mucho en que yo vaya a despedirlo al aeropuerto, por más que él supiera que yo odiaba las despedidas. Siempre lloraba como una pelotuda cuando me tenía que despedir de alguien, y llorar adelante de los demás no es algo que me agrade.

-Duki, ¿podes cambiar de canción?- Pregunté al escuchar que la radio reproducía "no me llores" de Lombardo.

Esa canción la escuchaba cuando estaba en mi mayor crisis existencial y no me gustaba escucharla, era como abrir una caja de recuerdos que no me gusta recordar.

-Si reina- Dijo cambiando a una de C.R.O.

Un chico bastante atractivo a mi parecer, pero era el novio de Cazzu y con ella no tengo una muy buena relación, aunque antes la teníamos, eso si. Suspiré al recordar a mi vieja amiga, extraño sus consejos pero para desgracia, ella era la nueva mejor amiga de Cata y por alguna razón, me odia.

Miré de reojo a Paulo, quien me miraba también y ambos sonreímos. Ese sólo gesto me hizo olvidarme de mis pensamientos anteriores y concentrarme en su sonrisa, y también en la forma que tenía de mirarme.

Me miraba como si no nos fuéramos a ver en mucho tiempo, algo que no me gustaba porque sabía que esa gira podía durar más de un mes, máximo. Suspiré de forma pesada y me acomodé sobre su pecho sin pedirle permiso.

Me abrazó casi al instante y me escondí en el hueco se cuello. Lo iba a extrañar y él lo sabe perfectamente.

-Llegamos tortolitos- Dijo Lombardo.

-¿Tortolitos?- Pregunté con una mínima risita. -Callate tonto

Él me miro por el espejo retrovisor y yo le eché la lengua. Él me devolvió el gesto y rodé los ojos, mostrándole mi dedo del medio.

Bajé del auto apoyándome en la mano que Paulo me estiraba, me reí y él también lo hizo. Me pasó su brazo por los hombros y así caminamos hasta la entrada del aeropuerto. Tenía en su otra mano la valija, Duki venía atrás hablando por teléfono con Iara.

Nos adentramos y al fijarme la hora en mi celular, me di cuenta que en diez minutos Paulo se iba. Me apegué más a su cuerpo y él apoyó su cabeza en la mía, dejando un beso en la misma cuando nos separamos.

-Te voy a extrañar- Le susurré parándome de puntitas para darle un beso en el cachete.

Él me sacaba unos centímetros y para hablarle al oído tenía que pararme de puntitas de pie, en algunas ocasiones.

-Yo te voy a extrañar más, lolita- Dijo con tristeza.

Lo abracé fuerte, oliendo su perfume. Respirando hondo y soltando todo el aire contenido. Él suspiró y yo comencé a llorar en silencio, haciendo que Paulo me pegara más a su cuerpo.

El rubio sabía lo muy poco fan que soy de las despedidas. Las odio desde que tuve que despedirme de Valentín, odio cada vez que alguien se iba, porque me recordaba a ese día. y ese sentimiento vuelve a renacer en mi.

¿Cuándo te voy a superar, Wos?

-Estimados pasajeros con destino a Las vegas, se le solicita que vaya abordando- Dijo la voz de una mujer por todos los parlantes del aeropuerto.

Tomé la cara de Paulo y la llené de besos, él sonreía con ternura y terminó dándome un abrazo. Se despegó de mi y saludó a Mauro con una sonrisa y su típico saludo.

-Nos vemos pronto, loli- Me miró ternura y agarró su maleta.

Comenzó a alejarse y mis lágrimas no paraban. Cada vez estaba más lejos, y no pude evitar gritarle cuando estaba a punto de subir:

-¡Te quiero, cordobés!- Todos me miraron como loca, pero sólo me importaba su mirada.

-¡Yo muchísimo más, porteña!- Sonreí secando mis lágrimas.

Desapareció y se subió al avión. Minutos después vi despejar ese avión con destino a Las Vegas, suspiré triste y duki me abrazó por los hombros.

Le sonreí con desgana y los dos nos encaminamos a la salida del aeropuerto. No hablamos casi nada y ya se tornaba incómodo pero aún así, los brazos de Lombardo me seguían abrazando.

(...)
Entré a la mansión de Modo Diablo y Neo fue el primero en aparecer. Fruncí el ceño, según por lo que tenía entendido, él iba a tener una gira hace unos días y no estaba acá, pero al parecer estaba equivocada.

Lo miré con una sonrisa y lo saludé con mi mano derecha, pero sus planes eran otros. Se acercó y me dio un beso en el cachete, apoyando ligeramente su mano en mi cintura, robándome un escalofrío.

-¿Cómo estás, linda?- Preguntó con una sonrisa en la cara.

Le devolví el gesto y cuando estaba por responder, la voz de un niño captó mi atención.

-Loli- Dijo con ternura.

Me di la vuelta y encontré a Bruno, el hijo de Ysy a, parado en el umbral de la puerta principal. Me acerqué y lo abracé.

Las muy pocas veces que vine a la mansión con Paulo, con Bruno pegué muy buena onda, además de que con el padre nos llevamos espectacular, por lo tanto a este niño lo quiero bastante.

-¡Bruno, pendejo! Dejá de correr así por la calle, ¿me escuchaste?- Gritó Alejo entrando a la mansión.

Me vio y su boca tocaba el piso, rodé los ojos y me acerqué a saludarlo. Él me abrazó y me reí, le pegué en el hombro y Ale se quejó.

-¿Y eso?- Preguntó.

-No insultes al pequeño- Le dije renegando.

Los dos se rieron y yo los miré enojada, suspiré y me metí en la cocina. Padre e hijo me siguieron, nos quedamos hablando entre los tres mientras que Neo algunas veces intervenía.

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neo la re pega con loli o na?
ah y la lola tenia interacciones con el duki y los de modo diablo mientras pasaba todo ese año y medio, me parece que no lo puse y fue un error mío, mala mía :(

Storm ; WosWhere stories live. Discover now