Miró el techo lleno de estrellas fluorescentes, suspiró preocupado. Se dió la vuelta para mirar a Ochako dormitar, la castaña tomó los dedos de Shoto y los entrelazó con los suyos, le dedicó una mirada neutral y después cerró los ojos.
—Me estresas —soltó al aire,— sueles ser tonta e ingenua, no quiero que te pase nada, por eso tengo que cuidarte.
—Gracias —susurró dulce con los ojos cerrados.
Todoroki hizo una mueca, mierda, estaba jodido.
A la mañana siguiente.
Después de una larga pelea logró que Uraraka optara por no ir por el loco de las explosiones. Pasaron al frente de la casa y continuaron en silencio hasta llegar al instituto.
¿Han escuchado ese dicho que salva vidas? Aquél que dice: si no puedes con el enemigo, únetele.
Y ahí estaba Shoto caminando detrás de Uraraka, quien buscaba enérgica al sujeto. Ya habían preguntado a la mitad de la escuela por Katsuki pero nadie sabía nada.—¿Bakugou?
La chica hizo memoria y después sonrió enérgica. —Él va en el salón de al lado.
—¡Gracias! —chilló Ochako saliendo de ahí rápido.
Miraron el salón y estaba vacío, se acercaron más y se detuvieron antes de cruzar el umbral.
—¿Ya no somos amigos? —dijo el sujeto.
—Nunca dije que lo fueras, lárgate.
Katsuki saltó por la ventana del aula. El chico se dió la vuelta y se quedó estático al ver a los dos.
Uraraka retrocedió, era aterrador en toda la extensión de la palabra. Todoroki analizó al sujeto.
Era de quién todos hablaban, Red, un problemático, siempre terminaba peleando a golpes con cualquiera, no hablaba con nadie más que con Denki de vez en cuando y apesar de sus buenas notas era temido mayormente por el aura que emitía.Su cabello negro caía sobre la cicatriz de su ojo, la mirada rojiza era penetrante.
Él cruzó de largo al lado de ellos.—¿Quién es? —susurró Ochako.
—Nadie.
Miraron por la ventana.
Buscaron por media hora, pero jamás lo encontraron.
¿Por qué? Era la palabra repetida miles de veces, capa sobre capa en la butaca de Katsuki, palabras talladas a navaja, tijeras, algunas veces con lapiceros y lápices.—Cariño.
Uraraka dió un salto, lo miró.
—¿Te encuentras bien? Ayer, no pasamos hoy por ti, pensamos que necesitabas un momento.—Mira, he hecho éste sobre ¿Te gusta, cariño? —el ceniza buscó en su mochila, sacó el sobre con miles de flores dibujadas, de colores blancos y amarillos. Ochako miró las vendas en sus manos. Tomó el sobre.
—Está muy lindo, cariño —dijo amable.
Todoroki no dijo nada, simplemente volvió a analizarlo. No había contestado la pregunta de Uraraka.
Todas esas voces en su cabeza se hacían más fuertes, miró el rostro de Ochako, ella miraba amigable el sobre, miraba cada flor y tenía una leve sonrisa.
Miró al bicolor, estaba sentado en la butaca detrás de la suya, mirando a la nada, recargado sobre sus brazos.—No entraste a todas tus clases —dijo mirándolo indiferente. —¿Por qué?
Uraraka le regaló una mirada molesta.
—Me perdí —gruñó.
Ochako se sorprendió—, ¿D-dónde?
—En el momento —bufó.
Los amigos se miraron.
—Vamos a casa —dijo Shoto levantándose. Bakugou gruñó mirándolo, actuaba como si él fuera mejor en todos los aspectos, con su semblante neutral y su mirada indiferente.
—Si, vámonos. Todos se han ido —lo apoyó Uraraka. —Toma, quedó muy lindo. —Le entregó el sobre.
Bakugou miró el sobre, las flores blancas son asquerosas, pero le gusta el color blanco.
Odia las mañanas, pero le gusta el sol. Odia colorear, pero le gustan todos los colores. Odia la lluvia, pero le gusta el aroma. La odia, pero la ama.Lo tomó, la explosión hizo a Shoto mirar hacia atrás rápido, el cual ya estaba saliendo por la puerta. El sobre cayó al suelo en cenizas y Uraraka se quedó con la boca abierta.
—¿No te había gustado? —preguntó dudosa.
—Odio las flores.
Avanzó hacia la puerta.
—Hay flores así en tu patio —dijo Shoto.
—Me gusta el color blanco.
Caminaron fuera y Shoto no dejaba de mirarlo. Él miraba todo con atención.
—¿Los gatos van al cielo? —soltó de repente con tono molesto.
Todoroki iba a contestar pero Uraraka se ensimó en sus palabras:
—¡Si, al cielo de los gatos! —dijo animada.—¿Hay un infierno de gatos?
Todoroki se adelantó. —Todos los gatos van al cielo.
Guardó silencio y miró al cielo.
—¿Las personas van al cielo?
Todos guardaron silencio. Ochako odiaba esos temas, la muerte le aterraba. Shoto era realista y se burlaba de aquél consuelo, pero prefirió guardar su opinión.
—Si mi viejo existe, es porque todos van al cielo —se contestó así mismo, bajando la mirada del cielo. —Él irá ahí, y va a sonreír porque Lord Explosion Murder también estará ahí.
El corazón de Uraraka se exprimió.
—Hay un infierno para personas ¿No es así? —volvió a mirar al cielo.
Ochako asintió levemente, y miró la leve sonrisa en los labios de Katsuki.
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Cartas de Nitroglicerina
Fiksi Penggemar▶️ Kacchako →Si no gustas de este shipp evita seguir leyendo. ❇️ Bienvenidos al infierno ♥ C a r t a s D e N i t r o g l i c e r i n a••••• Pensó que era sólo una pesada broma de su grupo de amigos, pero en cuanto notó que las cartas siempre estab...