La noche era tranquila y llena de frío debido al fuerte invierno que lo consumía y reinaba en todas las calles. Mientras No Jam dormía en una cama ancha y cálida, yo dormía -si es que se le puede llamar así- en el frío suelo, aunque realmente no lo hacía, ni siquiera podría dormir y lo que más hacían ruido en aquella noche, eran los grillos gritarle a la luna llena.
Tenía envidia. Quería dormir en esa cama o incluso en la cómoda cama de Melocoton, pero aún así, me encontré mirando el techo de mi propia habitación desde el suelo. El frío suelo. Qué por cierto, no he limpiado. Habían gotas de sangre seca manchando hasta mí alfombra. No sé qué le diría exactamente a mi padre cuando vea que hay gotas de sangre seca en la alfombra. Podría decirle que es mi periodo, para que así se aleje y no sé entrometa.
—¿Estás despierta aún? —la voz ronca de No Jam me hizo sentir alarmada proporcionando un salto por mi parte.
—Ehm... Sí, no puedo dormir. —le dije mirando hacia mi cama. Lo único que era capaz de ver, era ese bulto que hacían sus pies.
—Yo tampoco puedo hacerlo. —habló. No Jam se levantó un poco y me observó sentado desde la cama haciendo una pequeña mueca de dolor por hacer fuerza con su brazo izquierdo. —No he dejado de pensar qué tal vez puedas arrastrarme a la cárcel mientras duermo.
—Pesas demasiado, no podría huir con tu cuerpo. —miré los ojos de No Jam. Aún tenía las lentillas azules en sus ojos y ni siquiera se ha quitado el antifaz. Sé que no quiere que sepa su verdadera identidad, pero dormir con un antifaz debe ser incómodo.
—Eso lo dirías para que no sospeche de ti. —acusó haciéndome reír. Sí en verdad quisiera llevarlo a la cárcel, si usaría esa excusa para no entrar en sospechas.
—¿Cómo sé que tú no quieres robar algo de aquí? Porque es por eso que no puedo dormir. Temo a que te robes algo de mi habitación. —contrataqué de forma que No Jam me observabara con el ceño algo fruncido viéndose algo ofendido.
—¿Crees que robaría basura? —insultó provocando un contraataque de mi parte lanzándole la almohada en la cara.
—Ya duérmete. Es tarde. —me recosté en el suelo y sin querer me golpeé la cabeza olvidando que le lancé mi almohada a No Jam.
—Estúpida. —murmuró lanzando mi almohada de vuelta.
—Recuerda que tú eres quien se queda aquí. ¡No querrás que traiga a Melocotón aquí! —advertí recibiendo un silencio. Lo que quería.
El silencio se prolongó dejándome mucho en que pensar. Pero había una pregunta que me rondaba en la cabeza desde hoy en la tarde.
—¿Por qué me contaste tu secreto? —le pregunté refiriéndome a lo que había dicho en la tarde. Sí sentía un poco de curiosidad por qué él me revela ser huérfano.
—No tengo a nadie en quien confiar. Quise confiarte esto, porque has demostrado no ser la chica que quiere atrapar a No Jam a toda costa, así que quiero que confíes en mí así como también quiero confiar en ti. —habló volviéndose a sentar en la cama para observarme. Estaba sorprendida... No sabía que responder o como actuar.
—¿Gracias? —dudé. Al revelar tal cosa significa que estaba comenzando en confiar en mí, así que estaba muy feliz por aquello, pero a la vez estaba un poco dudosa.
¿Podría ayudarlo realmente? ¿No tendré la tentación de llevarlo a la cárcel? ¿No cometeré un error?
Al día siguiente, No Jam y yo quisimos tener un poco más de diversión, así que quise poner un a película en la sala de estar. Papá no se encontraba en casa, así que No Jam se sintió a gusto al salir de la habitación. Aunque pronto debía entrar, ya que, debía hacer las compras del mes.
—¿Qué película deseas ver? —pregunté hacia No Jam. Él me observó con el ceño fruncido y solo sonrió. ¿He dicho que tiene una linda sonrisa?
—Podemos ver una que tú quieras. —sugirió. Esa fue una mala idea, pues Yerim me había recomendado una película que he querido ver durante meses.
—Bien, veremos Amor de Medianoche. —sonreí y la película comenzó a correr.
—¿De amor? Iugh... Debí elegir la película. —se quejó con una mueca de disgusto.
—¡Te lo propuse y dijiste que no! —exclamé casi enfadada golpeando en brazo de No Jam a lo que luego el rápidamente se quejó.
—¿Eres bruta? ¡Me golpeaste el brazo izquierdo! —se quejó haciéndome preocupar y fruncir mis cejas acercándome a él.
—Lo siento mucho, No Jam. —hablé mordiendo mi labio inferior sintiendo la vergüenza por haberlo golpeado. —No fue mi intención.
—Dolió. ¡Sí fue con intención! —tocó la zona afectada y no quitó la mueca en ningún solo momento.
—Tal vez solo un poquitito de intención, pero no más allá como para hacerte sangrar. ¿Ves? No está sangrando. —le sonreí recibiendo una mala mirada en respuesta. —Está bien, lo siento.
—Bien. —dijo al fin prestando atención a la película.
Tuve que ir por un poco de pañuelos para mí y un poco más de snacks para no morir. Aunque los snacks se mezclaban con el sabor de los mocos, me lo comí de todas maneras. No Jam ni siquiera soltó un suspiro, y cuando la película terminó, me giré para observar rastros de lágrimas secas en su rostro.
—¿Estuviste llorando? —me burlé viendo el rostro de No Jam. Su antifaz estaba mojado a más no poder.
—No... Es la alergia por ese tonto gato. —la voz salió algo nasal y me reí al ver su nariz roja. Estuvo llorando. —¡Está bien! Sí, lloré. ¿Feliz?
—No sabía que eras tan sentimental. —me burlé a lo que él tomó uno de mis pañuelos y limpió su nariz.
—¿Crees que no lloraría con ese final? ¡La chica decidió morir para ver un solo atardecer en su vida! Nunca sintió el sol y su padre estaba tan orgulloso de ella cuando la escuchó cantar en la radio después de su muerte. —me reí a carcajadas después de su explicación y recibí un empujón por parte de él haciendo que cayera del sofá.
—Eres una niña. —murmuré golpeándolo en la pierna con mi puño.
—Cállate.
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Thief of Hearts |Na Jaemin (NCT) & tú|
FanfictionUn ladrón ha llegado a las ciudad de Seúl. Se caracteriza por nunca ser atrapado y vestir un traje de terciopelo rojo. Un detective reconocido entre la comunidad intenta atraparlo, pero en intentos fallidos su hija intenta interferir a escondidas pa...