CAPITULO 15 Hot

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- No digo que no te creo - suspiro al abrir con pereza la puerta de la casa y yo intenaba ignorarlo con indignación,  pero me era imposible puesto que me era prioritario echarle en cara la manera en que nunca confiaba en mis palabras.

-Tampoco dices que si me crees - refunfuñe, dejando mi abrigo ennla meaa de la estancia mientras él me seguía encendiendo algunas luces y dejando igual su abrigo a un lado del mío.

-Si te creo.. creo que tal vez, la obscuridad no te permitió ver con claridad las cosas - hablo con voz baja y sutil, en un esfuerzo por decirme con delicadeza que efectivamente no me creía.

-Maldita sea , Harry, se lo que vi - lo confronte, mirándolo con frustración mientras él mantenía la calma, sin desprender sus grandes ojos verdes de los míos.

-¿Y que viste, mi amor? - pregunto con un susurro de voz y trague con fuerza sin saber que diantres decir, no quería afirmar que aquel criminal era en realidad un vampiro,  no quería lucir como una lunática pero mis intuiciones eran demasiado ruidosas en mi cabeza y no podía evitar pensar en ello. - Te dire
algo - intervino, al notar que yo no sabia como definir a nuestro criminal - Podemos olvidar todo eso y descansar... dime que piensas - susurro, removiendo cuidadosamente la bufanda de mi cuello, e inclinándose después con gran cautela para dejar un par de besos justo ahí,  en tanto sus manos tomaban mi cintura,  aferrándome a su cuerpo por solo un segundo antes de que yo desistiera.

-Pienso que nunca me crees - taje astutamente, evadiéndolo para alejarme y él bufo.

-Si te creo Alice - intento detenerme, pero era demasiado tarde, ahora yo me olvidaba de él y me dirigía a la ducha,  esforzándome por relajarme e impedir que una absurda discusión nos hiciera distanciarnos de nuevo.

Me encerre en el cuarto de baño, despejando mi mente de cualquier otra cosa y templando el agua para preparar una ducha perfecta y tibia, donde el vapor rápidamente ocupaba todo el espacio por unos minutos mientras me deshacía de mis prendas,  antes de que un sigiloso ruidito me interrumpiera.

-Saldré en un minuto - le dije al escuchar el golpeteo en la puerta,  pero el insiste castaño parecía mas necio que de costumbre.

-¿No quieres que pase? - me interrogo con una vocecilla al abrir la puerta levemente,  mirandome con timidez al notar que yo me encontraba semidesnuda, vistendo únicamente mi ropa interior antes sus grandes ojos esmeraldas curiosos por ver mas. Y es que la última vez que Harry me había visto sin prenda alguna, fue quizás 5 o 6 años atrás.

-Me da igual - murmure con cierto desprecio involuntario,  en realidad no quería hacerle sentir desinterés,  cuando lo cierto era que mi cuerpo entero vibraba y mi estómago revoloteaba en un mar de amapolas cuando el chico entro al cuarto de baño,  cerrando la puerta por detrás de él.

Lo mire por solo unos segundo cuando él comenzaba a sacarse la corbata antes de que ambos desistieramos y él giro para darme la espalda como si con ello intentara brindarme privacidad,  para poder desvestirme.
¿Pero que clase de estupidez era esa? Estábamos a un parpadeo de ducharnos juntos y sabia que el pudor no iba nada con nuestro momento de intimidad.

¡Maldición!
Analice cada centímetro de su torso expuesto cuando retiro su camisa por completo,  pero él continuaba de espaldas a mi. Esa espalda torneada y trabajada, y al parecer Harry no notaba la manera en que yo simplemente no podía quitar mi vista de él.  Suspire en silencio al suponer que ya no habría nada en absoluto que perder y di un par de pasitos temerosos, deslizando una mano en su brazo llamando su atención para que él volviera sus ojos a mi.

Ninguno dijo nada, pero no hacia falta y nos mirabamos enmudecidos, al enfrentarnos perfectamente cuando él giro su cuerpo ante mi permitiendo que mis manos se posaran en el cinturón de sus pantalones, el cual retire cuidadosamente con el pulso tembloroso y pasando rápidamente al botón, al mismo tiempo en que nuestra distancia se avaporaba entre la densa neblina producida por el agua caliente que caía de la regadera.
Y al apoyar mi frente a la suya, no pude esperar para dedicar un para de besos a sus labios rojos y carnosos que me recibían con exquisita ternura.
Cerré los ojos y me deje llevar por el fantástico tacto de sus manos al subir lentamente por mi espalda para desabrochar mi brasier, sin apartar sus labios de los míos que formaron una pequeña sonrisa al profundizar el mas embriagador beso que me llevaba atada a él.
En solo segundos sus pantalones caían por si mismos a favor de la gravedad y sus bóxers también desaparecieron sin que yo siquiera me percatase de ello, a causa de la forma en que ahora él me acorralaba contra la pared de cerámica fría que al entrar en contacto con mi espalda desnuda, me estremecía junto con el par de manos agiles que se encargaban de descender mis bragas a lo largo de mis piernas, al mismo tiempo en que dejaba una larga hilera de besos hasta mi vientre al inclinarse para despojarme de aquella prenda,  y yo no podía hacer nada en absoluto mas que mirar el acto, antes de que él subiera de nuevo lentamente, acariciándome de regreso y deteniendo su boca en mi cuello, besándome como hacia tanto no lo hacia, entregandome fuertes oleadas de placer, que emanaban ruidosamente de mi boca y al curvar mi cuerpo contra su imponente anatomía,  podía sentirlo temblar a él.

-Te amo, mi cielo, te amo tanto - susurro, sujetandome con fuerza, cargando con mi peso al colocarme en su cadera donde aferre  mis piernas mientras el daba pequeños pasos hasta la zona de la regadera y el agua cayo precipitada por encima de nosotros.
El latido frenético de mi corazón no me permitía mantener el ritmo estable de mi respiración,  pero parecía ser que Harry compartía la situación conmigo, ya que podia escucharlo jadear incesantemente contra mi piel, al besarme sin titubeos de manera hambrienta, consumiendome desde el principio y entregandome todo de él después,  llevándome nuevamente contra la pared de la ducha.

-Yo igual, te amo -le dije, enfrentando una vez mas sus labios para besarlo profundamente justo antez de que acabara con los rodeos y entrara por completo en mi.

Un prolongado y fuerte gemido abandono nuestras bocas que ahora se enfrentaban con debilidad entre delicados roces, y Harry volvía contra mi una y otra vez sin pausar, sujetando firmemente una de mis piernas que continuaban atadas a cada lado de su cuerpo, y con su mano libre aferraba las mías por arriba de mi cabeza.

Gemi junto con él a cada movimiento,  agradeciendo por disfrutar aquella sensacion inigualable juntos, para olvidarnos de todo, olvidar las diferencias y las estúpidas dicusiomes después de largo tiempo. Finalmente podíamos amarnos como tanto lo habíamos deseado y lo habíamos extrañado.
Ahora mis ojos se perdian en él y en cada uno de sus movimientos que me brindaban tal descarga feroz de placer, y satisfacción.
Su mano soltó luego las mías y estas se deslizaron a lo largo de su cabello cuando el tiro la cabeza hacia atrás,  cerrando los ojos y descargando apasionantes gemidos roncos al envestir con mas brutalidad que antes, convirtiéndose en la fiera que mis labios le rogaban al besar frenéticamente su mentón y su cuello sin desistir, en tanto él repetía mi nombre y yo atacaba su espalda con mis uñas a causa de la fuerte bomba de extasis que nos llevo a ambos hasta el clímax.

Hundí mi rostro contra su hombro y lloriquee de satisfacción contra su piel, sintiéndome en las nubes por varios segundos.
El chico se destenso unos momentos después y vibre entre sus brazos cuando él me removió para permitir que el agua de la regadera callera de nuevo sobre nosotros,  pero ahora esta estaba demasiado fría, y en un abrir y cerrar de ojos ambis volvimos a la vida con un repentino grito y una caracajada.

-Espera - reí,  soltandome de sus brazos para ajustar nuevamente las manecillas del agua.

-Esta bien asi - dijo él al volver a la normalidad,  apegandome nuevamente a su cuerpo para limitarse a abrazarme e inundarme con su perfume varonil y el calor encantador de su cuerpo que me llenaba de cariño.

The Sadistic Mind 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora