The Sadistic Mind 3

CAPITULO 52

~Narra Alice~

En un lapso de varios segundos no supe que rayos era lo que debía hacer.
Por un lado , a distancia del alboroto de violencia,  sostenía a Lottie mientras ella lloraba y gritaba a todo volumen, y justo ahí enfrente estaba Harry quien aniquilaba a ese chico que por supuesto no había previsto que un furioso agente del FBI con alta experiencia lo atacaría por los actos cometidos.

-Espera Harry... no puedes matarlo, iras a prisión - jadee, soltando pronto a Lottie y dejándola sola al otro extremo de la habitación para abalanzarme contra el sujeto que le daba una paliza a ese desconocido chico. Fue difícil intervenir, y fue aun mas difícil esquivar los golpes para evitar ser lastimada ahí.

-Él intento asesinarla, él fue quien lo hizo Alice - gruñia Harry mientras yo luchaba por mantener su puños lejos del  adolescente ya casi inconsciente

-No, no... no podemos saberlo, Lottie solo vio la máscara... por favor Harry, no puedes matarlo , primero debemos informar a la policía,  debemos detenerlo e interrogarlo... si lo matas no podremos resolver el caso, por favor, te lo ruego, tienes una hija, esta ahí viéndote - llore desesperada y Harry me miro a los ojos , ardiendo en rabia y respirando agitadamente - No podemos saber si el es Yacko, y si lo asesinas, la policía te arrestar , puedes ir a prisión el resto de tu vida por matar a un menor de edad ¿Y que haremos sin ti?¿Me dejaras sola con nuestra hija? - susurre. No   quería que esa pequeña lo escuchara todo, y esperaba que su llanto fuera lo suficientemente fuerte para que no pudiera oir una palabra. Las lágrimas rodaron por mis mejillas y tome aliento cuando finalmente Harry bajo las manos y destenso el rostro. No dijo nada , no hablo, tan solo se aparto cuidadosamente para permitirme verificar el pulso cardiaco del chico que permanecio inmóvil en el suelo. Sangraba, pero su respiración tenía un ritmo casi normal. De hecho ese chico estaba consciente, aun abria los ojos ligeramente y me miraba sin moverse ni un centímetro. Supuse que estaba tan adolorido que apenas y era capaz de parpadear. -¿Tu eres quien ha asesinado a todas esas chicas? - le pregunte en voz baja, intentando indagar un poco en su mente.  Yo estaba especializada en ello, tenía  el don de persuadir a las personas a confesar sus actos, especialmente cuando se trataba de menores de edad que eran tan vulnerables.  Y ese niño lucia en verdad débil y listo para abrir la boca y lamentarse. Con una mano cubrió su rostro lastimado y lloro , y aquel acto me pareció tan inesperado,  tan inapropiado y extraño.
No era tan común ver a un criminal romperse con tal fragilidad.No era posible,  y suponía que eso se debía a que ese chico no era quien yo pensaba.
Permanecía en silencio,  mirándolo y permitiendo que él llorará en voz baja, mientras Harry se encargaba de avisar a las autoridades.
Pronto nuestra casa estuvo repleta de oficiales de policía y del FBI, que rondaban por el perímetro e inundaban las calles con luces y sirenas. Claro. Quizás ellos suponían que se encontrarían ahí al mas peligroso asesino de ese tiempo.  Pero lo único que hallaron fue a un mocoso llorón. Sin delicadeza alguna lo pusieron de pie, lo esposaron y lo llevaron fuera de la casa. Ahora sería problema del estado.  O al menos sería su problema durante un par de horas antes de que nosotros tuvieramos que encargarnos de entrevistarlo.

~Narra Harry~

-¿Lo mataste papá? - susurro la pequeña atemorizada que permanecía inmóvil,  oculta a un costado de la cama, sus manos aun cubrian en ocasiones su ojos para no mirar la sangre que había quedado en el suelo, y los oficiales se encragaban de no dejar huella.
Al menos agradecía de que ellos no intentaran culparme de nada en absoluto.  Sabían que sería una traición entre amigos, así que ninguno dijo nada en absoluto y tan solo alegariamos que yo había golpeado a ese chico en defensa propia.
Sin embargo, yo sabia muy bien que eso no era del todo cierto, y a pesar de que me dije cientos de veces que había sido para ayudar a mi hija, sabía que eso también era un engaño.
Yo solo reaccione ante un ataque de ira, y estuve muy cerca de asesinar a un adolescente que ni siquiera estaba seguro de que papel cumplía en el crimen.

-No linda, yo nunca mataría a nadie - mentí con un murmullo, inclinándome al frente de ella para limpiar las lágrimas de sus mejillas.
Sabía muy bien que  mi trabajo no era sencillo, y por supuesto había tenido la oportunidd de asesinar a más de un criminal durante mi vida como agente del FBI . Pero bien Lottie aun era demasiado joven para saber todos lo detalles de mi trabajo. Asi que tan solo me limite a seguir engañándola.

-Tuve miedo - lloriqueo de nuevo y yo asentí, sujetandola para abrazarla y besarla.

-Yo igual tuve mucho miedo mi amor - susurre, cerrando los ojos y olfatenado su cabello, su esencia dulce como la de una bebé.  Ella aun era una bebé para mi, y senti tanto terror al pensar que pude perderla nuevamente esa boche.
¿Qué clase de padre era yo? Ella estaba en peligro constante por mi culpa.
La acurruque en mi regazo y permanecí ahí en silencio, hasta que todos los federales se marcharon. Ahora debíamos de  encargarnos de entrevistar al último sospechoso, y yo no podía esperar a escucharle soltar toda la sopa.