En esa mañana, aquel lugar me causaba un permanente escalofrío que subía y bajaba una vez tras otra a lo largo de mi cuerpo y la sensación me hacía dudar de mi misma.
Quizás esa no era una muy buena idea.
Claramente estaba metiendo la pata como tantas veces antes, pero necesitaba ser persistente.Camine a paso lento a lo largo del jardín frontal de la mansión de la mansión de estilo gótico clásico, perteneciente al escritor cuya historia impresa en una novela estaba muy relacionada con el caso que el FBI investigaba en aquellas fechas.
El silencio del rumbo y las calles esa mañana encajaba a la perfección en una película de horror y tragedias y sin embargo yo continuaba con mi travesía sin quebrantar.
Ahora yo era la protagonista y una vez mas mi sentido común no abría la boca para decirme que debía largarme de ahí cuanto antes.
Observe mi alrededor, echando un último vistazo para asegurarme de que no había peligro y entonces empuje cuidadosamente la puerta de hierro a un costado de la casona.
Esa puerta de hierro era una entrada alterna al jardín posterior de la mansión mencionada, un corredor cubierto de pasto verde me guiaba como un sendero mientras yo entraba infraganti a un lugar al que ni siquiera tenia un permiso autorizado por el gobierno. Después de todo el novelista Mike Rommel no era un sospechoso lo suficientemente importante como para tener una orden de registro en su hogar.Sin embargo yo ahora estaba lista para terminar con todo ese maldito caso y descubrir que el verdadero y único culpable era ese hombre. El escritor de la novela antes dicha "Sangre en el rio Amstel"
Corrí de puntillas en cuanto me adentre a ese jardín posterior donde se encontraba en una zona recóndita, la puerta de madera que accezaba a un sótano bajo aquel jardín.
Un sótano del que yo sospechaba hasta ahora. Quizás esa era la clave principal que necesitaba para unir las piezas de ese rompecabezas tan confuso. Tal vez por dentro de ese sótano estaban ocultos los utensilios de tortura que había utilizado para desmembrar a sus víctimas, o incluso podrían encontrarse los restos en descomposición de víctimas tan jóvenes como las anteriores, y de las cuales ni siquiera habíamos tenido información hasta ahora.Me escabullí tras la hiedra que colgaba de las paredes que bordeaban ese sitio y el tronco viejo de un roble cercano mientras registraba la puerta. Me aseguraba de que esta fuera lo suficientemente antigua para ser destrozada con algo sencillo como un martillo.
Y de hecho tenia uno en mi bolso, pero la inseguridad me consumía viva mientras jaloneaba de las manijas intentando romper la cerradura a tirones y al mismo tiempo un aroma particular emanaba de ese sitio. Un aroma a muerte y putrefacción.
Bien. Eso era todo lo que necesitaba. Ese sitio podría denominarse para mi como el escondite retorcido de un asesino, pero antes de que yo pudiera hacer algo al respecto, antes de que pudiera tomar el martillo de mi bolso para romper la cerradura a golpes, una sombra se removió justo por detrás de mi y me sobresalte al instante, esforzándome por no gritar ruidosamente cuando me encontré visualmente con el hombre que me miraba de pie a solo un metro de distancia, vistiendo una bata de dormir color marrón y en una mano sostenía una humeante taza de café.-Senorita Everson - murmuro sin quitar sus ojos celestes de mi cuando me puse en pie y coloque una mano sobre el arma que se sujetaba a la correa en mi cintura - Desde su última visita note que le había traído curiosidad ese sótano... ¿Quiere verlo? - me cuestiono con serenidad aun cuando yo me encontraba ilegalmente en su hogar, con un arma en mi costado y un martillo en mi bolso. - Casi nunca permito que las visitas lo vean, porque hasta ahora no eh tenido el tiempo de limpiarlo... pero aceptare darle un recorrido con la condición de que no me dispare - sonrió tranquilamente meneando en una mano un gran manojo de llaves color bronce. Trague con fuerza y asentí. Claramente aceptaba a su acuerdo por ahora, pero si ese hombre era Yacko y ocultaba algún cadáver justo ahí, no dudaría en volarle los sesos de un tiro.
ESTÁS LEYENDO
The Sadistic Mind 3
Mystery / ThrillerUn caso mas por resolver, nuevos obstáculos en la vida de Alice y Harry. Cuando un despiadado asesino en serie llegue de nuevo a sus vidas. Y cuando todo lo que ellos los a unido se encuentre de pronto en peligro. Cuando las cosas pierden repentin...