Capítulo 10. Especial Festival Cultural. Parte 2

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A pesar de que había dudado inicialmente de Sakura, Hinata no podía negar que su amiga en verdad era buena cuando se proponía algo…
Porque en ese mismo instante Naruto se encontraba sentado a su lado, pegado a su cuerpo debido al reducido espacio.
- ¿En verdad no podíamos comer en otro lugar? -se quejó Kiba, aplastado contra la pared-. ¿Por qué rayos debo sentarme con Sasuke?
- Ya no te quejes, es para que Sakura no esté incomoda -replicó el chico azabache a su lado, observando a joven sentada sola y con comodidad en una de las sillas.
¿Quién decía que en un puesto para tres personas no entraban cinco?
- Lo siento -se disculpó ella.
- Eh, no hay problema -Naruto aún trataba de encontrar una posición cómoda, pero en su opinión tenía mucha suerte de que Hinata fuera tan delgado-. Supongo que las chicas necesitan más espacio que nosotros.
Kiba y Sasuke se miraron, pero contuvieron la risa a tiempo.
- Eres muy amable Naruto -Sakura sonrió con dulzura al muchacho.
- Ah, bueno, gracias… -él desvió la vista, avergonzado y con un ligero sonrojo. Una punzada de celos invadió a Hinata.
Sasuke en cambio sonrió: Naruto no había cambiado en nada. Siempre había sido tímido y a consecuencia de eso cada vez que hablaba con una chica acababa tartamudeando… pero curiosamente cuando se trata de Hinata aquello no sucedía.
"Pero apuesto a que cuando descubra que no es un chico comenzará a tartamudear"
- ¿Seguros que no desean otra mesa? preguntó la joven maid que los atendía.
- Está es perfecta -aseguró Sakura, observando directamente a Hinata y a Naruto tan apegados.
¡Todo iba según el plan!
- Ordenemos -propuso Kiba-. Me muero de hambre.
- ¡Recuerda que debes invitarme a comer! -Naruto sonrió con malicia. Y con eso Kiba supo que perdería mucho dinero.
La maid se presentó con entusiasmo ante ellos. No eran los únicos clientes, los "Café Maid" solían ser populares… sobretodo si estaba protagonizado por alumnas de primer año.
- Nuestros platillos principales son curry, sushi y ramen -exclamaba la joven frente a ellos.
- ¡Ramen! -saltó al instante Naruto. Hinata le miró con sorpresa-. Perdón, es que es mi platillo favorito. Una vez llegue a comer siete tazones de los grandes.
- No me lo recuerdes -replicó Sasuke, mirando con atención el menú. Naruto sonrió con burla.
- No te esfuerces, pedazo de Teme, no tienen tomates.
Sasuke enrojeció de golpe y trató de tomar un vaso de agua para pasar desapercibido.
- ¿Tomate? -preguntó Sakura, sin entender. Naruto abrió la boca para responder…
- Nada -lo cortó el azabache, molesto. De pronto se escuchó un golpe bajo la mesa y Hinata lanzó un quejido de dolor.
- ¡Ay!
- ¡Lo siento! -gritó Sasuke al instante.
- ¡Un segundo! ¿Pateaste a Hinata? -Sakura le vio incrédula.
- ¡Lo siento! ¡Era para Naruto!
- ¡¿Ibas a patearme?! -preguntó Naruto, sorprendido.
La chica Hyuuga solo infló sus mejillas, fulminando a su amigo con la mirada.
- Eres un mal padre…
Una flecha atravesó el corazón de Sasuke.
- E-En verdad lo siento…
-Ay Hina, ¿te encuentras bien? -Sakura tomó la mano de la chica.
- Sakura, suéltame -pidió la joven. Naruto las observó fijamente-. Suéltame ya.
- Está bien, está bien, sabes que solo me preocupaba por ti.
- Sí claro, solo te preocupabas por mí… -repitió Hinata, incrédula.
Terminaron de ordenar con calma y en pocos minutos la comida estuvo lista.
Los cuatros se abalanzaron contra la comida caliente, hambriento. Sakura en cambio se mantuvo en silencio, frunció el ceño al ver a Hinata y aclaró su garganta.
- ¿Qué? -le preguntó esta, con la boca llena de comida.
- Definitivamente te hace mal el estar sin mí. ¿Qué forma es esa de cuidar tus modales?
Hinata sintió la sangre subir a las mejillas, apenada. Tragó lo que tenía en la boca molesta.
- ¡Oh, Sakura!
- Sasuke dile algo -le reclamó la joven de cabello rosa.
- Maldita sea, estamos hambrientos -se defendió el azabache, con la boca llena también-. Hemos trabajado en un puesto de comida toda la mañana.
Kiba no dijo nada, Naruto tampoco.
Sakura infló sus mejillas.
Luego de la primera ronda, llegó la segunda y la tercera…
Hinata por fin se llenó y pidió el postre, y mientras lo comía no pudo evitar mirar de reojo a Naruto, quien ya iba en su cuarto platillo de ramen. No pudo evitar fijarse en los pequeños detalles en los que antes no había caído en la cuenta, como el largo de su cabello, el tono de su piel o las curiosas marcas en sus mejillas.
- Que lindo collar -murmuró de pronto. Al instante se sonrojó avergonzada de haberlo dicho. Naruto terminó de masticar y tragar. Con cuidado se quitó el collar del cuello, el cual consistía en una hermosa piedra de color verde agua.
- Sí, es mío -contestó sonriente-. Un obsequio que me hicieron de niño. Jamás me separo de él.
- ¿Es el collar de Tsunade? -preguntó Sasuke, sonriente. Naruto le asintió-. Creí que ya lo habrías perdido…
- Claro que no, es importante y lo sabes.
- Es cierto. Yo tengo un collar también -acotó Hinata-. Me lo dio mi abuela por mi séptimo cumpleaños. Pero jamás lo sacó, tengo miedo de perderlo.
El recordar el pequeño collar con forma de corazón que mantenía oculto en su cuarto le hizo añorar aquellos tiempos en que todo era más fácil.
Kiba por fin terminó su platillo.
- Estoy lleno -anunció. Naruto terminó el suyo y pronto pudieron escapar del lugar.
Lo siguiente en la agenda fue alguna actividad divertida.
- ¡¿Qué les parece ir a la mansión embrujada?! -propuso Kiba, entusiasmado.
Naruto de pronto se había puesto nervioso.
- N-No es buena idea…
- Oh, de hecho sí -Sasuke sonrió con malicia y tomó la mano del chico rubio-. Ven Naru, si estas asustado puedes tomar mi mano.
- ¡¡Sasuke!!

- El juego es en parejas o tríos -anunció el encargado, un muchacho de último año. Hay tres estaciones para detenerse ya que todo el grupo de último año se ha unido para asegurarles la máxima experiencia en miedo. Disfruten con responsabilidad.
Luego de entregar el dinero Hinata se aproximó a la entrada, pensando en la forma de dejar a su amiga y a Sasuke juntos en un grupo.
Aunque Sakura tenía otros planes.
- ¡Muy bien Hina, tú y yo! -de inmediato tomó su mano, emocionada.
- Basta Sakura -le ordenó, aunque la chica no escuchó-. ¡Sakura!
- Date prisa.
Naruto tragó, pero al final se decidió.
- ¡Ah, espera! -dio un paso al frente y empujó a Hinata directo a la entrada.
- ¿N-Naruto? -le llamó, dudosa.
- ¿Sucede algo? -preguntó Sakura, alzando su ceja.
- Sí -respondió, frunciendo el ceño. No dio más explicaciones y se aventuró con Hinata a toda prisa, dejando atrás a Kiba, Sasuke y Sakura.
De inmediato la puerta se cerró tras ellos.
- ¿Por qué hiciste eso? -preguntó ella, confundida. Él la observó con naturalidad.
- No sé, supuse que necesitabas ayuda.
- ¿Ah? ¿De qué estás…?
De pronto las luces se apagaron, tomándolos por sorpresa.
El corazón de Hinata dio un vuelco, pero enseguida se calmó.
"Solo es la luz Hinata, solo es la luz…"
En cuanto sus ojos se adaptaron a la luz no pudo evitar fijarse en la gran cantidad de detalles que habían dentro del salón, convirtiendo aquello en una gran casa embrujada. Los de último año si que se habían motivado en esa oportunidad.
Vio una especie de laberinto hecho por las sillas y mesas tan alto y bien cubierto que era imposible ver más allá.
- Muy bien, acabemos con esto -murmuró Naruto, dando un paso al frente. Ella lo siguió.
Se movieron lentamente, atentos a los ruidos.
La chica sabía de sobra que alguien debía estar esperándolos disfrazados para darles un susto.
- ¿Q-Qué fue eso? -Naruto se apegó a ella, de pronto asustado.
- Naruto… ¿tienes miedo a la oscuridad?
Él hizo una mueca, inseguro.
- No realmente, en verdad es a los…
¡Una figura blanca apreció en un extremo!
Hinata se sorprendió, pero en seguida lo reconoció: solo era un alumno con una sabana.
Suspiró algo aliviada. Nadie se asustaría de…
- ¡¡Buu!!
Y entonces Naruto lanzó un grito tan inesperado que provocó que ella gritara también.
Ambos salieron corriendo hacia delante, esquivando el resto de los obstáculos y monstruos, y terminando el laberinto a toda prisa.
En el punto de descanso se dejaron caer, exhaustos.
- Naruto, ¿le temes a los fantasmas? -preguntó ella, incrédula y con la respiración agitada.
- ¡Solo me ponen nervioso! -declaró, elevando voz-. Es decir, atraviesan a las personas. ¡Ugh!
- ¿Por eso no querías entrar?
Naruto asintió, cubriéndose el rostro. Luego de eso se sentó, humillado.
- No quería que nadie más lo supiera -le explicó, mientras ella tomaba asiento a su lado.
- No hay nada de malo con que te den miedo los fantasmas.
- Eso no me hace sentir mejor -admitió.
- ¿Y entonces por qué no entraste con Sasuke? Pudiste haber hecho que Sakura, Kiba y yo fuéramos en un grupo.
Naruto la observó fijamente.
- Creí que no querías estar con ella…
- ¿Con quién?
- Con Sakura.
- ¿Ah? -aquello la confundió-. ¿Y por qué no habría de querer estar con ella?
- No lo sé, solo lo supuse… llevas todo el día pidiéndole que se aleje de ti.
- Sí, porque me está usando para darle celos a Sasuke -respondió, poniendo los ojos en blanco.
Naruto la miró con sorpresa.
- ¡¿Qué?!
- Sí, esa es la chica de la que Sasuke está enamorado.
- ¡Pensé que era tu ex novia! ¡La que te rompió el corazón!
Hinata sintió la sangre subir a sus mejillas de golpe.
- ¡¿Qué ella qué?! ¡¿Cómo piensas algo así?!
- ¿No recuerdas la noche del bar? ¡Dijiste que odiabas a las chicas!
- ¡Pero eso no quiere decir…!
- Eso quiere decir que una chica te rompió el corazón -afirmó Naruto, con seriedad.
- ¡Pero me diste alcohol! -respondió a la defensiva, consiguiendo que Naruto también frunciera el ceño-. ¡No debes tomarme en serio al hacerlo!
- ¡Solo bebiste media jarra!
- ¡Y fue suficiente como para perder el control!
- ¡¿Y qué rayos iba a saber yo?!
- Eh… disculpen… -uno de los encargados se acercó, frunciendo su ceño-. Sus gritos están asustando al resto de los clientes.
Naruto y Hinata voltearon a él, enfadados.
- ¡¡Es una maldita mansión embrujada!!

Suspiraron al mismo tiempo, sentados .
- No puedo creer que nos hayan echado… -murmuró Hinata, apenada.
- Sí… y que al salir todo el mundo se hubiera asustado de nosotros…
Se miraron, justo antes de comenzar a reír con fuerza.
Algunos chicos y chicas que estaban pasando cerca les quedaron viendo con extrañeza, pero ellos les ignoraron.
- Oh, demonios. ¿Viste la cara del encargado?
- Sí, no nos quería echar -rió la chica, sosteniéndose el estomago-. ¡Estaba asustado!
- Debió creer que éramos una pareja peleando -Naruto suspiró, relajándose, ajeno al sonrojo de que pronto había tomado a Hinata-. Lamento haber confundido tu relación con Sakura.
- O-Oh, no importa -sonrió, apenada.
- ¿En verdad le gusta a Sasuke?
- Loco por ella desde la secundaria -recordó Hinata-. Lloró como una semana cuando ella se cambió de escuela.
- ¿Y por qué no hizo nada para salir con ella?
- Sasuke es algo tímido con esas cosas y Sakura espera a que él de el primer paso. Por eso le gusta ponerlo celoso.
Naruto bufó.
- Las mujeres son una cosa seria.
De pronto al fondo del pasillo las puertas se abrieron, dejando salir al resto de sus amigos. Kiba venía adelante, y Sakura se encontraba apegada al brazo de Sasuke
- Pero creo que ella bastante buena manipulando la situación -rió Naruto, observándolos.
Sakura se alejó, hizo una reverencia pidiéndole disculpas a un avergonzado Sasuke y caminó a ellos.
- ¡Fue espantoso! -le declaró a Hinata.
- Pienso que Sasuke no cree eso -se burló ella. Naruto rió.
- ¡Eh, Naruto! -le llamó Kiba.
- Eh… ya vuelvo -el chico rubio se puso de pie y se alejó junto al chico de cabello castaño, dejándolas solas.
Sakura no pudo disimular la sonrisa.
- ¿Y? ¿Qué dices? ¿Cómo salió el plan?
- Sorprendentemente funcionó -suspiró ella, aliviada. No podía negarlo: había pasado tiempo junto a Naruto tal y como Sakura lo había predicho.
- Claro que sí, después de todo cada detalle fue planeado -hizo una pausa-. Excepto lo de la mansión embrujada, no vi venir eso. Pero me alegra que hayan acabado juntos.
Hinata sonrió. Sí. Su amiga podía ser dramática, testadura y explosiva… pero tenía buenas intenciones con lo que hacía, era una buena amiga…
Y le gustaba tenerla en su vida.
- Tu ganas esta ronda, Haruno. Mañana te ayudare.
Sakura gritó de la emoción y la abrazó, justo antes de correr de vuelta a Sasuke para disfrutar de alguna actividad juntos. A los pocos segundos Kiba y Naruto llegaron a ella, con pequeños bocadillos para comer. Se sentaron juntos y disfrutaron entre chistes y bromas.
Hinata se sentía exhausta.
El asunto de esconder su identidad estaba simplemente lleno de problemas y malentendidos que eran difíciles de aclarar, pero por otra parte…
Que divertido era ser uno de los chicos…
CONTINUARA…

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