Capítulo 52. Confrontación

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- Mi nombre es Namikaze, Namikaze Naruto.

Ella sonrió, consiguiendo así que él sonriera también.

- Hyuuga, Hinata Hyuuga.

- Un placer conocerte, Hinata…

- ¡Hinata Hyuuga!

Ella dio un respingo, sin evitar asustarse al oír como era llamada de esa manera. Por suerte, la mano de Naruto, fue suficiente como para mantenerla firme en su sitio.

Dio un profundo respiro y giró para observar a su madre, quien la esperaba pacientemente en la entrada del edificio. Hizo una mueca involuntaria al ver a sus amigos tras ella, con expresiones de completa derrota.

Bueno, parecía que su estrategia se había venido abajo ante la determinación fiera de su madre. Una vez más no pudo evitar preguntarse por la falta de carácter que al parecer ninguna otra mujer que conocía tenía, solo ella.

- Eh… madre… -llamó, sin saber bien que decir. ¿Cómo explicar la presencia de sus amigos?

- Hinata Hyuuga, nos esperan para la entrevista -comenzó su madre, al parecer sin intención de oírla-, ven ahora mismo.

Por un segundo se sintió tentada a seguir a su madre, a bajar la cabeza y obedecer como era su deber, pero la presencia de Naruto tras ella fue capaz de mantenerla firme.

- Hinata, no tienes que ir si no quieres -le recordó el chico a su lado, en un pequeño susurro-. Esta es tu vida, no la de tu madre.

- Jovencita, ¿qué estás esperando?

Dudó. ¿Qué estaba haciendo? Si no la obedecía se metería en muchos más problemas.

A su alrededor la gente comenzaba a observar mientras pasaba, aunque sin hacer nada más allá de eso.

- Yo… yo no quiero…

- ¡Hinata, comportate!

Guardó silencio de golpe ante el grito de su madre, sorprendida con su reacción.

Fue entonces cuando sus amigos volvieron al ataque, corriendo para interponerse entre ambas y actuando como si pretendieran defenderla con uñas y dientes. Solo que no estaban luchando para ganar la batalla, sino que simplemente para ganar un poco más de tiempo.

- Señora Hyuuga, por favor escúchenos.

- Chicos, he oído todo lo que me han querido decir, pero la decisión está tomada. Hinata ira a ese internado.

- ¡Pero onee-chan no ha hecho nada malo!

- Hanabi, no te entrometas -las palabras duras de su madre eran como cuchillos-. Compórtate como una dama.

- Señora Hyuuga, por favor escúchenos un momento.

- Si solo pudiera permitirnos un segundo para explicarle nuestro punto de vista…

- Por favor, tía, permítanos…

- No, ni hablar. Neji, lleva a Hanabi a casa en este momento.

- ¡Pero no quiero ir a casa!

- Hinata -Naruto llamó su atención, o más bien lo hizo el tono maduro de sus palabras-, la forma correcta de luchar contra tu madre es hacerle entender tus sentimientos.

- ¿Mis sentimientos?

- ¿Has intentado decirle lo que sientes sobre todo esto?

Ella iba a contestar que sí, hasta el momento en el que lo pensó detenidamente.

¡Qué soy una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora