Capítulo 20. Defendiendo el honor

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Hinata entró en su salón con una gran sonrisa, preparada para comenzar una nueva semana junto a sus mejores amigos.

De inmediato se sintió rodeada de chicas, cosa que le provoco un susto de muerte.

¡¿Dónde estaban los chicos?!

- ¡Hinata! -Sasuke se vio aliviado de verla. Junto a Kiba ambos se encontraban en el fondo del salón.

- ¿Qué está pasando? -preguntó, sorprendida. Y es que el resto de sus compañeros de clase no se encontraba por ninguna parte, cosa que la ponía nerviosa ya que la presencia femenina de pronto había crecido considerablemente-. ¿Dónde están los chicos?

- Un estúpido brote de gripe los tiene en cama -contestó Kiba.

- ¿A todos? -preguntó incrédula-. ¿Cómo pasó eso?

- Entrenamiento bajo la lluvia -murmuraron Kiba y Sasuke al mismo tiempo, desviando la vista. Hinata les miró con asombro-. Él creyó que era una buena idea -y al decirlo apuntaron al otro, con convicción.

- ¡¿Cómo pueden ser tan…?!

- ¡Habrá tiempo para retos más tarde, ahora tenemos una situación complicada! -la frenó Kiba, de inmediato.

- Hoy es el primer partido para decidir quién avanza en el torneó de futbol -Sasuke lucía desesperado-. Y te necesitamos para que juegues por el equipo.

Ella le quedó viendo, convencida de que había escuchado mal.

Porque era imposible que hubiera oído bien.

- ¡No! -exclamó alto, sorprendida.

- Vamos Hina, le dijimos al maestro que aceptarías -susurró Kiba-. Nos dio permiso de faltar a la clase si lo haces.

- Tenemos entrenamiento en el gimnasio ahora.

- No sean ridículos. Además yo no sé jugar.

- ¡Oh vamos, eso es mentira!

- ¡Sabes jugar muy bien! -le recordó Sasuke-. ¿Recuerdas cuando ganaste la final en el campamento de verano?

- Sí… -ella sonrió, recordando la dicha de la victoria en esa ocasión, aunque en seguida la realidad la golpeó duramente-, ¡¡pero eso fue hace como siete años!! ¡E-Estoy oxidada! ¡Además de seguro alguien tiene que saber que soy una chica y los equipos son masculinos!

- ¡Nadie fuera de este salón sabe que eres una chica! -explicó Sasuke, en susurros.

- Chicos, están equivocados. Yo no puedo hacer esto.

- Dijiste que no podías con lo de la banda y vamos de maravilla.

- ¡Pero esto es una completa locura! ¡No tiene pies ni cabeza! ¡Además tres personas no pueden hacer un equipo!

- Tenemos eso cubierto también -aseguró Kiba. Hinata alzó sus cejas, incrédula

- ¿Ah, sí? ¿Cómo?

- No somos el único salón enfermo -respondió Sasuke.

- Por lo que hicimos un acuerdo: juntar al resto de ambos equipos y armar uno solo.

- ¿Un acuerdo? ¿Cómo funciona eso?

- El salón 3, el de Naruto, está intacto.

- Nuestro salón, y el 1, no tanto. El capitán del 3 accedió a que mezcláramos los equipos para jugar.

- ¿Jugar con el equipo del salón 1? ¿Te refieres al equipo de…?

- ¡Inuzuka, ¿cómo que mezclaremos los equipos?! -un chico de ojos negros y cabello oscuro ingresó al salón con paso firme-. ¡¿Quién te crees que eres para decidir eso sin mi?!

¡Qué soy una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora