Capítulo 13. La visita de un muchacho confundido

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- 3, 2, 1…
¡Paf!
El estante emitió un fuerte ruido en el instante en el que tocó el suelo.
Hinata soltó un suspiro de alivio mientras que a su lado su primo terminaba de empujar el mueble para que calzara a la perfección en el espacio designado.
- Que alegría -sonrió ella.
Y es que luego de varios días rodeada de tonos pasteles,  muebles ornamentados y objetos femeninos Hinata había conseguido por fin regresar su cuarto a la normalidad…
¡Victoria para la chica tomboy!
Neji sonrió, aparentemente conforme con su trabajo.
- Bueno, así se quedara hasta la siguiente crisis.
- ¿Te he dicho que eres el mejor primo del mundo?
El chico le dirigió una sonrisa burlesca, mientras hacía a un lado el mechón de cabello castaño que colgaba sobre su rostro. Últimamente había optado por dejarse el cabello largo.
- Lo sé, lo sé. No es necesario que me des las gracias… aunque si pudieras preparar algunas de tus galletas con chispas de chocolate no me molestaría…
- Trato hecho.
- Pues me largo, tengo tarea -se alejó, dispuesto a marcharse-. Disfruta tu cuarto antes de que lo pinten de rosa.
En cuanto estuvo sola la chica se dejo caer en la cama con un suspiro de alivio, agradeciendo por fin haber recuperado su espacio. Si tenía que comparar diría que ella y su primo Neji eran quienes más cosas compartían en común, a diferencia de Hanabi quien era realmente adorable para sus cosas. Es más, Neji solía constantemente ayudarla a devolver su cuarto a la normalidad, a esconder su ropa para que su madre no la descubriera y por sobretodo a inventar excusas para cubrirla.
Su extraña relación de cómplices había surgido el día en que, hacia poco más de un año, había llegado su cheast binder.  En ese momento justo no tenía una camisa para probar el cambio, su madre se había deshecho de todas el día anterior, dejando como única opción la ropa de su primo. Y con eso en mente solo había pasado un par de minutos antes de que escabullera en el armario de su primo, buscando alguna camiseta o poleron que le quedara bien, justo en el instante en el que el joven dueño del cuarto entrara con velocidad.
Así fue como Neji se había enterado del pequeño secreto de su prima y, protector como era, se había decidido a protegerla.
Hinata cerró sus ojos, mientras de pronto súbitamente el recuerdo del beso de la noche anterior volvía a acelerar sus latidos.
Luego de que Naruto y Sasuke volvieran a entrar ella había llamado a su madre para que la fuera a buscar. Es más, ni siquiera se había atrevido a volver a entrar por sus cosas, simplemente se había marchado mientras decenas de invitados llegaban para la gran fiesta, aprovechándose de aquella multitud para poder escapar de manera desapercibida.
Lo sabía, había actuado como una completa cobarde.
¡Pero simplemente no había podido enfrentarlo directamente!
Es decir, ¡se habían besado! ¡Ella había besado a Naruto!
Claro, él no lo sabía. Ni lo sabría jamás, ella se encargaría de eso.
Ahora lo que necesitaba hacer era prepararse para el día siguiente, en el que lo vería de nuevo. Debía comenzar a planear como se comportaría en su presencia para que nadie notara nada raro… después de todo ni Naruto ni Sasuke sabían que ella había estado en la fiesta la noche anterior.
Con cuidado abrió uno de sus cajones, en donde el collar de Naruto se mantenía escondido. En medio de todo el caos y la confusión había hurtado la pequeña piedra verdeagua, confundiéndola sin querer con su pequeño dije de corazón. Y todo por la absurda cadena. Ahora debía encontrar una forma de recuperar su collar y devolverle a Naruto el suyo, sin dejar que Sasuke se enterara.
"Y así es como todo acabara en las manos de Kiba…"
- Onii-chan.
Hinata giró, observando el rostro Hanabi que aparecía para inspeccionar su cuarto con interés.
- Hanabi, no estamos en la escuela, no es necesario que me digas…
- Onii-chan -su hermana menor forzó una sonrisa, con la frase "cállate y escucha" grabada en cada parte de su adorable rostro.
Los pasos en el pasillo resonaron de manera inesperada.
- ¿H-Hanabi?
- Onii-chan -repitió la joven, por tercera vez, mientras que tras ella una figura asomaba-. Un amigo vino a verte.
- Hola -saludó…
- ¡¿Naruto?!
Cerró el cajón con un simple golpe, dejando que el pánico la invadiera.
¡Era demasiado pronto! ¡No estaba preparada!
Cientos de sensaciones la abordaron y pronto un mareo repentino la tomó. Se iba a desmayar si no hacía algo ya.
"Tranquilízate Hinata, tranquilízate. Es imposible que sepa que fuiste tú la chica de ayer"
- ¿Interrumpo en algo? -preguntó el joven, preocupado.
- ¡No! -gritó de inmediato, asustada. Aclaro su garganta-. L-Lo siento.
- Traeré té -se disculpó Hanabi, saliendo del cuarto y dejándolos a solas. Naruto dio un par de pasos, adentrándose, y Hinata nuevamente dio gracias de haber conseguido ordenar su cuarto a tiempo.
- Lo siento por no avisar que venía -se disculpó el joven-. Tu pequeña hermana me dejo entrar.
- N-No hay problema…
- Je, es muy dulce en verdad. Me gustaría tener una hermana así.
- ¿No tienes hermanos?
El bufó, como si la pregunta lo molestara. Con mayor confianza tomo asiento en el suelo, frente a su cama.
- Siempre quise, pero al parecer a mamá no le agrada la idea de tener otro bebe si no es papá el que quedaba embarazado.
Ella sonrió.
- ¿Entonces eres hijo único?
- Algo así -sonrió-, tengo un primo menor. Su nombre es Konohamaru y a veces se queda en mi casa cuando viene de vacaciones. Vive en la playa, por lo que en verano soy yo quien va a verlo.
- ¿Son muy unidos?
- Algo, es muy gracioso pero siempre me sigue. Dice que quiere ser como yo, aunque no lo entiendo -acarició su nuca, avergonzado-, a nadie le gustaría ser tan torpe y lento.
- N-No creo que seas torpe -afirmó ella, decidida-. Creo que eres algo tímido simplemente… con el tiempo te desenvolverás mejor.
Él asintió. En un par de minutos Hanabi volvió al cuarto, con pequeñas tazas de té y los pastelillos dulces que Hinata había cocinado.
- Ah, por cierto. Lamento no haberlo dicho antes, lo que sucede es que Sasuke me envió por un manga -explicó el rubio-, está castigado por haber vuelto a las cuatro de la mañana. La fiesta estuvo algo loca y no se quería ir. Casi tuve que sacarlo a patadas.
Ella se rió.
- Sasuke siempre hace lo mismo en cada una de las fiestas de Sakura…
- ¿Sí? Pues tenia razón en algo…
- ¿En qué? -cuestionó, interesada al verlo sonreír de manera inconsciente.
- En que esas fiestas te cambian la vida de alguna manera…
De pronto, con aquellas palabras, sus latidos se aceleraron violentamente sin siquiera desearlo. Naruto se estaba refiriendo al beso que le había dado a aquella misteriosa chica.
Con cuidado se puso de pie, temblando ligeramente y con aquel poderoso cosquilleo recorriéndola.
- I-Iré a buscar el manga…
Naruto esperó, mientras le miraba dirigirse a su armario y de paso comenzaba a analizar su habitación: sabia que se podía conocer mucho acerca de un chico por su cuarto. De pronto cayó en la cuenta de una pequeña libreta descansaba sobre la cama, atraído por la curiosidad Naruto se inclinó y la tomó.
Le costó unos segundos entender que lo que había allí escrito se trataba de una canción.
- Perdón por… mi indecisión… -susurró lentamente, leyendo la letra y añadiéndole un ritmo propio-. No creas que me escondo de ti… en verdad creo que lo hago de mí…
- ¡Ahhhh!
Hinata gritó con tanta fuerza que el muchacho llego a arrojar la libreta por la pura sorpresa.
- ¡L-Lo siento! -exclamó, avergonzado-. ¡N-No quise…!
- D-Da igual -ella corrió hasta la libreta y la recogió, apenada-. Es que me sorprendió demasiado…
- Ugh, no debí tomarla. Solo me llamó la atención. Lo siento.
Ella guardó silencio, avergonzada.
- Ah… es solo que es como un secreto, ¿sabes? Nunca he dejado que nadie más la lea, ni siquiera Sasuke o Kiba.
- ¿Tú la escribiste? -sus ojos azules se fijaron en ella, con interés-. ¿Es una canción?
- Ya lo sé, soy un fracaso -ella se dejó caer en la cama, de pronto deprimida.
- No, no… de hecho creo que es muy buena…
- ¿E-En serio?
- Sí -le sonrió, con sinceridad-. La letra me gusto en verdad.
- Gracias, cuando sea un éxito compartiré las ganancias contigo.
El chico comenzó a reír, mientras ella le entregaba el manga de vuelta. Él lo recibió y lo sostuvo un segundo entre sus manos, aguardando antes de irse.
Ella volvió a observarlo, mientras analizaba con cuidado la situación.
Gracias a lo que había sucedido había tenido la oportunidad de besarlo, pero Naruto no había conseguido identificarla a tiempo. Y todo eso hubiera acabado allí de no ser por una cosa: el pequeño intercambio inesperado de los collares.
Naruto tenía su collar, lo que significaba que tenía una pista sobre ella. Por lo mismo debía averiguar qué cosas sabía el chico que ella no.
Y para eso necesitaba discreción. Mucha discreción.
- Supe que jugaste "siete minutos en el cielo" -comentó, tan de pronto que incluso creyó alguien más lo había dicho… porque era imposible que ella hubiera cometido tal error. Pero no, porque frente a ella Naruto enrojeció de golpe.
- S-Sí… -tartamudeó-. ¿C-Como te enteraste?
- Sasuke -mintió deprisa, como una rata. Él guardó silencio, tal vez avergonzado de que ella estuviera al tanto de lo mismo-. ¿Y… Y cómo te fue? -preguntó, luego de aclarar su garganta.
- N-Normal, supongo…
- ¿Normal?
Naruto desvió su vista, mientras un adorable sonrojo se apoderaba de su rostro.
- S-Sí… normal, n-nada en especial…
¡Era tan obvio que algo le había pasado!
- ¿Eh… en verdad estas bien?
- Yo… -desvió la vista, suspiró y finalmente sonrió con cierta melancolía en su mirada-. En verdad ahora estoy con un problema tremendo. U-Uno de nivel familiar, ¿sabes? Y parte de mi no sabe qué hacer, debo tomar una decisión, pero no sé bien cómo hacerlo sin cometer un error y… y n-no quiero que me equivoque por pensar las cosas demasiado o muy poco.
Ella le quedo viendo, en silencio.
Mientras lo oía al comienzo no había podido evitar creer que el chico se refería al asunto del beso en el armario, pero luego descartó la idea mientras terminaba de oírlo. No sabía casi nada de Naruto ni de su familia y había sido algo ingenuo creer que la joven desconocida era la única preocupación del muchacho, después de todo era un adolescente. Pero si Naruto tenía otros problemas además de un beso con una desconocida…
- Si tienes dudas para tomar una decisión tal vez deberías hacerle caso a tu corazón en vez de a tu cabeza -rió, rodando sus ojos con obviedad. Siempre había considerado fundamental el hecho de no ignorar los sentimientos al enfrentas los problemas-. Es más sabio para estas cosas.
- ¿Cómo sabes eso?
- Duh, tengo una hermana menor -mintió, sin problemas. Naruto sonrió ante su argumento y a ella se le derritió el corazón.
¿Por qué simplemente era tan dulce?

***

Naruto caminó de vuelta a casa, en silencio y pensando una y otra vez en lo sucedido.
Llevaba el manga de Sasuke en el bolsillo de su chaqueta, aunque no tenía ninguna prisa por volver pronto a su hogar. Es más, se sentía…
No tenía una maldita idea de cómo se sentía.
Solo sabía que su mente no podía parar de repasar cada detalle de la noche anterior y tenía que controlarse para no ponerse a saltar. Era impresionante la energía que sentía en ese instante.
Se sentó en los columpios del parque cercano a su casa, intentando calmarse. Si su madre lo veía con aquella sonrisa de idiota, que había conseguido esconderle durante toda la mañana, sabría de inmediato que le sucedía algo. Y no era que no quisiera contárselo, solo que deseaba esperar para un poco más para hacerlo, esperar a que su mente volviera a aclararse para poder analizar lo sucedido.
Por lo mismo, cuando Hina le había preguntado que le sucedía no había podido evitar mentirle, no tanto por querer hacerlo, sino porque en ese momento le era realmente difícil explicar el motivo de su felicidad ya que ni él mismo lo entendía del todo. Pero si sabía que quería guardarlo para sí, pues era algo tan perfecto que no pretendía dejar que ningún chico que conociera lo tomara como una broma y lo arruinara. Por lo mismo ni siquiera le había contado a Sasuke sobre el beso que él y aquella misteriosa chica se habían dado durante la fiesta.
Finalmente Naruto suspiró, mientras observaba el atardecer.
"Tal vez deberías hacerle caso a tu corazón en vez de a tu cabeza"
Ese había sido el consejo que su amigo le había dado, pero en verdad no deseaba seguirlo.
Y es que realmente odiaba complicarse tanto con sus propias emociones, pues era una batalla que lo llenaba por días y días, y de la cual usualmente no había un ganador. Tampoco tenía a nadie con quien hablarlo, pues era consciente de que las pocas veces que lo había intentado antes con sus amigos habían acabado en un montón de burlas y risas.
Simplemente a veces Naruto deseaba tener amigas mujeres…
CONTINUARA…

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