Naruto Namikaze había creído que, evadiéndolos durante las semanas previas al concurso, podría ver a sus amigos sin querer romperles la cara.
Se había equivocado.
Kiba llevaba más de veinte minutos fulminándolo con la mirada desde el otro lado de la habitación, pese a los constantes regaños de Sasuke por lo mismo. El chico de cabello castaño estaba nervioso por el concurso y, como si eso no fuera suficiente, la discusión anterior aún mantenía el ambiente entre ellos tenso.
- Deja de pasarte las manos por el cabello -Sasuke lucía más estresado que de costumbre, tal vez por el hecho de tener que evitar una posible pelea-. Desordenarás tu peinado. ¿Por qué no puedes ser como Naruto y quedarte quieto?
- ¿Ser cómo Naruto? -Kiba se veía indignado-. ¿Te refieres a comportarme como un traidor y dejar a mis amigos de lado por una bruja?
Antes de que Sasuke pudiera hacerlo callar Naruto le dirigió una amplia sonrisa, llena de desafío.
- Sí, Kiba, se cómo yo -le retó-. A ver si así decides dejar de comportarte como un niño estúpido de una vez por todas.
- Maldito pedazo de…
- Kiba no empieces ahora -Sasuke ya estaba en medio del cuarto, observándolos a ambos como si los desafiara a dar tan solo un paso-. Miren, sus malditos problemas no me interesan. En el fondo de todo ustedes siguen siendo amigos, dejen la estúpida pelea de lado.
- Pero…
- Maldición Naruto, la broma ya sucedió. No lo puedes cambiar por mucho que quieras -exclamó Sasuke, decidido a parar los conflictos-. Y tú Kiba, maldita sea, deja de comportarte como una novia celosa. Naruto puede ser amigo de Shion si lo quiere.
En un inicio ninguno de los dos dijo nada, pero tras varios segundos el joven Uchiha pudo atisbar un cambio en el ambiente. Por primera vez en mucho tiempo parecía que la habitación no iba a explotar solo porque ambos estuvieran juntos.
- Shion es mi amiga ahora, te agrade o no -Naruto le habló directo a Kiba, con absoluta seriedad.
- No me agrada, pero no soy tu madre para decirte que puedes o no hacer -decidió el castaño, con la mandíbula tensa. Tras unos segundos, sin embargo, se relajó-. Supongo que me altero dejarás los ensayos por ella.
- Prometí cantar en el concurso -replicó el rubio, visiblemente más relajado-. Yo no rompo mis promesas.
- Lo sé -Kiba desvió la vista, probablemente avergonzado por su comportamiento. Justo en el último segundo arrojó un suspiro-. Gracias por venir y no abandonarnos.
- No hay de qué -sonrió el rubio, por primera vez en mucho tiempo.
- Que lindos -las palabras de Sasuke eran puro sarcasmo. Aún se veía tenso, pero por el momento Naruto no podía distinguir que cosa lo tenía así.
- ¿Y qué cosa pasa contigo, teme? Te ves como si en cualquier momento fuera a desatarse una tormenta.
- Esta noche todo es posible -murmuró en respuesta, dejándolo confundido. El chico iba a preguntar en cuanto el teléfono de Kiba sonó, distrayéndolos por completo de eso.
- ¿Eres tú? -Kiba lucía nervioso de pronto-. ¿Qué el transito qué…? Está bien, respira, te esperare en la entrada, ¿lo entiendes? Perfecto, adiós.
Cortó y arrojó una maldición, evidentemente tenso.
- ¿Hina viene tarde? -preguntó Naruto, tratando con todas sus fuerzas de que su voz sonara desinteresada. Sasuke le dirigió una mirada que no pasó desapercibida, consiguiendo que el muchacho comenzara a preocuparse.
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¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...