Capítulo 43. Dos días...

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Sasuke Uchiha suspiró, por décima vez en el día.

Definitivamente oír a Sakura Haruno había sido una mala idea.

Si bien es cierto por fin había abierto los ojos ante la situación que llevaba semanas viviendo, desde que supiera la verdad podía notar como sus amigos se separaban cada vez más, camino a un dramático final orgullo de un escritor demente.

La rebeldía de Naruto había sido solo el inicio. Ahora el chico ya no buscaba excusas, simplemente había dejado de juntarse con ellos sin dar explicaciones, como si, para empezar, jamás hubiesen sido amigos. Kiba y Hina, por otro lado, se mantenían en perfecto silencio, sin presionar ni un poco a Naruto para que volviese a ellos pensado que tal vez esa era la manera correcta de actuar, como si hubieran decidido que era mejor darle tiempo y espacio para él mismo. El problema con esa decisión, pensaba Sasuke, es que Naruto podía tomarlo como desinterés por parte de los chicos, motivo para alejarse aún más de ellos.

Y al parecer esa era justamente la situación que se había formado ahora.

No podía creer lo surrealista de todo, pues era increíble la velocidad y el poco control con que las cosas tomaban forma. Aquella bola de nieve se había convertido en una gran avalancha que ahora iba directo a ellos.

Sasuke lo sabía. Las cosas no saldrían bien para ninguno.

¿Y qué cosa hacía él? Mantenerse como un observador, claro, a la espera de que las cosas se desencadenaran y deseando que los daños no fueran tan graves como habían calculado él y la joven del cabello rosa. Pero no podría ser un observador por siempre, tarde o temprano debería tomar partido en todo eso.

Solo que no sabía cuándo exactamente hacerlo…

- Parece que su manada se ha separado.

Sasuke suspiró. Por algún motivo pelear con el chico de cabello oscuro no le apetecía hoy.

- ¿Qué quieres, Kyoto? -cuestionó sin mirarlo. El muchacho a su lado se apoyó en el barandal, al igual que él, para observar a sus amigos en el patio de la escuela.

- Pues no he podido evitar notar que mis días en la escuela son mucho más tranquilos de lo usual… y no precisamente porque Zentraedi se haya enfermado y este en casa -comenzó con sarcasmo y desinterés, como si solo hablaran del clima-. No he podido evitar preguntarme que les ha sucedido a tus amigos para que estén tan callados.

- No te interesa -respondió Sasuke, sin apartar la vista de sus amigos. Kyoto lo meditó un instante.

- Tienes razón, no me interesa -contestó, con su clásica sinceridad-. Pero me siento algo aburrido, dame algo con lo cual pueda divertirme un rato.

Sasuke giró a verlo, con sus cejas alzadas llenas de sarcasmo y, secretamente, esperando que las noticias fueran lo suficientemente dramáticas para sacarle una expresión de sorpresa.

- Naruto se ha enamorado de Hinata… pese a creer que es un chico.

Kyoto no pudo evitar formar una sonrisa con una mezcla entre burla e incredulidad.

- No me jodas.

- No lo hago -contestó el azabache, encogiéndose de hombros con desinterés y una secreta satisfacción por haberlo conseguido-. Ahora el muy idiota no sabe qué hacer y por lo mismo ha dejado de juntarse con Kiba y Hinata, quienes al no tener ni idea de lo que está sucediendo han preferido simplemente dejarlo en paz.

Kyoto devolvió la mirada al patio, como si tratara de verificar lo que Sasuke le había dicho. No le costó para nada encontrar a los protagonistas de la historia, apartados por varios metros de distancia y decenas de estudiantes.

¡Qué soy una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora