- ¿Qué les parece si se vienen a mi casa hoy? A dormir.
La pregunta de Naruto surgió de forma inesperada durante la hora del almuerzo, como si no lo hubiese pensado con anterioridad. El moretón en su ojo seguía presente, pero el muchacho no había tenido intención de ocultarlo en ningún momento. Desde que hubiera enfrentado al chico que le había puesto el ojo de esa manera, su confianza parecía haberse elevado un montón. Ya no caminaba cabizbajo y encorvado, y su voz era cada vez más alta y segura a la hora de cantar con ellos.
- ¡Oh, genial! -gritó Kiba emocionado, mientras se daba los cinco Naruto-. ¡Noche de chicos!
- ¿Tus padres no estarán? -preguntó Sasuke, sorprendido. Naruto negó con una enorme sonrisa en el rostro.
- Se ganaron un viaje en el trabajo de papá. Y Konohamaru se quedara con un amigo porque así no pasara hambre ya que mamá nos dejó sin comida -suspiró ante lo último.
- ¿Y tú no sabes cocinar? -preguntó Hinata, sorprendida.
- Solo el ramen de tres minutos -se burló Sasuke, golpeando al chico rubio en el brazo.
- ¿De qué te ríes? -Kiba sonrió-. Nosotros tampoco sabemos cocinar.
- Ay chicos, ustedes son unos inútiles -suspiró Hinata, decepcionada. Ella sí sabía cocinar, aunque si lo pensaba bien había aprendido porque su madre consideraba esencial que una señorita supiera hacerlo.
- Pero no importa -Naruto se encogió de hombros, restándole importancia al asunto-, podremos sobrevivir a base de comida chatarra, ¿cierto?
- Claro que sí. ¿Necesito llevar algo? -Kiba ya se haba entusiasmado con la idea.
- Podemos ir de compras luego de clases -propuso Sasuke-. ¿Puedo llevar mis videojuegos, cierto?
Hinata observó aquello, mientras continuaba comiendo con calma, y sonrió. Verlos era como ver a Sakura planear una pijamada para chicas… aunque de seguro la fiesta de Naruto no incluía pintarse las uñas o ver películas románticas.
- Supongo que hoy terminare el trabajo de artes -murmuró, más para si misma que para ellos.
- ¿De qué hablas? -Naruto, que la había alcanzado a oír, se mostró confundido ante su comentario-. Tú vienes con nosotros.
- ¿A-Ah sí? -preguntó, sorprendida. Algo en su mente se disparó: ¡claro, se suponía que era un chico al igual que ellos!-. C-Cierto, cierto -sonrió de forma nerviosa-. Me distraje, perdón.
A veces odiaba eso de la mentira, ¡la metían en un montón de problemas que no podía esquivar…!
- Pero claro, una noche completa solo nosotros -Naruto le sonrió directamente a ella, consiguiendo que su corazón comenzara a latir de inmediato-. ¿Te parece bien, Hina?
Hinata asintió al instante, consiguiendo reprimir el suspiro que casi escapó de sus labios.
…aunque, por otro lado, si mentir significaba pasar un montón de tiempo con Naruto, tal vez estuviera lo suficientemente dispuesta a soportarlo por un tiempo más…
***
La casa de Naruto era igual a la de Sasuke, a excepción de los muebles y la decoración.
Cuando entraron el chico los llevó de inmediato a su cuarto, en donde todos pudieron dejar sus bolsos en una esquina mientras se decidían a que hacer primero.
Antes de llegar, Kiba y Hinata habían tenido que pasar primero a sus respectivas casas, para pedir permiso y recoger lo esencial. Kiba le había dicho a su madre que se quedaría en casa de un amigo y Hinata le había dicho a la suya que se quedaría en casa de Kiba.
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¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...