¡Qué soy una chica!

Capítulo 23. Como una rata

- Ahora, sólo tienes que poner 2 sobre X y luego…

El resoplido de cansancio lo hizo voltear, sólo para encontrarse a su mejor amigo con la cabeza recostada sobre el escritorio.

- Es inútil -se quejó-, no consigo entender nada.

Naruto dio un suspiró, agotado.

- Sí piensas así te ira peor de lo que crees, sólo debes ser positivo y las cosas irán mejor de lo que crees.

Sasuke lo fulminó con la mirada.

- ¿Positivo? ¿Pero qué demonios te pasa?

- ¿No puedo darte palabras de aliento, Teme?

- No, no puedes. Tú no eres tan optimista.

Naruto tragó, nervioso. Jamás había sido bueno para disimular las cosas y Sasuke siempre lo descubría cuando mentía. Era espantoso, simplemente comenzaba a reír cuando era acusado de algo en vez de disimular como haría una persona normal.

Sasuke continuó con los ojos entrecerrados, observándolo con sospecha, aunque luego de unos segundos se dedicó a suspirar.

- O sólo soy yo siendo amargado -continuó, decepcionado. Naruto sonrió.

- Siempre haces lo mismo con los exámenes cerca -comentó él, agradeciendo que Sasuke estuviera tan concentrado en sus exámenes como para sospechar el cambio en su personalidad.

Se sentía en las nubes, pero era difícil explicar el porqué.

Suponía que era una mezcla de sentimientos producidas por tantos cambios buenos en su vida. El haberse encontrado con Sasuke después de tantos años, el haber conocido a dos fantásticos nuevos amigos que lo habían ayudado a deshacerse de sus miedos, el poder desenvolverse mejor con sus compañeros y…

Y bueno, también estaba el beso que se había dado con una chica en la fiesta de Sakura… ¡pero eso era otra cosa!

- Naruto-niichan… -la puerta se abrió de pronto y un pequeño de ojos negros ingresó al cuarto-, ¿estás ocupado?

- Konohamaru, te he dicho que toques antes de entrar -le regañó Naruto, frunciendo el ceño.

- Lo siento, es que tía Kushina me envió por ti.

El joven rubio suspiró.

- Ya vuelvo -se disculpó con Sasuke. Su amigo le asintió y agradeció aquel momento libre.

Naruto salió del cuarto y bajó las escaleras con velocidad. En cambio Konohamaru se mantuvo en la puerta, indeciso sobre si pasar o no.

- ¿Cómo estas, pequeña hoja? -sonrió Sasuke, estirando el puño. El pequeño de inmediato sonrió.

- Genial, Sasuke-niisan.

- ¿Cómo va la escuela? -se burló-, ¿alguna novia ya?

Konohamaru frunció el ceño, como si la idea le diera asco.

- No, ugh, las chicas son tontas.

- Ah, extraño esa edad -suspiró Sasuke, con actitud soñadora.

- Jamás me enamorare de una chica -declaró el pequeño de pronto enérgico, justo en el instante en el que Naruto regresaba al cuarto con una bandeja y refrigerios.

- Pues eso no es necesario, podrías enamorarte de un chico.

- Deja de confundir a mi primo, Teme -le amenazó Naruto. Sasuke alzó sus brazos, fingiendo inocencia.

- Sólo digo, sólo digo. Jamás se está seguro sobre ese tipo de cosas.

- No le gustan los chicos -Naruto rodó sus ojos-, sólo pasa que aún cree que las niñas contagian los piojos.