“- Creo que serías una excelente novia -en ese momento no halló la razón para decirlo, pero en cuanto las palabras salieron de su boca supo que eran verdad-. Creo que, el chico que no se enamore de ti es un verdadero idiota.
Y con lo último sonrió, esperando que ella hiciera lo mismo.
- Creo que… el chico del cual estoy enamorada es increíble -Shion sonrió, desconcertándolo por completo con sus palabras: ¿qué se suponía que fuera a decir él luego de eso? -. Y quiero ayudarlo para que sea feliz y se sienta tranquilo con la persona a la que él ama.
- ¿Qué hay de ti? ¿Qué ganas con esto?
- Bueno, supongo que sigo esperando un último beso de mi príncipe azul -respondió, con un tono que claramente indicaba que su petición era una broma. Aun así, Naruto no se sintió capaz de seguir aquella broma.
- Pero, aun así…
- No espero nada de ti -le interrumpió ella, con voz calmada-. Yo solo… he asumido que nunca podré estar contigo, y no solo porque estés enamorado de alguien más.
- ¿A qué te refieres?
Ella desvió su vista.
- Si resultase que descubrieras que estás enamorado de mí y comenzáramos a salir justo ahora… aun así no funcionaría. Solo es algo que sé”
Naruto suspiró, dejando aquel recuerdo de lado.
Nuevamente se había desconcentrado de su lectura. Y ahora, por aquel desliz, tendría que comenzar el párrafo nuevamente.
Sin embargo, no podía evitarlo. Últimamente Shion había estado mucho más presente en sus pensamientos que de costumbre. Más que ella, su extraño comportamiento… porque, a pesar de estar enamorada de él como tantas veces había afirmado, continuaba ayudándolo con Hinata como si de Cupido se tratara.
Eso lo confundía. ¿Qué clase de chica no luchaba por lo que quería? ¿O acaso era alguna especie de plan para que él la escogiera? Tal vez… tal vez Shion simplemente había perdido el interés con el tiempo, aunque Naruto lo dudaba… y es que la forma en que su mirada había brillado tras su invitación al baile le indicaba todo lo contrario.
Shion se encontraba enamorado de él. Pero aquel hecho no provocaba que su corazón latiera más rápido, como se suponía debía suceder… o bueno, no tan rápido como había latido cuando él pensaba en Hinata.
El problema con Hinata era que… bueno, ella le había mentido.
Tal vez era algo infantil enfadarse por eso, pero realmente… realmente dolía cuando descubrías que toda tu amistad, tu relación con alguien, estaba basada en una mentira. Y, tras entender la verdad, uno no podía evitar cuestionar el resto de las cosas. ¿Cómo sabía que conocía realmente a Hina? ¿Cómo sabía que todo lo que le había dicho no era más que una mentira?
Se sentía un idiota por desconfiar así, pero no podía evitarlo. Estaba enojado y lastimado. Y, además de eso, no se sentía capaz de verla a los ojos ahora. Se sentía avergonzado por haberla confundido con un chico.
Es decir… la había tratado como un chico todo el tiempo, arrojando bromas y comentarios que una chica no debería oír… pero haciéndola reír con ellas; ella lo había defendido y se había enfrentado a un chico mucho más grande y fuerte que ella solo para salvarlo; e incluso había dormido junto a ella y… ¡sentido sus pechos! ¿Cómo no lo había notado en ese momento? ¡Eran enormes!
Sin embargo, ¡nunca lo hubiera sospechado! Ella no era como ninguna de las chicas que él hubiera conocido jamás. Gritaba, corría, insultaba… y no se preocupaba por su imagen, ni por llevar el maquillaje corrido o por estar despeinada. Pero al mismo tiempo jamás había sido como los chicos que conocía: era amable, sensible y siempre con disposición a resolver los problemas. No lo hubiera podido sospechar. Ella era un punto medio, un verdadero enigma.
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¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...