Hinata suspiró mientras avanzaba junto a su amiga.
Siempre había odiado cuando otras chicas -sobretodo otras chicas a quienes no conocía- guardaban silencio y la observaban fijamente a ella. La hacían sentir juzgada porque usualmente la atención recibida terminaba siendo negativa. Por eso el hecho de que la atención que recibía ahora fuera positiva… la asustaba.
Las chicas no la veían con burla ni se reían de ella… lo que había en sus ojos era admiración.
- Sigue así Hinata -la animaba Sakura-. Estas matando.
¡Era impresionante!
Sakura había insistido en hacerle un cambio de imagen antes de salir de su casa, pero sorprendentemente no había querido vestirla de chica.
Parecía que la idea de ocultar su identidad se había vuelto un juego para su amiga. Había llevado ropa de chico sacada de quien sabe dónde y se la había pasado al menos media hora probándole conjuntos hasta dejarla como lo deseaba. Había recortado su cabello y la había peinado con tutoriales de internet; así como luego la había obligado a dejar sus lentes con marco negro para cambiarlos por unos de contacto.
Ahora todos la miraban.
Y es que si antes había parecido un chico, ¡ahora parecía un modelo!
- ¡Endereza la espalda! -le retó Sakura-. Cabeza derecha.
- L-Lo siento.
- Debes verte más segura, los chicos sensuales son seguros… a menos que seas un chico tímido lo que te haría súper lindo y tierno.
- No importa que, estoy segura de que no soy nada linda y tierna de ninguna forma.
- ¿Estás loca? Te deje totalmente bien -le sonrió, mirando al frente. Entonces hizo una mueca, hastiada-. Ay no…
- ¿Qué?
Se detuvieron en cuanto un grupo de chicas frenó frente a ellas.
- Hey, frente de marquesina -saludó la joven rubia que iba al frente, es decir, la líder del grupo. Hinata tragó enseguida: esa chica era pura seguridad… al igual que Sakura.
¿Por qué ella no podía ser así? ¿Había llegado tarde a la repartición de confianza en si misma?
"Eso te lo saltaste definitivamente"
- ¿Qué tal, Ino-cerda? -le saludó Sakura, con una sonrisa hipócrita.
- ¿Ese es el tal Sasuke? -cuestionó la chica rubia, evaluándola con dureza-. Vaya, creí que habías dicho que era más rudo y…
- No cielo, él es solo un amigo -respondió Haruno, sarcástica.
- Oh, que lastima. Es tan lindo, como un gatito indefenso…
- Aléjate de mi chico, arpía -Hinata sonrió, sorprendida. Sakura era increíblemente ruda cuando quería-. No está disponible para ti.
- ¿Tiene novia?
- No.
- ¿Entonces es gay? Eso explicaría esos pantalones…
- No, tonta -la chica de cabello rosado rodó sus ojos, hastiada-. ¿Sabes qué? Olvídalo.
Giró, tomando la mano de Hinata y llevándosela.
La chica continuó sintiendo las miradas de todas encima, pero por una vez no le molestó. Le gustaba que, de cierta forma, encontraran que como se veía era genial.
El teatro donde se llevaría a cabo la obra era algo increíble.
Con razón la preparatoria de chicas era tan popular entre las señoritas de Konoha: se especializaba en artes. Por lo mismo su teatro era una fiel representación del alumnado: reluciente y perfecto, sin fallas.
Por no hablar de las mismas chicas.
Era impresionante: todas trabajaban coordinadamente, no era como en su escuela cuando todas las mujeres debían pelear con los chicos para que movieran un mísero dedo. Hinata se sentía asombrada.
Se veía la emoción en cada una de las alumnas. Por todas partes habían grupos vigilando los últimos detalles del vestuario y el escenario, así como preparando las butacas, luces y la limpieza para que todo quedara perfecto.
Parecía una producción oficial.
Allí su el interés de las chicas por Hinata no fue la excepción, también la quedaron viendo e incluso dejaron de hacer sus cosas por observarla mejor.
- ¿Qué pasa? ¿Acaso jamás han visto a un chico? -preguntó a Sakura, ya preocupada.
- Hay chicas que llevan aquí toda su vida, no saben interactuar mucho con un chico. Además ellos no pueden entrar tan fácilmente a la escuela.
Hinata asintió. De pronto, justo al llegar a la entrada a bastidores se toparon de frente con una chica. Era más baja que ellas, con el cabello castaño claro y los ojos verdes. La muchacha se disculpó rápidamente con Hinata, pero entonces vio a Sakura.
Frunció el ceño, alzó el mentón y dio media vuelta sin decir nada.
- ¿Pero quién es ella? -preguntó Hinata, una vez se hubiera marchado.
Sakura observó a la joven y suspiró.
- Se llama Matsuri, es de primer año.
- ¿Y por qué te odia tanto?
- Se presentó para ser Julieta pero la rechacé… es demasiado impulsiva y su personalidad no coincidía con la del papel. Así que le di un papel menor, pero lo tomó como una ofensa personal.
- Creí que tú serías Julieta.
- No, sucede que la presidenta del club de teatro no puede actuar. Es la encargada de coordinar todo.
- No juegues. ¿Eres la presidenta del club de teatro?
Bueno, eso no era una sorpresa.
Su amiga era la reina del drama.
- Sí. Y realmente esta oportunidad es única -miró hacia uno de los grupos de actrices, entre ellas Matsuri, que continuaban ensayando-. La mitad de estas chicas no es del club pero tienen un talento asombroso, incluyendo a Matsuri. Quiero que todos entren a nuestro club pero para eso necesitamos que la obra funcione.
- ¿Y para qué me necesitas? -observó alrededor, a las distintas chicas cumpliendo con su función tan perfectamente que parecían una colonia de hormigas-. ¿Quieres que ayude a hacer trajes o algo así?
- No -Sakura giró a verla y fijó sus ojos jade en ella-. Quiero que seas Romeo.
- Ah bueno, quieres que… ¡¿estás loca?!
- ¡Te juro que lo intente todo! -Sakura se apegó a ella, desesperada-. Pero ninguna de estas chicas tenía ese aire masculino que tu inspiras.
Hinata enrojeció de golpe.
- ¡Yo no…!
- Nadie se ha dado cuenta de que eres una chica.
- ¡Sakura por el amor de…! -hizo una pausa-. ¡Ni siquiera me sé el libreto! ¡No puedo actuar!
- Confió en ti. Tenemos toda la mañana y la tarde para esto -y a continuación usó su mirada suplicante-. Por favor, Hinata. Ayúdame a conseguir nuevas miembros en mi club.
La chica suspiró.
¿Cómo terminaba aceptando siempre?
- ¿Saldría en demasiadas escenas?
- No realmente, la obra está enfocada principalmente en la vida de Julieta siendo joven. Romeo casi sale al final, en su parte romántica. ¿Lo harás Hina?
- Supongo que no me queda de otra -susurró como respuesta, consiguiendo que Sakura chillara de la alegría-. Al menos los chicos no me verán…
Su amiga se detuvó observándola fijamente y abrió la boca para comentarle algo, aunque al final guardó silencio.
No, Hinata no necesitaba saber que sus amigos estaban en ese momento en el Festival.
***
- Eh… chicos…
Sasuke hizo lo imposible por ignorar la voz de Naruto, pero le fue imposible.
- ¿Sí? -su amigo se oía asustado, de seguro incapaz de ignorar lo que tanto esfuerzo junto a Kiba fingían no ver.
- ¿Por qué… por qué todas esas chicas nos están mirando?
Sasuke y Kiba frenaron y voltearon al ver alrededor, para comprobar si lo que el chico rubio decía era verdad.
Y sí, lo era.
En ese momento eran el blanco de todas las chicas en la entrada de la escuela.
Habían llegado algo temprano, pero Sakura los había citado a esa hora para pedirles ayuda con algunos trabajos pesados a cambio de comida y entradas gratis para las atracciones, algo así como un pase vip, incluyendo la obra de teatro del final del día.
Sasuke suspiró, recordando como Sakura le había suplicado. Odiaba ser tan débil con ella.
De un momento a otro Naruto tomó su mano, asustado.
- ¡Suéltame! -ordenó el azabache.
- ¡P-Pero estoy asustado! -le explicó, clavando sus ojos azules directamente en él.
Kiba dio un paso atrás, notando de pronto a la cantidad de chicas que ahora les observaban con sorpresa y que habían dejado sus actividades de lado.
¡Eran el centro de las miradas!
- Eh…
Sasuke observó alrededor, asustado.
La mirada que todas aquellas chicas tenían le resultaba aterrador. Como si por algún motivo estuvieran emocionadas y a la espera, como un depredador a punto de atacar a su presa.
Además del sonrojo en sus rostros…
"Esto es cómo cuando Hinata y Sakura están viendo…"
Y entonces lo comprendió.
- ¡No somos novios como para que me tomes la mano!
Naruto se vio sorprendido ante ese argumento, un pequeño sonrojo adornó su rostro.
- ¡P-Pero Sasuke!
- ¡¡QUE NO ME TOMES LA MALDITA MANO EN ESTA ESCUELA!!
***
Hinata salió del vestidor usando la ropa de Romeo.
- Listo.
Al instante fue rodeado de un montón de chicas que comenzaron a lanzarle elogios sobre lo bien que se veía y hacerle preguntas respecto a su vida. Parte de ella no pudo evitar sentir culpa, porque después de todo las estaba engañando… pero al mismo tiempo se divertía mucho haciendo aquello. Las líneas no eran tan difíciles de aprender y pese a que había aceptado por Sakura ahora se estaba motivando realmente.
Ya era por la tarde y quedaban solo unas horas para el espectáculo. Aún no aprendía todas sus líneas, pero ahora comenzaban los ensayos con los disfraces y el resto de las chicas se encontraban apoyándola arduamente, sin criticas ni comentarios sarcásticos como en un momento temió sucedería.
De pronto Matsuri, la chica con la que se había topado en la mañana, se le acercó.
Hinata sonrió al verla en su largo vestido negro: ella actuaría como un enlace entre Julieta y Romeo, y le alegraba tenerla de compañera.
- Senpai, quisiera disculparme en nombre del elenco -hizo una inclinación, con las mejillas ligeramente teñidas de rojo, tal vez debido al esfuerzo o la vergüenza-. No fue correcto obligarte a participar, de seguro tenías otras cosas que hacer mejores que verte rodeado de un montón de chicas tontas.
- Ah, supongo que está bien -respondió con leve desinterés-. Me lo pidió una amiga después de todo.
La chica fijó sus ojos verdes con intensidad en ella.
- D-Disculpa… ¿Sakura-san es tu amiga?
- Sí.
- ¿Y crees que es agradable a pesar de que te haya obligado a participar?
Hinata la miró fijamente. Sabía que esa chica y Sakura se llevaban mal, pero esa podía ser una muy buena oportunidad para ayudarlas a ver que tenían muchas cosas en común.
- Claro que Sakura puede ser algo exigente gran parte del tiempo, pero lo hace porque le gusta ver lo mejor de cada una de ustedes.
- Yo ansiaba tanto ser Julieta este año…
- No existen papeles pequeños, ha sido muy agradable trabajar contigo y me has hecho sentir muy cómo… cómodo, ya que no se me las líneas aún -aseguró, nerviosa-. Te he visto todo el tiempo y en verdad has sabido interpretar maravillosamente a tu personaje, Sakura no se equivocaba contigo: eres fantástica -entonces sonrió-. Si entras al club de teatro luego de esto, estoy seguro de que un día serás una gran actriz, hermosa y llena de talento.
La mirada de Matsuri brilló, emocionada, mientras que un sonrojo se extendía por su rostro.
- ¿Lo crees en verdad?
- Claro.
- Entonces me esforzare -prometió, dando la vuelta para marcharse y volver con su grupo. Sakura apareció, con una sonrisa al ver lo último.
- Gracias por esto -le susurró a Hinata, quien suspiró cansada.
- En vez de crear este tipo de planes… ¿no deberías estar preocupada en, no sé, tratar de salir con Sasuke?
Sakura clavó sus ojos en ella y rió, evidentemente sonrojada.
- ¿De qué hablas?
- Duh, de que se gustan y todo -contestó con obviedad.
- Eso, mi querida hija, es cierto -Sakura volvió a caminar para sentarse frente a ella-, pero estoy esperando a Sasuke.
- No entiendo, si sabes que le gustas ¿qué rayos estas esperando?
Su amiga se detuvó, observándola con nostalgia.
- ¿Recuerdas cuando llegó al salón?
Hinata se cruzó de brazos, con actitud burlesca.
- Sí, lo viste y me dijiste "ahí está Hina, mi futuro esposo".
- Y lo será, pero más adelante -siguió Sakura, calmada-. La cosa es que hice un plan de seis semanas para conquistarlo y lo conseguí. Ahora debo esperar a que estemos involucrados en una situación conjunta para poder vernos más seguido y en la que exista un tiempo para que me invite a salir.
- ¿No crees que es muy complicado? -Hinata rodó sus ojos-. Solo invítalo a salir y ya.
- Llámame anticuada pero soy una dama a la antigua -Sakura sonrió satisfecha-. Por eso debo esperar a que él de el primer paso.
- Ay Sakura, no has cambiado en nada.
Mientras la hora del estreno se acercaba cada vez más los últimos materiales iban llegando y distribuyéndose.
- ¡Disculpen! -una chica apareció-. Lamento molestar, pero llegaron los ayudantes y no saben dónde poner las cosas.
Sakura asintió y con Hinata se dirigieron hasta allí para ayudar a quienes llevaban los objetos pesados. De pronto un muchacho, cuyo rostro estaba oculto por la gran caja que intentaba equilibrar, comenzó a balancearse peligrosamente.
- S-Se me va a caer -anunció. Hinata no dudo en correr a él.
- ¡Yo te ayudo! -susurró, pasando las manos bajo la caja. Sus dedos se rozaron levemente con los del muchacho, pero no pudo moverlos hasta terminar de apoyar la caja. En cuanto lo hizo él alzó su vista para agradecerle… y entonces comenzó el caso-. ¡¿Naruto?!
- Ah, Hinata… -Sasuke y Kiba, portando otra caja, aparecieron tras el chico rubio-. Aquí estas…
- ¡Te vez genial! -le prometió el muchacho de cabello castaño.
- Ah, chicos, muchas gracias -Sakura apareció, sonriente, y luego apuntó a Hinata quien seguía sorprendida-. Les presentó a Romeo.
- ¿Serás Romeo? -cuestionó Sasuke. Hinata asintió, avergonzada.
- Genial, te vez muy bien -comentó Naruto, sonriendo con timidez.
- ¿T-Tú crees?
- Te queda muy bien… -prometió con calma, viéndola directo a los ojos. De pronto las luces se tintinearon, anunciando que quedaban pocos minutos para el estreno-. Será mejor que busquemos nuestros asientos.
- Tienes razón -comentó Sasuke-. Les veremos después.
- Hasta luego, dulce Romeo -se burló Kiba, alejándose. Hinata solo dejo pasar un minuto antes de quitar la sonrisa de su rostro.
- No puedo hacerlo -exclamó, volteando a ver a Sakura
- ¡¿Qué?!
- ¡Naruto está aquí con los chicos! ¡No puedo hacerlo!
- Hinata, fuerzas mayores me presionan -su amiga frunció el ceño, decidida a no dejarse ganar-. Sin dramatizar me arriesgaría decir que si no sales me asesinaran.
- ¡¿Estás loca?!
- La mitad de estas chicas me vienen diciendo desde que apareciste que eres endemoniadamente sexy, así que vas a salir allí y no aceptare un maldito "no" como respuesta.
Hinata tragó.
¿Dónde estaba su valor cuando lo necesitaba?
¿Por qué no podía negarse ante Sakura?
Miró hacia el escenario, en donde la primera chica aparecía para comenzar oficialmente la obra y supo que no tenía escapatoria.
- Pues, ¿qué más da? Después de todo iré a morirme allí.
***
Contrario a lo esperado la obra había pasado realmente rápido.
Salió suspirando aliviada de terminar y pronto fue ovacionada tanto por los aplausos del público como del de las chicas tras el escenario. Se sentía realmente orgullosa y no dudo en arrojarse a los brazos de Sasuke y Kiba, quienes la recibieron emocionados.
Naruto en cambio solo alcanzó a felicitarla antes de que Sakura lo interrumpiera anunciando una fiesta para el elenco el próximo fin de semana. Luego de eso comenzaron los preparativos para ordenar todo, por lo que los muchachos debieron abandonar el lugar y Hinata tuvo que ser llevada a su vestidor para cambiarse de ropa.
Y en eso estaba cuando unos pasos resonaron en aquella zona ya vacía.
-¿Sakura? -llamó preocupada, terminando de desvestirse. Observó su reflejo en el espejo, específicamente el sostén especial que cubría su pecho, que por lo demás ya comenzaba a ahogarla.
Una figura apareció al otro extremo, separados por la frágil cortina.
- ¿Senpai?
Hinata lanzó un grito y se golpeó contra el costado del camerino. Arrojó una maldición y terminó de colocarse la polera negra a toda prisa antes de salir y encontrarse con la chica que la esperaba fuera.
- ¡¿Matsuri?! ¡Maldición, me has dado un susto! -se llevó la mano al pecho, aliviada de que fuera ella y no Naruto, quien hubiera descorrido la cortina sin dudarlo.
- ¡L-Lo siento! -suplicó, bajando la vista avergonzada-. D-Debí saber que estabas terminando de vestirte.
- Oh, no importa -le sonrió: le recordaba a su hermana menor, por lo que no podía molestarse con ella-. Por cierto, has estado simplemente fantástica.
- Igual que tú.
- ¿Has pensado en entrar al club de teatro?
- Claro que lo haré, así como el resto del elenco que no estamos dentro.
Hinata no pudo evitar sonreír: con eso había podido ayudar a la chica de cabello rosa.
- Me parece bien, estoy seguro de que serás una gran amiga de Sakura.
- Más bien me gustaría ser tu amiga.
- ¿Ah sí?
- No, no realmente -respondió, de pronto seria-. Sé que es apresurado pero creo que este tiempo contigo me ha servido para descubrir lo amables y dulces que pueden ser los chicos, por eso… -desvió la vista y murmuró algo que ella no alcanzó a escuchar.
- ¿Q-Qué sucede?
- H-Hay algo que quiero que sepas…
- Claro, puedes decírmelo…
Hinata la miró fijamente. Matsuri tenía la vista baja y se mordía labio de forma nerviosa, como si temiera decirle algo. Por algún motivo le recordó a ella misma cuando se encontraba cerca de Naruto, actuando de forma tímida y nerviosa debido a lo que él le provocaba.
Y entonces, demasiado tarde reconoció el sonrojo en su rostro.
Oh no, no era cierto.
Eso no estaba pasando.
- ¡M-Me gustas un montón, senpai! -exclamó, emocionada.
Hinata abrió al boca, incrédula.
¡Sí estaba pasando!
- A-Ah… b-bueno… -alzó las manos y dio un paso atrás, a la vez que Matsuri avanzaba a ella, con los ojos brillantes-. L-Lo siento, pero…
- ¡No aceptare un no como respuesta, senpai! -sonrió, desafiante-. ¡Seré la chica perfecta para ti, lo juro!
Y dicho aquello dio media vuelta y se alejó corriendo, con una decisión que Hinata había visto otras veces en Sakura… justo cuando se proponía algo ante lo que prefería morir antes de rendirse…
Pero esa chica no era Sakura, era solo otra escolar enamorada por el momento de un chico que le había parecido demasiado genial. Como esos amores platónicos por un actor o cantante.
Solo eso, ¿cierto?
No era nada de lo que preocuparse... ¿cierto?
CONTINUARA…
ESTÁS LEYENDO
¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...