Sasuke Uchiha estaba a punto de volverse loco.
Quedaba solo una semana para el maldito concurso y toda su banda se encontraba dividida a la mitad y, muy posiblemente, a punto de separarse.
- ¡Te dije que no quiero cantar la maldita canción hoy!
- ¡Pues mala suerte maldito idiota, solo nos queda una semana y tienes que practicarla! ¡No aceptare más de tus ausencias!
- ¡¿Ah sí?! ¡¿Y qué planeas hacer?!
- ¡Naruto, Kiba! -Hinata, en medio de ambos chicos, nuevamente conseguía evitar que la discusión se saliera de control-. ¡Basta ya!
Sasuke en cambio no tenía ni idea de cómo actuar.
Es más, ni siquiera podía comprender cuando la tensión había aumentado tanto entre ellos hasta aquel punto irreversible. La última vez que se había fijado en esos detalles sus amigos no querían matarse entre ellos.
- ¿Alguno puede decirme que demonios está sucediendo?
Su mejor amigo no pareció tener intención de responder. Tomó sus cosas y se encaminó directo a la salida, como había estado haciendo durante cada ensayo las últimas tres semanas, solo que en esta ocasión Kiba no planeaba permitirle el abandonar el salón, así como así, sin explicaciones y luego de una rabieta. Planeaba detenerlo.
Aunque Sasuke creía que sujetándolo del hombro con tanta fuerza no era exactamente la mejor manera.
- Oh no, no lo harás. Tienes responsabilidades, tu novia puede esperar.
El muchacho rubio frunció el ceño y se liberó con violencia.
- Shion no es mi novia.
- Eso a mí no me interesa. Vas a cantar, ¿me entiendes?
Naruto le dirigió una larga mirada, desafiándolo sin un atisbo de miedo en sus ojos. Sasuke se sorprendió de lo mucho que su amigo había cambiado con el paso de los meses, pero lo desconcertó el hecho de que se comportara de esa forma con ellos, con sus amigos, como si no fueran más que un montón de víboras venenosas.
Finalmente, el rubio sonrió de manera altanera, con una actitud burlesca que no pasaba inadvertida.
- Púdrete, sucio perro.
Y con eso Kiba se le arrojó encima y lo empujó contra la puerta, golpeándolo con fuerza y tomándolo desprevenido. Naruto le devolvió el empujón en cuanto se recompuso de la sorpresa y no tardo en comenzar a forcejear con él. Hinata chilló, asustada y claramente sorprendida.
Los insultos volaron entre ambos y, antes de que la pelea se les fuera de las manos, Sasuke intervino, separándolos a la fuerza.
- ¡Ya está! ¡Se acabó! -exigió sosteniendo a Naruto, ayudado por Hinata quien sostenía a Kiba-. ¡Quiero saber qué demonios está sucediendo ahora!
- ¡No quiero cantar, ¿entienden?! -grito Naruto, liberándose de su agarre-. ¡Estoy cansado, quiero irme a casa!
- No me quieras engañar, sé que te ves con Shion luego de las clases -el azabache frunció el ceño, recordando la acusación que Kiba y Hina habían realizado semanas antes. Hasta el momento no lo había creído por completo, pero al ver como su mejor amigo desviaba la vista supo que todo era verdad. Su expresión se ablandó, así como el tono en su voz-. Sabes que nos puedes decir lo que sea, somos tus amigos, ¿no? -hizo una pausa de algunos segundos-. ¿Acaso estás saliendo con ella?
- ¡Que no somos novios! -replicó el rubio, frustrado con el poco entender de sus amigos-. ¡Solo es mi amiga!
- ¡Nosotros éramos tus amigos antes de que ella llegara! ¡Nos debes lealtad! -lo acusó Kiba. Naruto lo fulminó con la mirada en respuesta.
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¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...