Esa mañana en medio del patio, Hinata sintió que tal vez dejarse llevar por el orgullo y el enojo no era la mejor idea de todas…
- Estarás bien -las manos de Sasuke sobre sus hombros, acompañadas de sus palabras de aliento, le resultaban reconfortantes-. Eres más rápida que cualquiera de ellos. Solo tienes que correr.
- Estoy fuera de forma -le recordó al chico.
- En ese caso no deberías jugar -Kyoto se veía serio, sin apartar la vista del equipo rival. Hinata frunció el ceño, pero decidió ignorarlo, a fin de cuentas comprendía lo estresado que debía estar el chico.
- ¿Acaso nunca les da miedo de lastimarse cuando van a jugar?
- Pero claro que nos asusta -contestó Zentraedi, con una sonrisa sabia-, solo que no podemos dejar que otros noten nuestro temor, confiar en tus habilidades es esencial para ganar la batalla.
- A mi me suena más bien a que temen que otros les llamen cobardes -murmuró ella, en respuesta-, no hay nada de malo con sentir miedo. El orgullo no debería ser lo único que los guie, si están asustados no tienen porque pelear.
- Es por eso que las chicas no van a la guerra -se burló Kyoto. Hinata le devolvió la sonrisa con confianza.
- Y es por eso que solo las guerras las han provocado los hombres -respondió, avanzando hacia la cancha. Ride y Rode controlaron la pequeña risa que les provocó aquella respuesta antes de salir tras ella.
- No puedo creer que mi amiga te haya hecho Jaque mate, campeón -se burló el muchacho castaño. Kyoto solo sonrió en respuesta.
- Me gusta que sea desafiante, no se ven muchas chicas así últimamente -comentó en respuesta y con calma. Se encogió de hombros y avanzó hacia delante, junto a Kiba. Sasuke y Zentraedi les siguieron con calma.
El equipo contrario también llegó a la mitad de la cancha, echándole una mirada sospechosa al improvisado equipo y a aquel misterioso nuevo miembro. Naruto, quien también se encontraba con los chicos como nuevo defensa, en cambio sonrió automáticamente al reconocerla y la saludó con alegría. Hinata correspondió moviendo de manera tímida su mano antes de ser detenida por Kiba.
- ¿Quién es ese? -preguntó de inmediato uno de los chicos, quien parecía ser el capitán del equipo contrario. De cabello blanco y ojos verde agua no pareció caer en el hecho de que Hinata fuera una chica, cosa que la alivió profundamente. En cambio, el sujeto la miró de arriba abajo en un segundo antes de ignorarla por completo.
- Nuestro nuevo miembro -respondió Kiba, firme.
- ¿De dónde lo sacaste?
- ¿Vas jugar o no? -se burló Sasuke, desafiante-. ¿O quieres matar el tiempo para que no te demos una paliza nuevamente?
Ella no pudo evitar tragar.
Los chicos sí que eran directos en una pelea, no ocultaban sus expresiones de odio como las chicas.
- ¿Al menos su miembro sabe perseguir un balón? -le hizo la pregunta a Kiba, pero Hinata supo que era ella quien debía responder.
- ¿Me lo pregunta el idiota que anotó un autogol para su equipo en el último partido?
Todos lanzaron risas y burlas, excepto el joven, quien no dudo en matarla con la mirada.
- Solo demuéstranos que no eres una niña para esto.
Ella frunció el ceño, enfadadísima.
- Imbécil sexista -masculló, dando media vuelta y caminando a la que sería su posición. Definitivamente ahora tenía ganas de humillarlo en su propio terreno.
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¡Qué soy una chica!
RomanceA Hinata Hyuuga jamás le ha molestado ser confundida con un chico. Aunque deba escondérselo a su familia, se meta en problemas con sus amigos y se gane una que otra mirada reprobatoria la verdad es que no puede negar lo que es: una chica tomboy. Y l...