Capítulo 1.

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~Un año después~

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~Un año después~

Mire con aburrimiento la puerta por quinta vez en este día. Desde que abrimos hoy todo se había mantenido tranquilo. Pocos clientes habían llegado a la tienda, lo cual hacía todo un poco aburrido para mi.

Alanna me había dejado a cargo durante estos días donde estaría fuera. Era aburrido estar sin ella por aquí, pero por suerte tenía a Patrick revoloteando aquí. Patrick, Patrick. El pelirrojo se había convertido en mi ayudante en el trabajo. Algo loco, ya que mi puesto aquí era precisamente ese, el de ayudante. Ahora yo tenía un ayudante también.

Patrick Jones se había convertido en uno de mis mejores amigos desde aquel día de universidad donde lo defendí de aquellos imbéciles. Al principio me había parecido extraña la forma de ser de aquel pelirrojo de rizos brillantes y mejillas sonrojadas. Él es extrovertido, liberal y gracioso. Una extraña combinación que, cuando llegas a profundizar en ella, te das cuenta que es de lo más genial del mundo. Jones es simplemente el mejor amigo que puedes tener, aunque claro, jamás le diría eso ya que alimentaria más el gran ego que tiene.

-¿Seguirás dibujando o ya me ayudaras?.- Lo moleste después de un momento de observarlo en silencio. Su ceño estaba fruncido mientras su mano se movía con rapidez en la libreta que tenía en el regazo. Siempre haciendo trazos de dibujos de personajes de anime. Él era un poco/mucho friki.

-¿En que necesitas que te ayude?. Ni hay clientes.- Murmuró mientras echaba un vistazo a la tienda cuando levantó sus verdosos ojos. Es cierto, no había casi nadie, pero teníamos que acomodar algunas cosas que se encontraban por salir del horno.

-Necesito acomodar unos postres en las bandejas que tenemos en la parte de atrás y ponerlos en el mostrador.- Respondí. Patrick resopló.- Bien, yo lo hago. No sé siquiera por qué te contrate. Eres el peor ayudante que puede tener alguien.

La campana sonó indicando un nuevo cliente. Deje lo que estaba haciendo y levanté la mirada para atender al cliente. Mi respiración se atascó cuando lo vi. Era el mismo hombre de siempre que venía a la misma hora cada día.

Conocía su rutina de pies a cabeza ya que desde hace dos meses siempre aparecía por aquí en las mañanas. Ordenaba un café de avellanas junto con una magdalena, para después tomar asiento en una de las mesas que teníamos en el lugar. Leía el periódico por diez minutos, después lo doblaba y tomando su maletín se retiraba con rapidez. Así era cada mañana.

Hoy se encontraba vestido con un traje azul de dos piezas, junto con una camisa blanca de botones y zapatos brillantes negros. Se veía realmente increíble. ¿Qué rayos estoy pensando?. No se ve increíble, ¡joder!. Se ve ridículamente pretencioso con ese costoso traje de diseñador y esa mirada inteligente.

-¿Lo mismo de siempre?.- Preguntó Patrick con una sonrisa. El hombre asintió. Patrick le dio la espalda para preparar el café en la máquina mientras yo me mantenía como un idiota parado en el otro extremo, mirándolo. Sus ojos se encontraron con los míos cuando se giró hacía mí. Azul contra café. Intente apartar mis ojos de él, pero no pude. Era como si sus profundos pozos azules me hipnotizaron.

Matt y Charles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora