Cuándo nuestras miradas se encontraron, una parte de mí lo supo desde el principio. Estábamos hechos para reír juntos, para amarnos con toda la pasión que fluía entre tú y yo, y la gravedad que nos atraía a ti y a mi.
Matt y Charles...
Un amor her...
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-No pasó nada.- Fue lo único que pude responder después de un momento. Me sentía como un idiota, sentado en su sala con una resaca terrible mientras recibía una reprimenda por mis estupideces. Se sentía cuando un padre regaña a su hijo adolescente por su primera borrachera. ¿Así me veía él ahora mismo? ¿Cómo un chico que debía reprender por sus faltas?.
-No, afortunadamente aún estás con vida. ¿Cómo se te ocurrió manejar en ese estado?. Pudiste ocasionar un accidente.- Su voz estaba cargada de reproche. Quise protestar, pero de inmediato me detuve. Él tenía razón. Manejar en mi estado fue una completa estupidez. Ahora Charles de seguro piensa que eres un idiota.
-Lo siento.- Susurre, con la vista clavada enfrente. No podía mirarlo a los ojos, me me daba tanta pena el verlo. Quería crear una buena impresión para él, mostrarle mi mejor persona, y lo termine empeorando.
Charles apretó la mandíbula, mientras pasaba sus manos por su cabello, desordenandolo en el proceso. Su cuerpo desprendía olas invisibles de enfado. Parecía que la tranquilidad con la que hablaba lo desesperaba, ¿pero qué más podía hacer?.
-Perdón por alterarme de ese modo, es solo que no sabes lo que he tenido que ver en el hospital cuando llegan personas que han tenido accidentes automovilísticos.- Asentí. Charles camino con lentitud hacia mi. Con una pequeña sonrisa rodeo mi cintura con sus grandes brazos, acercándome más a su cuerpo.
Con un movimiento reflejo descanse mis manos en su firme pecho mientras lo miraba con intensidad. Café contra azul. Una mezcla extraña, pero a la vez tan hermosa cuando se complementaban.
-Me preocupo por ti.- Confesó en un susurro Charles. Él no tenía temor en expresar sus sentimientos. Para mi era un poco más difícil el decir como me sentía.- Sé que nos estamos conociendo, y hasta puede sonar un poco exagerado para ti mi comportamiento, pero Matt...no quiero que te pase nada. Prométeme que jamas volverás a hacer algo así.
Un calor agradable me lleno. Él se preocupaba por mi, como yo lo hacía por él. Toda la angustia que viví sobre si él había desaparecido de mi vida tan pronto como llegó desapareció al escuchar sus hermosas palabras. Para Charles se veía que era tan fácil el expresar lo que siente, que hasta tuve un deje de envidia.
-No volverá a pasar. Lo prometo.- Hable con sinceridad. Sorprendiéndolo me incliné y tomé sus labios entre los míos. El beso fue lento al principio, cada uno tomándose su tiempo para explorar la boca del otro, pero después cambió y se convirtió en un beso que dejaría sin respiración a más de uno. Sentí las traviesas manos de Charles colarse por debajo de mi camisa. Me arquee hacia su cuerpo, mientras apretaba los ojos con fuerza.
-Me vuelves loco.- Susurro Charles entre beso y beso. Sonreí. Una idea loca cruzó por mi mente y no se fue. Separándome un poco de sus labios me alejé. Saque la lengua, y con un gesto erótico me incline y delinee el contorno de sus labios con ella. Vi como Charles cerraba los ojos con fuerza y gemía.- Matt...espera.
