Cuándo nuestras miradas se encontraron, una parte de mí lo supo desde el principio. Estábamos hechos para reír juntos, para amarnos con toda la pasión que fluía entre tú y yo, y la gravedad que nos atraía a ti y a mi.
Matt y Charles...
Un amor her...
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-Pensamos que no vendrías.- Exclamó Jayson al verme entrar. Empujando a unos cuantos camine hasta donde se encontraban ellos. Todo estaba lleno de personas desconocidas para mí, pero estaba bien.
-Ya estoy aquí.- Respondí con una sonrisa. Lenny de inmediato llego y me entregó un vaso con tequila.
-Vamos viejo, hoy todo lo que hay aquí es gratis. Debemos aprovechar.- Me carcajee.
-No hay nada mejor que alcohol gratis.- Estuve de acuerdo con Lenny. Placebo puso el ambiente.
La noche pasó vaso tras vaso. A pesar de que era consciente que el tequila era algo así como mi kriptonita poco me importo. Cuando quise parar fue tarde. Me sentía mareado, y todo causaba en mí una risa inexplicable. Las estupideces que decían Lenny y nos cuantos desconocidos me tenían doblándome de risa.
Jayson y otro chico de la fiesta comenzaron a discutir. Algunos intentaron parar la pelea aligerando el ambiente, pero fue imposible. La música no se detuvo a pesar de que Jayson se aventó hacía el otro hombre. Los amigos del chico se metieron, y de inmediato Lenny también se metió.
-Joder...bas..basta.- Murmure entre balbuceos. Intente acercarme y tomar a Lenny del brazo para hacer que soltara al idiota ese que tenía debajo de él, golpeándolo.
Escuche gritos, y como otros hombres intentaban quitar tanto a Jayson y a Lenny de los tipos que los golpeaban. Solo fui consciente de cómo el que supongo que era dueño de la casa (un tipo de aspecto extraño, con más de treinta años) se acercaba hasta nosotros y comenzaba a gritar. Entender lo que decía era difícil, tanto por el ruido de los gritos de los demás y la música, como por los efectos del tequila. Estaba mareandome, y lo más probable es que terminaría vomitando.
-¡Suéltame, hijo de puta!.- Gritó Jayson. Vi cómo las personas se abrían paso. El dueño de la casa junto con otros cinco hombres nos echaron de la casa. Solo fui consciente como uno de esos idiotas me lanzaban al asfalto. Gemí al sentir el rebote de mi cabeza en el duro piso.
-Mierda, ¿qué rayos fue eso?.- Preguntó Lenny cuando se levantó. Comenzó a reírse como loco, mientras Jayson se apretaba el puente de la nariz y yo recostaba mi cabeza en el piso. Me quedé así por unos minutos. El ruido de las sirenas de la policía se escuchó a lo lejos.
-Vamos Matt, debemos irnos. ¡Pudranse idiotas, ya viene la jodida policía!.- Gritó Lenny mientras me ayudaba a ponerme de pie. Casi corrimos hasta la camioneta de Jayson.- Tenemos que ir a un maldito hospital, estas sangrando Jay.
-Estoy bien. Me duele como la mierda.- Lenny me aventó las llaves de la camioneta de Jayson. Lo mire confundido.- ¿Es enserio?. Matt no puede ni estar en pie sin ayuda. ¿Tú quieres matarnos o qué?
-Tú ocupas mantener la cabeza hacía atrás para cortar la sangre, y yo no puedo manejar ahorita. Vamos, no sean maricas. Ya viene la policía y estaremos ahora sí jodidos si nos ven aquí.
