Vamos Matt, no pasa nada. Contrólate. Me decía mentalmente mientras me miraba al espejo por tercera vez en esta noche. Faltaban cinco minutos para las ocho de la noche, que era la hora que habíamos acordado Charles y yo. Solo tomaremos algo, no hay por qué estar nervioso. ¿Se podría considerar una cita esto?. Y si no era así, ¿entonces que estábamos haciendo?.
-Te ves bien.- La voz de Patrick me sobresalto. Pensé que ya se había retirado. Siempre era yo el que se aseguraba de que todo estuviera en orden en la repostería para así después cerrar y marcharme.
-Gracias. Pensé que ya te habías ido.- Salí del pequeño baño y me dirigí hasta la entrada de la repostería. Patrick me siguió.
-No me perdería esto por nada.- Rodee los ojos con fastidio. Toda la tarde estuvo molestando, desde que Charles se retiró. Es raro llamarlo por su nombre.- El día en el que el gran Matthew Payne tendrá una cita con un chico. Algo que jamás pensé ver en mi vida.
-Ya antes había besado a uno, no entiendo tu emoción. Aparte es muy...extremo llamarlo cita.- Patrick se rió.
-¿Entonces cómo lo llamarías?. Joder Matt, no puedes contar lo de ese estúpido beso en el bar con ese tipo a lo que harás con el doctor. Solo falto mirarlo por un segundo para darme cuenta como te desnudaba con la mirada. Fue jodidamente ardiente de ver. Es una cita y punto.
Lo ignore mientras revisaba la hora en mi celular. Faltaban dos minutos. Bien, podría cerrar las puertas de la tienda y esperarlo afuera. Tome mi chaqueta, me la puse y comencé a cerrar todo. Encendí la alarma mientras me asegure de apagar las luces. Tanto Patrick como yo salimos del lugar después de dejar todo en orden.
-Hiciste un buen trabajo con tu cabello. Se ve en su clásico modo rebelde, pero te da ese toque sexy que siempre tienes.- Colgando su mochila por un hombro Patrick se despidió.- Te dejo. Suerte en tu cita con ese sexy hombre. Hasta mañana.
-Hasta mañana.- Respondí.
Me recargue en la pared mientras cruzaba mis brazos sobre el pecho. El viento era frío. Estaba a punto de buscar mi cajetilla de cigarros para encender uno pero recordé las palabras de Charles de esta mañana. A él no le gustaba verme fumar. ¿Y a ti qué te importa lo que él piense?. Me reprendió la voz de mi cabeza.
-Buenas noches.- Su voz masculina sonó de pronto. Gire de inmediato. Ahí estaba él. Traía puestos unos pantalones de vestir negros junto con una gabardina del mismo color que le llegaba un poco más arriba de las rodillas. Su cabello estaba peinado hacia atrás y lucía tan elegante y demasiado atractivo ante mis ojos. Maldición. Eso cualquiera lo diría con solo verlo un par de segundos.
-Hola.- Fue lo único que mi estúpido cerebro puede procesar y decir. Me había quedado demasiado tiempo viéndolo como un idiota. Por su pequeña sonrisa arrogante pude darme cuenta que él lo noto. Recobre mi compostura de inmediato.- ¿A dónde iremos?.
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Matt y Charles.
RomansaCuándo nuestras miradas se encontraron, una parte de mí lo supo desde el principio. Estábamos hechos para reír juntos, para amarnos con toda la pasión que fluía entre tú y yo, y la gravedad que nos atraía a ti y a mi. Matt y Charles... Un amor her...