||Epílogo||

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Narra Alba:

No me puedo creer que ya haya llegado el día, aun no asimilo todo lo que me ha pasado en estos ocho años. Desde que me fui a vivir con Natalia las cosas nos han ido muy bien, aunque a veces hayamos tenido alguna que otra crisis.

Natalia seguía trabajando en el bar el cual la admitieron por primera vez para ir a cantar un par de noches a la semana, pero el dueño del bar se jubiló y dejó a cargo a Natalia. La verdad que ha triunfado muchísimo, ya que contrató a Marilia, Dave y Alfonso como camarerxs y Natalia daba una actuación todas las noches, haciendo que la gente disfrutara de su voz siempre.

Nuestro grupo de amigxs había cambiado un poco, María se fue a Nueva York con Pablo a vivir, la echaba muchísimo de menos aunque venía cada dos meses para visitarnos y contarnos cómo iba todo por allí. Miki tuvo una niña preciosa con su novia, Famous y Marta organizaron un musical que está triunfando por todo lo alto, Sabela y Noelia se fueron a vivir juntas a un piso en Gran Vía, concretamente a nuestro mismo bloque, así que pasábamos prácticamente todos los días juntas. Damion y África son pareja ahora mismo, ¿quién lo diría, eh? Carlos y Julia ahora son follamigos, ¡¡¡CUÁNTOS PLOT TWISTS EN NUESTRAS VIDAS!!!

Y yo pues, seguía trabajando en mis exposiciones, me habían ascendido y mis obras se habían vuelto muy virales, llegando a museos de casi toda España, pero claro, yo sola no podía organizar todos mis eventos en los diferentes museos y todas mis entrevistas, así que Joan me ayudó y se ha convertido en una especie de mánager para mí.

Ahora mismo, era la persona que más nerviosa estaba del mundo, me tiemblan las piernas muchísimo y siento que en cualquier momento me va a dar un ataque de los nervios. Llegó el día de mi boda.

Hace un tiempo Natalia me pidió por fin que me casara con ella, estábamos (y estamos) muy enamoradas la una de la otra y ya era hora de formalizar nuestra relación un poco más. Pero claro, no íbamos a celebrar nuestra boda en la iglesia, no nos gustaba esa idea así que decidimos hacerlo por nuestra cuenta.

Me encontraba en la playa de Zahora en Cádiz, a la espera de Natalia, todxs lxs invitadxs ya estaban sentadxs en sus respectivos asientos, mirando hacia atrás para observar a Natalia. Menos mal que no hacía demasiada calor, por qué si no estaría sudando más de lo que hago.

Y por fin, apareció Natalia.

Narra Natalia:

Joder, me tiembla todo. No sabía que esto me iba a poner tan nerviosa. ¿Cómo irá Alba? seguro que guapísima como siempre, y es que aunque pasen los años, siempre la voy a ver como el primer día que la conocí en ese bar, con su sonrisa, su pelo corto y su cara de bebé.

No sabía cómo iba a reaccionar Alba al verme, ya que no tenía ni idea de cómo iba yo vestida. Llevaba un traje de chaqueta rojo oscuro, abajo un sujetador negro de encaje y la chaqueta medio cerrada. La verdad es que desde que vi este look me enamoré completamente.

Ya es la hora, empecé a andar por la suave arena de la playa, dando pasos firmes para intentar disimular los escalofríos que me recorrían por todo el cuerpo. Me fui acercando poco a poco, mis mejillas se sonrojaron cuando observé a todxs lxs invitadxs mirándome, algunxs con una sonrisa en sus rostros, otrxs llorando de emoción y otrxs con la boca abierta.

Empecé a andar por el pasillo que me hicieron, observando a Alba esperando con la sonrisa más verdadera y bonita que le había visto nunca, y a su vez, una lágrima recorriendo su cara.

Todo pasó muy rápido, cuando nos dimos cuenta ya estabamos disfrutando de la gran fiesta que decidimos hacer para celebrar nuestra boda. Como no, Alba quería lanzar el ramo de flores hacia atrás, para ver quién lo cogía.

C O N E X I Ó NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora