Capítulo 6

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En la mañana me levanté temprano y me cambié, salí de mi casa y fui a ver a la mujer y a Megan. Toqué la puerta de su casa y al abrirla, el rostro de la mujer demostraba su asombro de verme.

-Alpha. ¿Qué se le ofrece? - me pregunta la señora.

-Primero... vengo a preguntarle ¿cómo están usted y Megan?

-Muy bien, y fue gracias a usted - respondió haciendo una leve reverencia con la cabeza -. Ah, pase, pase... lamento tenerla ahí afuera - se disculpó mientras yo entraba a la casa.

-No se preocupe... También vine a ver a Megan.

-Sí, claro. Ella está en la sala, sígame.

Ella empieza a caminar conmigo siguiéndola. Llegamos a la sala donde estaba Megan en el sillón viendo un programa en la televisión.

-Meg, cariño... tienes visita.

Su mamá llama la atención de la niña quien al verme sonríe ampliamente y corre hacia mi hasta abrazarme.

-Alpha.

-Hola Meg... - sonreí mientras correspondía a su abrazo, pero miré a su madre -¿Me permite un momento para hablar con su hija?

-Por su puesto, Alpha... Si necesita algo, estaré en la cocina.

Meg y yo nos sentamos en el sofá cuando nos quedamos solas, bajé el volumen de la televisión y la miré sonriendo un poco para no ser tan seria con ella.

-Quiero hacerte una pregunta, ¿si? - ella asiente -Ese chico... con el que te encontré... ¿Por qué... estabas tan bien junto a él?

-Alpha, el me salvó. - respondió sonriendo.

Yo me quedé pensando por bastante tiempo, ¿cómo un cazador ayudaría a su presa? Digo... no tiene lógica. ¿De qué me estoy perdiendo?

-¿Cómo fue? ¿Lo puedes recordar?

Lo pregunto porque hay veces en las que tu mente te bloquea algunos sucesos traumáticos para evadirlos, al menos por un tiempo.

-Sí... creo... Recuerdo que estaba en una jaula, estaba incómoda y me quemaba todo... - su rostro se contrajo a una de miedo y dolor, yo la abracé -. Pero de repente él los derrotó y me liberó.

-Está bien, gracia por contármelo - mencioné sonriendo -. Pero me gustaría que no le dijeras a nadie sobre ese chico, ¿está bien? Que sea nuestro secreto... - le guiñé un ojo y ella ríe con complicidad.

Me levanté y fui hasta la puerta principal para irme. En ese momento aparece la mujer para despedirse.

-Lamentó tener que irme así de rápido pero tengo cosas que hacer, gracias por dejarme hablar con su hija señora y me alegro que ustedes estén bien.

-Está bien alpha, nos vemos y gracias por su visita.

-Adiós Alpha. - Se despide Megan estando detrás de su mamá.

-Adiós. - me despido sonriendo.

Me alejé de su casa y fui directo al bosque, tenía tanto que preguntar... Me transformé y corrí más rápido a ese lugar, esperaba encontrar alguna pista que me ayudase a saber a donde habría ido, porque estaba claro que no volvería aquí. Olfateé el lugar, en busca de su rastro pero no encontré nada hasta luego de unos minutos, cuando su olor me distrajo...

Aún así mis orejas se movieron hacia un lado y pude esquivar a tiempo aquella bala, pero al girar gruñendo me detuve en seco y miré como el cazador caía al suelo inconsciente.

-Volver aquí no fue tan inteligente...

Jean guarda su arma y pasa por encima del cazador para acercarse un poco pero aún así... me puse a la defensiva y gruñí haciendo que se detuviera.

-Tranquila preciosa. No te haré nada, lo juro. - levanta las mano sonriendo un poco de lado.

-¿Cómo crees que confiaría en ti? ¿Un cazador... ?

Él me mira un segundo pero luego lleva sus manos al cinturón con sus armas, gruñí aún más fuerte y él levanta una mano hacia mi para que esperase. Desabrocha su cinturón y me lo muestra antes de lanzarlo hacia mi. Olí un poco el aroma para reconocerlo y así supe que tenía otras armas en su bota y en los bolsillos de su pantalón, así que volví a gruñir para dárselo a entender que sabía.

-Qué desconfiados son los lobos... - murmura riendo corto mientras se quitaba las dagas y la pequeña pistola de aquellos lugares, además de unos cuantos explosivos.

-Solo soy precavida. Tengo una manada a la cual regresar...

-Lo sé. Pero como ves... no tengo nada más, me desarmé completo.

-Pues eso no fue muy inteligente. - remedé sus palabras con un pequeño tono de burla que lo hizo reír un poco.

-¿Por qué has vuelto? - pregunta.

-¿Qué no es obvio? - me acerqué -. Quiero respuestas.

-Me lo imaginé en realidad. ¿Qué quieres saber?

Dudé en sí me diría la verdad pero... no perdía nada con escuchar lo que tuviera para decir. Ya vería yo si le creo o no.

-Dijiste que eres diferente de los demás cazadores... ¿Qué quieres decir con eso?

-A que soy un cazador renegado, estoy en contra de los cazadores y lo que hacen así que yo hago lo contrario. - se encoge de hombros -. Las cosas que les hacen a los sobrenaturales... son horribles... por eso me encargo de evitarles eso a los seres como tú.

-Me hubiera gustado que estuvieras en ese momento... - murmuré apartando la mirada, pero claro... él no me entendió.

-¿Eh?

-Nada. - me acosté frente a él -¿Eres el único haciendo esto?

-Sería muy complicado ser solo uno. Somos un grupo pequeño de los que comprendemos que ustedes y los demás no deberían de ser cazados. Yo fui el que lo empezó.

LOS HÍBRIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora