Capítulo 40

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Narra Traicie

El único lugar donde podía estar tan segura era en los brazos de Jean... Me calmé tan rápido gracias a él que no pareciera que tuviera miedo. No es propio de un Alpha, pero cuando aceptas que tu enemigo es más fuerte que tú... esta cosas pasan. Sabía que no podía quedarme con él, que debía regresar a casa, pero realmente no quería, solo que no me quedaba opción.

-Debo volver...

-¿Quieres que te acompañe hasta la manada? - preguntó.

-Será mejor que te quedes aquí, mejor es que ella no te vea conmigo... si nos encuentra... -respondí.

Se queda en silencio, podía sentir su cuerpo tensándose por la idea de que Kate volviera a atacarme. Y esta vez no sé si saldría bien de eso... pero es más peligroso quedarme aquí. Ella ya sospecha de algo, y no tardará en revisar hasta dentro de las carpas por encontrarme.

-Está bien, pero espera un momento. Veré que no esté.

Asentí mientras él se levantaba y se dirigía a la entrada de la carpa. Miro por unos segundos, asintió y luego volvió a mirarme.

-No está.

Me levanté y me acerqué hasta él, lo abracé con fuerza al igual que él se aferraba a mi. Rodeé su cuello con mis brazos, queriendo nunca soltarlo, pero lo hicimos.

-Cuídate... - dice juntando nuestras frentes.

-Tú también.

Nos miramos y no resistimos mucho más, nos besamos con deseo y necesidad. Como si fuera el último... Movíamos nuestros labios en sincronía hasta dejarnos sin aire, y por lo tanto, tuvimos que separarnos. Le sonreí tratando de calmarlo a él y olvidar mi miedo de encontrar a Kate. Salimos de la carpa, presté atención a todos lados para asegurarme de que no estuviera cerca y me transformé.

Jean pasa su mano por mi pelaje y yo apoyé mi cabeza en su pecho un segundo antes de salir corriendo lo más rápido que podía hacia mi manada. Cuando traspasé los territorios y llegué a casa, todos estaban asombrados y aliviados de verme. Mi familia se me acerca y mamá me abraza.

-Cariño, has vuelto... Lo siento, Shane nos dijo lo que pasó, y no hubiera pasado si yo no te decía que fueras a relajarte allá.

-No te preocupes mamá, igual lo necesitaba, encontrarme con Kate fue un desoportuno terrible. Pero... Jean se encargó de ayudarme.

-Entonces, ¿estás bien? - cuestiona mi tía, a lo que asentí.

-Sí... solo necesitaría una visita de Sarahí, las heridas aún no se han curado. - mencione.

-Está bien, entonces ve a tu habitación y nosotros la mandamos a llamar. - habla papá.

-Gracias...

Pasé junto a ellos luego de abrazarlos y fui a mi habitación. Me cambié por ropa más cómoda y decidí en mirar un poco al menos la herida de mi pierna. Me senté en la cama y la empecé a desvendar; pero cuando estaba por ver mejor la herida, que se veía mal, llaman a la puerta y entra Sarahí.

-Alpha... - hace una reverencia.

-Sarahí, hola... ¿Puedes ayudarme?

-Claro que sí, ¿dónde más se ha lastimado?

Saqué mis alas y le mostré el hueco en ellas. Ella asiente y usa su magia para curarme, al instante vi como los agujeros de mis alas se cerraron y yo me levanté para quitarme el vendaje de mi cuerpo. Ya estaba mejor.

-Gracias...

-No fue nada.

Ella me sonríe, se despide y se va. Mientras que yo me lancé a mi cama sintiendo un sueño en extremo así que no tardé en quedarme profundamente dormida.

Narra Omnisciente

Aún en su búsqueda por aquella extraña hibrida de lobo y dragón, Kate encuentra una manada. La mira detenidamente y sonríe ansiosa por empezar a disparar. Se arma con dos pistolas y se adentra sin miedo a aquella manada. Al instante, varios guardias aparecieron para atacarla pero ella empezó a disparar, sin fallar ni una sola bala. Acabó con los primeros guardias en cuestión de cortos segundos, y vinieron más. Ella les dispara hasta que uno consigue llegar a ella y empujarla. Kate rueda por el suelo pero le levanta. Se levanta y agarra algo de su bolsillo... ¿Qué era? Se preguntaban los demás.

Entonces ese dispositivo se vuelve una espada y corta la cabeza de aquel guardia que la había empujado. La gente gritó del miedo y los guardias titubearon pero volvieron a atacar para defender a su manada, a cualquier costo...

Traicie se levanta de golpe al escuchar todo lo que sucedía afuera. Sale de su casa transformada junto a su familia y ruge en alerta. Kate la mira y sonríe.

-Ahí estás...

Ambas se miran, Traicir gruñe en su dirección. Kate levanta su pistola hacia ella, como una amenaza sin disparar.

-Esta vez no te escaparás.

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