Capítulo 48 || FINAL ||

5.8K 464 45
                                    

Jean sale de la habitación por un momento mientras yo seguía comiendo bocadillos y tomando gaseosa, me estaba entreteniendo al ver una serie que parecía desconectada de lo demás.

Me reí entre dientes y de manera corta cuando apareció una escena graciosa, metó uno nacho a mi boca pero me detuve al momento de sentir como si me hubiera hecho pis encima, cosa que es raro porque jamás lo he hecho y ni siquiera tenía ganas hace un segundo.

-¿Eh?

Miré bajo las mantas pero entonces Zeth me da una patada muy fuerte que me hizo contarme. Y entonces un dolor horrible me hizo quejarme.

-¡Jea! - lo llamé mientras trataba de no llorar por el dolor.

Escuché sus apresurados pasos y cuando entró a la habitación y me vio, pareció ponerse pálido pero enseguida corrió hasta mi y me ayudó a levantarme. Traté de respirar en lo que llegábamos al auto y él lo encendía.

-Tranquila, amor... llegaremos al hospital y todo pasará.

-Apúrate, esto... duele mucho.

Me toma la mano para apoyarme mientras yo hacía la típica técnica de respiración para embarazadas en labor de parto. Jean conduce rápido, por lo que no tardamos en llegar, bajamos del auto y entramos. Pronto nos vinieron a atender, me subieron a una camilla y me llevaron corriendo a una habitación.

-Listo Alpha, copere con nosotros.

Hice mi mayor esfuerzo para hacerlo, pero se sintieron tantas horas que yo estaba pujando en la misma posición y el niño aún no quería salir. Casi destroce la mano de Jean, el pobre tenía que aguantarse lo más que podía. Pero finalmente, luego de mucho dolor y esfuerzo, por fin escuché el llanto de mi hijo y todo se calmó para mi.

-Denle el niño a la madre. - ordena el doctor.

La enfermera se acerca a mi lado y acuesta a Zeth junto a mi cabeza, sonreí con cansancio, apenas podía verlo pero ya era lo suficiente como para ver al ángel junto a mí.

-Es hermoso... - murmuré.

Jean se coloca a nuestro lado, besa mi frente y acaricia con un dedo a nuestro hijo. Yo acerqué una mano para hacer lo mismo, aunque solo pude rozarlo un poco ya que luego me quedé dormida, solo pude escuchar a Jean de último.

-Lo hiciste bien, preciosa... Te amo.

Narra Jean

En cuanto Traicie se quedó dormida, la enfermera vuelve a sujetar a Zeth y me dice sobre llevarlo a hacerse los controles. La acompañé mientras los hacía y cuando lo dejaron en la capsula mientras preparaban las cosas para su limpieza y preparación, yo regresé donde Traicie. Dándome cuenta de que su familia estaba afuera de la habitación.

-¿Y el niño? - es la primera pregunta de Reece.

-¿Y Traicie? - pregunta Shane.

-Ella está durmiendo, y a Zeth lo estarán limpiando.

Ellos asiente, volví a entrar en la habitación donde Traicie dormía, me acerqué y acaricié su mejilla. Nos quedamos así un momento, pensé que solo habían pasado segundos pero el reloj en mi muñeca me mostró que habían pasado dos horas. La puerta se abre y la enfermera me entrega Zeth, sonreí al tenerlo en brazos.

Sentía miedo... pero felicidad a la vez, temía que se me cayera o que lo estuviera agarrando muy fuerte.

-Levanta un poco más su cabeza... - miré rápidamente a Traicie al escuchar su voz adormilada.

Le hice caso, miré a Zeth y con mi brazo hice que la levantara un poco más. Sentí la cálida mano de Traicie sobre mis brazos, me acomodó hasta que tuve más confianza en como agarraba a Zeth.

-Es muy hermoso... - mencioné.

-Lo es. Es precioso.

La miré y sonreí, ella no deja de apoyar su mano en mi brazo, hasta lo movió y acarició un poco a Zeth. Entonces Zeth abre los ojos, dejando ver que eran idénticos a los de Traicie.

-Abrió los ojos. - avisé.

Traicie se sienta y se acerca para verlo, yo deposite a Zeth con cuidado en sus brazos y ella lo toma con ternura y adoración. Lo mira y sonríe ampliamente, no pude evitar enamorarme más de ellos, la escena se quedaría grabada en mi memoria para toda mi vida y la siguiente.

-Tan lindo... - murmura ella.

Pasados unos minutos, Traicie estaba dando de mamar a Zeth, él se veía tan cómodo y yo entrecerré los ojos.

-Que no se acostumbre. - mencioné con diversión, y conseguí lo que quería: hacer reír a Traicie.

-Lo siento, tendrás que compartir.

Rodé los ojos pero luego me reí, besé la frente de Traicie y la abracé. Miramos a Zeth, no hizo falta más palabras, estábamos tan bien, tan cómodos y enternecidos. Podíamos quedarnos así por horas...

LOS HÍBRIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora