Capítulo 45

5.7K 458 15
                                    

Narra Leyla

-Ay Skylar... no tienes que apurarte en tener hijos si aún no quieres. Todo a su tiempo.

-Sí, lo sé... Gracias por apoyarme. - ella me sonríe -. Sí quiero tenerlos, solo que... aún no me siento lo suficientemente responsable.

-Y tienes todo el derecho, eres joven. Vive antes de entregarle tu tiempo completo a tus hijos, es lindo pero una también quiere tener tiempo para sí misma a veces.

-Sí, tienes razón... gracias.

Sonreí ampliamente y la abracé con ternura y apoyo. Skylar y Ryan aún son una pareja joven que terminaron de pasar por una situación complicada, yo tampoco creo que sea momento de tener hijos si aún tienen algunos cuantos problemas... pero no es mi decisión a fin de cuentas, si ellos deciden tenerlos, pues está bien.

-Pero... ¿Has pensado en nombres? Digo, una a veces suena y se prepara antes de tiempo. - reí al igual que ella.

-Si te soy sincera... sí. Tengo dos: Tessa y Alejandro.

-Me gustan; son muy lindos, Sky.

-Gracias...

En ese momento escuchamos los pasos de nuestros Mates y los vemos entrando a la habitación, Tanner me sonríe y me hace un gesto con la cabeza.

-Leyla, tenemos que irnos.

-Sí, está bien - me levanté -. Nos vemos, Skylar.

-Nos vemos, Leyla.

Volvimos a abrazarnos como una despedida, me despedí de igual forma de Ryan y al final salimos de la casa para luego subirnos al auto.

-No llegaremos hoy a la manada, ¿te parece descansar en algún hotel en el camino? - cuestiona Tanner.

-Me parece bien, no tengo ningún problema - sonreí al responder -. ¿Sabes de algún hotel?

-Sí, justamente hay uno a unos kilometros de aquí, pediremos una habitación y dormiremos allí.

Yo asentí, Tanner pone en marcha el auto y yo me dediqué a mirar la carretera. Llegamos hasta aquel hotel que Tanner mencionó y elegimos una habitación rápida pero era bastante buena. Yo ya estaba dormitando así que entré a la habitación y me lance a la cama cerrando mis ojos. Aunque a los segundos empecé a sentir besos en mi cuello y una mano acariciando mi cintura.

-Quieto... - gruñí -. Dormir.

Ríe. - ¿Por qué... ? - abrí mis ojos y me puse de costado, él estaba junto a mí, solo que la mitad de su cuerpo estaba sobre el mío y con una mano se atajaba -. No hay nadie que nos interrumpa y no hay hijos que nos puedan oír...

Lo miré considerando la oferta ya que... ¡Mierda! Se ve tan bien... más con esa corta barba arreglada que lo hacía verse más maduro y sexy. Ronroneé un poco haciéndolo sonreír y acariciar mi mejilla esperando a que ceda, pero el sueño regresó, cerré los ojos y me si vuelta abrazando la almohada.

-Dormir...

Lo escuché resoplar pero volver a reír levemente. Entonces sentí su mano acariciando mi cuerpo, sus besos vuelven a comenzar desde mi mejilla hasta mi hombro, pasa por su marca y aquello me hizo sentir como si todo mi cuerpo sintiera una descarga que me hizo jadear y contraerme. Entonces sentí sus manos colarse por mi cuerpo y ropa, ambas yendo hasta mis senos y apretarlos para que reaccionara a él.

-Ah... - solté, él suspira mientras besa su marca en mi cuello y frota su entrepierna contra mi trasero -. T..Tanner...

-¿Quieres seguir durmiendo... ?

-¿Me dejas tener el control... ?

-No.

Lo empujé y me cubrí con las mantas al igual que ponía la almohada entre nosotros.

-Buenas noches.

-Está bien, está bien - me levanté sonriendo -. Pero no seas mala.

-Oh cariño... - me subí sobre él -. Lo siento por ti.

-Ya me estoy arrepintiendo.

-Créeme que no...

Lo besé en los labios con ferocidad mientras frotaba nuestros sexos. Bajé a besar su cuello y luego me deslice hasta que podía besar sus pectorales, ya que no traía su remera, y luego su abdomen. Pasé mi lengua por su cuerpo haciéndolo suspirar, sus manos apretaron mi trasero y yo me levanté. Me quité la blusa y el sostén, él me mira lujurioso y trata de tocar mis senos pero yo detuve sus manos.

-Aún no.

Gruñe frustrado pero baja las manos y yo sonreí. Me levanté para quitarme el resto de mis prendas al igual que Tanner, me volví a colocar sobre él pero me frotaba directamente en lugar de meterlo dentro. Él me agarró por la cintura para hacerlo pero lo detuve.

-Ah ah... dijiste que yo tenía el control.

-También te dije que no fueras mala... Y mira como me torturas - se sienta agarrándome hasta pegarme a su pecho y susurra en mi oído -. Quiero entrar en ti, sentirte hasta lo más profundo de tu ser, penetrarte hasta que rueges para que lo haga más fuerte como a ti te gusta.

Ronroneé de nuevo al escucharlo, sus palabras conseguían calentarme demasiado. Nos hice un favor y metí su miembro en mí, comenzando a saltar sobre él y haciendo de nuestro momento más caliente y placentero. Tanner gruñe de placer mientras mira como mis senos rebotan frente a su rostro, sonreí mientras seguía moviéndome. Tuve piedad de él y para complacerlo me incliné hacia adelante, hasta apoyarme con mis brazos en la almohada, a ambos lados de su cabeza, pegando mis senos a su rostro.

-Gracias, mi amor.

Él no pierde el tiempo y usa su boca con mis senos. Sus manos me aprietan la cintura, pero una baja acariciando mi trasero y me empuja más fuerte para entrar aún más.

-¡A..Ah... Tanner... ! - jadea por mis gemidos.

Comencé a sentir ese placentero momento en que me iba a correr. Me moví mucho más rápido pero casi en el último momento, Tanner me toma desprevenida, me tira en la cama acostada de espalda arriba.

-¡He..Hey... !

-Lo siento, princesa. No puedo evitarlo.

Besa mi cuello y entra en mí otra vez, nuevamente arrancándome otro gemido. Abracé la almohada casi sin fuerzas y dejé que siguiera hasta que con unas cuantas embestidas más pudimos corrernos por completo. Respiré agitada mientras él salía de mí, besa mi espalda y se acuesta a mi lado.

-Lo extrañaba. - menciona.

Me di vuelta acostando mi cabeza en su brazo y abrazándolo sonriendo.

-Yo igual... - nos acercamos y nos besamos -. Entraré a ducharme.

Sonreí con picardía y acaricié su pecho con una mano y bajé por su abdomen hasta su pelvis.

-¿Quieres venir conmigo... ? - sentí que su cuerpo reaccionaba instantáneamente a mí, haciéndolo tener una erección de nuevo.

-Una vez que inicias no hay quien te detenga, ¿cierto? - besa mi cuello mientras yo reía -. Claro que quiero.

-Entonces vamos.

LOS HÍBRIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora