Capítulo 47

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Tres meses después.

¿Estómago abultado, severas ganas de vomitar, comer y dormir; hormonas alteradas y un Jean como sirviente...? Sí, todo lo tengo.

Aunque ni a Jean y a mi nos molesta tanto, después de todo... tendremos a nuestro hijo pronto, que dicho sea de paso, lo llamaremos Zeth.

-¿Cariño, me das más pizza, por favor? - pedí sonriendo a Jean.

-¿No crees que ya fue suficiente? - preguntó un tanto cauteloso mientras agarraba las cinco cajas de pizza, ya vacías, y las dejaba a un lado en el suelo.

-Es porque estoy gorda ¿No es cierto? - lloriqueé.

-¿Eh? No, claro que no. No es por eso. - respondió rápido y se me acercó.

-¡Aha! ¡Admites que estoy gorda! - me enfadé.

-Lo dije mal. Amor, no estás gorda, solo que estás cargando a nuestro hermoso hijo en tu vientre, y él necesita espacio... - responde sonriendo y acariciando mi estómago.

-Es verdad... es hermoso - apoyé mi mano sobre la suya y ambos acariciamos mi estómago -. Pero de igual forma quiero pizza.

Jean sonríe y resopla, finalmente asiente derrotado.

-Está bien.

Me pasa la sexta caja de pizza, que estaba un poco lejos. Empecé a comer sin invitarle, pero tampoco se molestó en pedir nada, solo se alejó y miró la pantalla de su celular.

-Jean, cariño, recuerda que tenemos que ir al ultrasonido. - mencioné con la boca llena.

-Cierto, terminas de comer y vamos. - asentí y seguí comiendo hasta acabar.

Jean me ayuda a levantarme y yo fui al baño, donde me limpié y aseé completamente para prepararme y salir, rumbo al hospital. No era de extrañarse que nos hayan atendido rápidamente, sin tanta espera.

-Hola Alpha, Lun. - dice la doctora al entrar.

Nosotros le sonreímos, yo con diversión; aún me es gracioso como llaman a Jean.

-Hola. - respondí a su saludo.

Ella me ayuda a acostarme en la camilla, me dice que levante mi blusa un poco y eso hago; pasa el frío gel por mi estómago y las imágenes aparecen en la pantalla.

-Ahí está, esto de aquí... - apunta a la pantalla -... es nuestro futuro Alpha, sano y fuerte.

Miré a la pantalla viendo claramente la forma de nuestro hijo, la felicidad desbordaba en mi ser y podía sentir incluso la de Jean. Se sentía igual o peor que yo en estos momentos.

La enfermera apaga las cosas y me pasa un trapo para limpiarme el gel, lo hice y luego me coloqué bien mi blusa. Le agradecemos y salimos de la habitación y por último del hospital. Fuimos hasta el auto y Jean lo puso en marcha.

-Las imágenes son muy lindas... Esta es su cabeza, mira, mira - le mostré las imágenes mientras actuaba como una niña.

-Es muy lindo. - responde sonriendo y mirando solo un segundo a mi lado para luego volver a concentrarse en la carretera.

Me acomodé en mi asiento con las imágenes en mano y sin poder dejar de mirarlas todo el tiempo, me emocionaba y estaba deseando ya tener a mi hijo en brazos. Lo quería... Jean igual, podía escuchar sus pensamientos y sentir sus emociones.

-Llegamos.

Jean me hace regresar a la realidad y quitar mi mirada de las imágenes cuando estaciona el auto. Miré a todos lados, estábamos en casa; volví a reaccionar cuando la puerta a mi lado se abre y Jean me tiende la mano. Le sonreí y agradecí, luego tomé su mano y salí del auto.

Fuimos a la habitación, pero yo volví a perderme en mis pensamientos mientras regresaba a mirar las imágenes... no podía dejar de verlas.

LOS HÍBRIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora