Los Matices De La Palabra Amor.

4

El Destino de Jungkook.

—¿Qué mierda haces?

—¡Hola! ¡Soy-

—Me vale. Sal de mi mesa, loco.

—P-Pero, tenemos que hablar.

—Ja, ¿tenemos? —alcé la mano para llamar al mozo —pediré la cuenta y me iré. No se te ocurra seguirme de nuevo.— ¿Es que hoy todos se empeñan en seguirme...?

—Eres el chico de mis sueños. —confesó. Su mirada estaba perdida en mi rostro. Lo miré confundido.

—Apenas me conoces, y si lo dices por ese abrazo, fue un error, ni siquiera tenía intenciones de hacerlo.

— No, no me refiero a que seas mi chico ideal, digo que eres el chico con el que he estado soñando. Literalmente soñando.

—¿S-Soñando? ¿De qué rayos hablas? —ya me estaba asustando.

—Vengo soñando contigo hace más de un año. Eres el que se convertirá en el amor de mi vida —puso su mano sobre la mía y juraría que sentí una corriente por todo mi cuerpo. —Soy el que le dará amor a la tuya. —¡¿Qué disparates decía?! ¿Esto era una confesión seria?

—¡Jeon Jungkook!— a quien menos quería ver, apareció, por lo que decidí escabullirme de ambos, Jimin no se opuso, pero el azul, tiró de mi brazo, sentandome de nuevo. Accedí, no sé porqué, pero accedí.

—Estábamos hablando. No te vayas.—ni siquiera mira a Jimin.

—¿Y ustedes qué? — ¿qué mierda te importa?

—Somos novios. — cuando dijo eso, lo miré casi con espanto. ¡¿porquerayosdijoesoyencimafrenteamiex?!
Conociendo a Jimin, sabía que le hervía la sangre. Haría un escándalo y ya estoy cansado de sus escándalos. Quería levantarme, pero su brazo seguía fijo en m... No, esperen, él ya no sujeta mi brazo, entonces ¿por qué no me voy de su lado? ¿Qué me pasa?

—Jungkook, ¿qué significa esto? ¿Es verdad? ¿Cuánto llevan saliendo? — estaba furioso, yo, yo me quedé estático, literalmente no podía hablar y no sabía ni porqué. Sólo podía mirarlo, las palabras no salían para negar eso. Tenía que negar eso ¡yo no estoy con nadie!

—Llevamos un año. —el de los abrazos habló. Lo miré con pánico. ¿Por qué dices eso? ¡No digas eso!

—¿Qué? Jungkook, sólo llevamos nueve meses separados —nueve meses, dos semanas, cinco días, tres horas, dos minutos, veinte segundos con siete milésimas y contando. No, no contaba el tiempo separados debido a la nostalgia, era el tiempo en los que pude respirar libertad. Es que el supuesto amor de Jimin me asfixiaba. — ¿Acaso me engañaste con éste, Jungkook? —dijo con asco. Y no, jaja, ahí sí que no.

—¿Qué carajos estás diciendo? ¿Ahora soy yo el que engaña? ¿Cuál de los dos estaba acostado con el vecino? ¿Te lo tengo que recordar?

—Jungkook, de eso quiero hablar, pero ¿ésto? ¿Qué es esta porquería de que sales con éste tipo?

—Perdón, no me expliqué bien. —el chico interrumpió antes de que yo respondiera. —Soy yo el que lleva anhelando por.. ¿Cómo dijiste? ¿Jungkook?.. Hace más de un año y al fin hoy lo encontré. Él jamás te engañaria. Él no es así.

—Apenas lo conociste hoy, dices. ¿Tú qué sabes de qué es capaz o no?

—Está destinado a ser el amor de mi vida y el amor de mi vida no es capaz de engañar. Por lo tanto —me miró fijo — Jeon Jungkook, jamás te hubiera engañado. Por cierto, qué hermoso nombre. —no, no, no, no Jeon, no te sonrojes... ¡Qué no! ¡Carajo!

Jimin lo notó y no le gustó nada.
—¡¿Qué es esto, Jungkook?! ¡¿Vas a dejar que te coquetee de esa manera tan descarada y vulgar?! —Bueno, vulgar no me pareció.

En fin, me levanté, no quería oír a ninguno de los dos. —¡Basta! ¡Me tienen harto! ¡Vuelvan al agujero de donde salieron y déjenme en paz!

—¡No, Jungkook! —Jimin sujetó mi brazo fuertemente.

—¡Dejame ir estúpido! ¡Me lastimas!

—¡Sólo escuchame, Jungkook!

—¡No quiero! —Dios, su agarré era fuerte, maldito imbecil.

—Dejalo ir de una vez. — una voz firme sonó. Era el chico de los abrazos. Carajo, ¿qué pasa con ese cambio de actitud y esa mirada ruda de repente? ¡¿Qué mierda con esa dualidad?! —Si sigues apretando así su brazo, romperé el tuyo.

—¡Ja! —me soltó y lo encaró —Tanto así supuestamente lo amas que dejas que el "amor de tu vida" se vaya sin más?

—Yo ya hice mi parte, lo busqué y lo encontré. Será él el que venga a mí ahora. Me toca esperar. No lo voy a retener. — qué pasa con esa confianza. Alguien dígale a su ego que se baje de las nubes. —Y no es ego — ¡Ay mierda, me leyó el pensamiento! — es seguridad. Confío en el destino.

—Váyanse a la mierda los dos. —señalé a Jimin — tú más. —me fui.

Caminé hasta llegar a casa y me tiré en el sillón.
Puta madre con este día de mierda. Jodido planetas que se alinearon para hacer mi vida imposible.
Maldita suerte de porquería la mía.
Y, ¡ups! Golpeé mi frente, me fui sin pagar.