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La palabra amor ya no estaba en el diccionario de Jungkook.

Suspiré cuando leí el nuevo mensaje de Jimin insistiendo para hablar conmigo sobre eso. No quiero hablar de eso, no quiero, ¿sabes? ¡Quiero olvidar!

Quiero olvidar el hecho de que nos fuimos alejando tanto, aún estando cerca, como para llevarlo a buscar la cercanía de alguien más.

Quiero hablar con él, quiero. Pero si lo veo, sabré que ya no somos los de antes, que somos distintos.
Lo que no sabré es ¿nos sentiremos igual?

Jimin dice que aún me ama, pero ¿lo hace en verdad? ¿Me ama a mí o ama la comodidad que mi compañía le brindaba?

¿Amaba yo a Jimin? ¿Lo amo incluso ahora?

No sé bien qué es lo que siento, sólo sé que el sentimiento que antes definí como "amor", ahora es simplemente incertidumbre.

Mi amor, ahora, es incertidumbre.

Entonces, no puedo ver a la persona que amé tanto, llorar frente a mí mientras pronuncia un "te amo" y yo simplemente sin saber qué responder.
¿Qué le iba a decir? ¿Te incertidumbreo? Si ni siquiera sé qué siento. Ni siquiera sé si mi amor se transformó en odio.

¿Odiaba yo a Jimin? No. Claro que no. ¿Cómo voy a hacerlo? Él en verdad es un ángel de persona. Sólo está mal.
Jimin está enfermo y no lo sabe. Y yo, que lo sé y podría ayudarlo, tengo miedo de hablarle.

Soy un cobarde. Lo sé.

Me vi a mi mismo al espejo y me reí.
Tenía una cita en menos de una hora y ni siquiera me había vestido con animos. Unos simples jeans, una camisa blanca y mis botas de entrecasa. No sentía frío, entonces me decidí por no llevar abrigo.

La gracia residía en que, estaba pronto a una cita y no estaba ni cerca de sentir la emoción y los nervios que sentía en mis primeras citas con Jimin, donde estaba todo nervioso y usaba esta hora por completo y más en buscar el atuendo perfecto, algo con lo que me viera perfecto ante sus ojos.
La gracia era que ya ni siquiera intentaba verme bien para nadie. Simplemente comencé a vestirme con lo que tuviera en el placard. Que sí, era ropa que me quedaba bien, obviamente, pero ahora poco me importaba si impresionaba a mi cita o si daba para la ocasión.
A demás, tampoco era una cita romántica por así decirlo. Sólo era una cita de dejamederomperlaspelotas.
Así que sí, ni me importaba en lo más mínimo verme o ser desagradable.

Es más, ahora pasaba por mi cabeza la idea de dejarlo plantado. Al fin y al cabo que no lo conocía. No importaría al final si se enojaba o se sentía mal. A mi no me importaba.

Así que en medio de mi incertidumbre sobre asistir o no, una frase vino a mi mente.

"Ante la duda, hágalo."

Y cómo dudaba en si ir o no, lo hice. Me quedé en casa.





















El aliento me faltaba y llegué al lugar algo sudado, sopesando la idea de que él ya no estuviera ahí. Después de todo, ¿quién espera dos horas a alguien que no conoce? Yo me hubiera ido a la media hora de tardanza.

Y sí, cuando entré y observé las mesas, él no estaba.

Bueno, me había arrepentido en medio de la película que estaba viendo. Mejor dicho, la galleta con la que soñé hizo que me arrepintiera.

Sí, soñé con una galleta, aunque parezca tonto, lo hice.

—Eh, mocoso. —me encontré a mi mismo, redeado por cuatro paredes blancas, como las de un manicomio. Miré al frente, a la voz que me hablaba, y supe que seguro estaba en uno.
¡Una jodida galleta con dentadura perfecta se dirigía a mí! —¡Mocoso!

Los Matices De La Palabra Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora