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Jungkook y Jimin.

—Tendrías que haber visto mi cara cuando le dije que venga a ver el departamento y vi que era ese chico.— asentí sorprendido a lo que Jimin me contaba.

—No digas mentiras, ¿cómo que tú eres el que llamó? —se alzó de hombros.

—Supongo que era momento de cruzarnos de nuevo. —sonrió. —Bueno, ¿puedo ver el departamento?

—Ni loco. No voy a tenerte como compañero de cuarto. Mejor desaparece antes de que rompa tu cara.— traté de cerrar la puerta, pero Taehyung lo impidió. —¡¿Qué crees que haces?!

—¿Por qué querrías golpearme? Siquiera me conoces.

—¡Estabas coqueteando con Jungkook!

—¿Y eso qué?

—¡Él es mío!

—¡No! Claro que no, él no te pertenece.

—Ah, claro, ¿a ti sí?

—No, quiero decir, puedo utilizar el término "mi novio" o "mío" cuando me refiero a él, pero de ningún modo estaría atandolo a mí de verdad.
A demás, ustedes ya terminaron.

—Voy a recuperarlo.

—¿Así? —movió sus manos de arriba a abajo — ¿Gritándole? ¿Dándole órdenes? ¿Hablando sólo de cómo tú te sientes? Ni qué Jungkook fuera alguna clase de animal.

Mordí mi lengua para no estallar en ira.
—Mejor vete de aquí.

—Estás enojado y quieres golpearme.

—¡Con una mierda que sí!

—Sabes que necesitas ayuda con eso, ¿no? —quedé en silencio. Claro que lo sabía, lo sabía carajo, pero no sabía qué hacer.

—Ya vete, no quiero hacer problemas fuera de mi departamento.

—Entonces dejame entrar. Dejame pasar y podré ayudarte.

—¿Ayudarme? ¿En qué?

—Buscaremos ayuda juntos, Jimin. —tocó mi hombro y lo aparté de un manotazo.

—¡No necesito tu ayuda! ¡Te odio!

—¡No hay razón real para que estés odiandome! — tiene razón. Aún así... —Jimin..

—¡No digas mi nombre! ¡No me hables cómo si fuéramos amigos!

—Dijiste que quieres recuperar a Jungkook, ¿así es como quieres hacerlo? ¿Repetir los mismos pasos? ¿Él se merece esto?

—¡No! ¡Claro que no! ¡Él se merece el cielo!

—Tú no tienes el cielo, Jimin. Estás encerrado con mil demonios ahora. ¡¿Piensas que alguien se quedará contigo así?!

—... No. Sé que no.

Aún estás a tiempo, Jimin. Solo no podrás y no veo a alguien más aquí.

—... Aleje a todos... Mi egoísmo los alejó...— de repente comencé a llorar frente a un extraño.

—Dejame escucharte.

Lloré porque necesitaba que alguien me escuchara, que me comprendiera.

Siempre había dos opciones cuando yo me ponía a gritar: o se iban, o gritaban igual. Ninguna de las dos llevaba a algún desenlace.

Pero ahora tenía a este completo extraño, hablándome y dispuesto a escuchar.

No sabía de la tercera opción.

Lo dejé entrar.
Y no sólo a casa.
Él entró por completo en mi alma.

En algún momento, me contó la historia de su nana, una historia realmente triste. Donde su novio terminó por acabar con ella.

—Tú aún estás a tiempo. Puedes tratar tu problema.

Lo interrumpí.

— Bueno... No puede compararte con ese tipo, tú jamás me golpeaste. —dije cabizbajo, aún me costaba un poco hablar con él. Aún tenía esa sensación de que diga lo que diga, volveríamos a discutir.

—Pero golpeaba la pared, o tiraba cosas al suelo. —tragué saliva al recordar lo nervioso que me ponía. —Jungkook, eso era una locura y ahora es que puedo admitirlo ¿Cuánto más para que perdiera por completo el control y sea a ti al que golpeara? Estaba siendo un completo loco.

Lo miré.
—Y-Yo... ¿Cómo...? Estás cambiado... Muy cambiado.

—Gracias. En verdad me siento orgulloso. He seguido la terapia paso a paso. Me costó y aún me cuesta, te lo aseguro, pero lo lograré.

—Me alegra que estés mejorando. De verdad, pero no quiero que estés haciendo esto pensando que así volveré.

—No, Jungkook, esto ya no es por ti ni por nadie. Esto es por mí. Por mi estabilidad emocional.

—Dijiste que querías verme...

–—Sí, mira, uno de los pasos de la terapia, es disculparme, enmendarme con la gente a la que he hecho daño con mi actitud

—Oh...

— Fui con  tus padres. — rayos — Y aunque en un principio no quisieron abrirme la puerta, Taehyung los convenció de que me dejaran hablar.

—¡¿Taehyung fue contigo?!

—Es necesario para la recuperación, tener a alguien que te acompañe en cada proceso. Y como sabes, alejé a muchos, y Taehyung terminó siendo un buen... ¿Amigo?

—¿Amigo?

—Creo que puedo considerarlo uno a estas alturas, ¿no? —rió — Como sea, me disculpé con ellos por provocar que te alejaras.

— Yo... Yo elegí alejarme.

—No, Jungkook. Te puse entre la espada y la pared. Prácticamente te obligué, jugué con tu cabeza para que los dejaras de lado.

Suspiré —Sí lo hiciste... — al fin admití, sin temor. —Lo hiciste, Jimin, me hiciste mucho daño y dejé que lo hicieras.

Asintió —te estaba arrastrando a mi locura y te dañé tanto. Lo siento en verdad.

—Está bien, sólo quiero que mejores...

—Llamé a Namjoon también. Él me explicó que ya no llamaba porque estabas algo distante y ya no quería molestarte. Ni siquiera sabía que habíamos terminado. Dios, Jungkook, ¿hace cuánto no hablabas con él? Es tu mejor amigo. Sé que te prohibía hablarle, pero llevamos más de nueve meses separados. ¿Por qué no le hablaste?

—... Tenía miedo supongo... Miedo de admitir que fui un idiota y lo alejé por nada. Porque eso eras Jimin, nada. Te habías convertido en la nada misma para mí. Eso último que hiciste fue la gota que derramó el vaso y ya no quise saber nada de nada.

—Lo sé. Te quiero decir porqué hice lo que hice.

—No es necesario. No quiero saber.

—No importa. Yo debo expresarme de igual modo. Quieras o no, me vas a escuchar.
Necesito hablar y tu necesitas saber.
Esto se tiene que terminar. El círculo vicioso se tiene que cerrar.

—Está bien..

Y habló.
Jimin habló y yo escuché.

Nos desahogamos al fin.

Dimos un cierre a esta locura.

¿Nos amábamos aún?

Sí, nos amábamos mucho. Pero ninguno quería estar con el otro.

Sería su amigo y él sería el mío.
Quiero que mejore y él quiere mejorar.

Pero nada más. Ya nada más, nunca.

Los Matices De La Palabra Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora