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Jungkook y los besos.

La historia de Taehyung me entristeció.

¿Ver un cadáver? Yo creo que me hubiera desmayado y no hubiera podido seguir con mi vida.

A demás, en el testimonio, el novio de Hyejin al ser capturado, dijo que estaba aún en la casa cuando el niño llegó y pensó en matarlo también, pero corrió.
Eso es escalofriante, estar en peligro y ni siquiera saberlo.

En fin, creí que Taehyung era un chico que jamás había pasado siquiera por bullying en el colegio por su actitud despreocupada, ¡y resulta que hasta vio un cadáver!

Cómo sea, después de eso él... Realmente es un descarado

—Taehyung, eso es terrible. —Jin cubrió su boca.

—Lo es.

—Lo lamento tanto, Tae. —lo alcancé y sujeté su mano dándole un apretón. Capté la mirada sorprendida de ambos.

—Bueeeno, creo que me voy atrás a terminar de limpiar. —Seokjin se levantó.

—¡No! —saqué mi mano —No es lo que crees, yo sólo... Yo sólo...

Cómo digas. Termino y vuelvo, Tae~ —se burló del apodo que salió por sí solo de mi boca y se fue.

Cuando mi vista volvió a Taehyung, él sonreía y yo estaba poniéndome cada vez más rojo.
—Yo...

—Bien, si lo sientes tanto, ¿por qué no me das una cita para reparar mi alma de niño destrozada?

—¿Estás usando la lástima para conseguir una cita?

—¿No es lo que hacemos los hombres para pedir citas a las mujeres? —bromeó.

—Pues sí, la mayoría se pone en ese plan, pero-

—¿Y me está funcionando?

Suspiré — Diablos, sí.

Intercambiamos números y ahora estoy aquí donde me citó. Una plaza que yo ya conocía, pero siendo nuevo para él, estaba fascinado y quería que yo la conociera.

Me dio mucha gracia su inocencia.
Nací en Busan, no hay nada que yo no conozca de aquí.

Llegué y lo busqué con la mirada, mientras caminaba despacio.

Achiqué la vista cuando vi una figura mirando detrás de un árbol a unos metros más adelante.
Era obvio que era Taehyung, el único chico de cabello azul en la ciudad.
Éste chico, era un adulto y disfrutaba comportarse como niño.

Caminé hacia el árbol y aguanté una risa cuando lo sobrepasé.

—¡Waaaaa!— Taehyung salió detrás del árbol y "me asustó".

—Taehyung~ casi me matas del susto —me giré, cruzandome de brazos.

—¿Es sarcasmo? Hablas como si fuera sarcasmo.

—Te vi desde allá. —señalé.

—Ah, Jungkookie, ¿por qué no me avisaste? —abultó su labio.

—Quería ver qué ibas a hacer.

—Hice el ridículo.

—¿No que está bien hacer el ridículo si me hacías reír? —toqué su puchero con el dedo y, por Dios, algo que nunca había visto, Taehyung se sonrojó, alejándose y cubriendo su boca.

—Jungkookie... —lloriqueó en falso tras sus manos. —¡Tocaste mi labio por iniciativa propia! —sonrió destapando su boca.

—Eh.. ¡No! —ahora el sonrojado era yo mientras él se reía.

Los Matices De La Palabra Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora