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Jungkook ama

Me dije que tenía que ir a verlo, qué él no tenía porqué pagar por el daño que me hayan hecho antes, qué no tenía que juzgarlo en base a otras personas.

Me dije, pero no me moví un centímetro del sillón.

¿Qué es lo que me pasa? Esto es completamente distinto a lo que sentía con Jimin, esto me hace sentir tan bien, tan feliz que me da miedo. Estar al lado de Taehyung me hace sentir tanta tranquilidad que temo el eminente final.

El final de algo que no comenzó porque soy un idiota.

Mi autodesprecio mental fue interrumpido por el golpeteo a mi puerta.

No sabía quién podría ser, no tengo muchas amistades ya que digamos.
Abrí la puerta sólo un poco para asomar la cabeza y mirar.
A penas lo vi, la cerré de nuevo.

¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿Por qué estás aquí?!

Qué maleducado, Kookie —dijo con algo de diversión en su voz. —No te preocupes, ya veo que mi plan de secuestro no servirá de nada ahora.

—Tonto... —sonreí.

—Me cierras la puerta en la cara y me insultas, vaya, tengo el paquete completo contigo.

—Taehyung... ¿Acaso lloraste hoy temprano?

... A veces lloro al ver películas también. Sobre todo cuando perritos mueren en ella, ¿por qué tienen que poner esas-

—Taehyung, hablo en serio... ¿Lloraste? ¿Lloraste por lo que dije?

En parte, supongo.

—... En parte.

Aunque tu voz suena super cool detrás de la puerta, me gustaría que me dejaras entrar, por favor.

—Ah, sí. Perdoname. —abrí y me moví para que entrara, así lo hizo. Cerré y fuimos a la sala.
—Puedes sentarte en el sillón si gustas —señalé.
Se volteó a verme, recién ahí noté que tenía un bolso.
—¿Pensabas meterme en ese bolso para secuestrarme? —rió.

—No, te iba a llevar con mis propios brazos.

—Eres un debilucho, tus brazos no podrían cargarme. —sonreí. ¿Por qué todo con él era tan fácil? Hace cinco minutos estaba de llorón en el sillón.

—No me retes, eh. Te podría sorprender.

—Qué me sorprendas, no me sorprende, siempre sales con algo nuevo que-

—Me voy a casa.

Mi sonrisa se fue enseguida. —¿Qué?

Suspiró —Sí. Digamos que mamá se enojó un poco por el tiempo que llevó lejos de casa y me dijo que ya debo volver.

—¿Tu mamá? Tienes 23, ¿qué derecho tiene ella a darte esa orden? —yo no quiero que se vaya, señora.

—Jungkook, tenga la edad que tenga, sigue siendo mi mamá, y la verdad es que la extraño también. Es justo que vuelva. Vine a decir adiós.

—¡Pero yo no quiero eso! —él alzó las cejas, sorprendido y yo también. —D-Digo, tienes trabajo, también donde quedarte, no puedes simplemente dejar eso.. ¿No?

—Dejé aquello allá también y ya dejé las cosas más o menos en orden hace rato ¿Seguro que es por eso que no quieres que me vaya?

No, no sólo por eso.

—Supongo...

—¿Supones? —sacudió su cabello y lanzó un bufido cansado. Dejó su bolso en el sillón. —Jungkook, ¿Te gusto?

—¿Ah? ¿Por qué preguntas eso de repente?— estaba empezando a ponerme nervioso.

—Aquí mismo y ahora, quiero que dejemos las cosas en claro. Dime ahora Jungkook, dime lo que sientes por mi. Si tu me das una razón, una sola razón para no irme, una verdadera, me voy a quedar, te juro que puedo esperar todo lo que necesites, pero necesito saber que espero en verdad por algo.

—Bien, ¿quieres sinceridad? Eres un chico increíble Taehyung, pero por mí no vale la pena esperar. Mereces algo mejor que los pedazos de lo que alguna vez fui.

—No digas eso, no digas eso de ti. Eres un chico divertido y tan agradable, contigo no me siento mal ni tengo pensamientos malos. A tu lado ni siquiera me asusta el exterior, porque no existe para mi algo más que nosotros dos. Jungkook, quiero ayudarte a superar todo. Tu me gustas, estoy realmente enamorado de ti, enamorado de lo que me haces sentir, enamorado de lo que representas para mi.

—¡Basta, Taehyung! Me enferma que pienses que soy perfecto y que me digas esas cosas tan bonitas que no merezco, que chocan con lo que yo mismo creo de mi y me confunden. ¿Qué debo hacer? ¡Siempre es la misma pregunta en mi cabeza y me vuelvo loco!

—No pienso que seas una persona perfecta, por dios, nadie lo es. Pero sé que eres la persona perfecta para mí. Y sólo digo esas cosas porque es lo que pienso. También sé que suena loco que esto se vea como que un mes ya esté tan enamorado, pero cualquier experiencia te enseña una persona puede hacerte sentir en dos días lo que otra no pudo en un año. ¿Me equivoco?

No, no lo haces. En los dos años que estuve con Jimin, jamás sentí la paz y comodidad que siento contigo, con sólo estar dos segundos a tu lado...

—¿Y si te equivocas? ¿Y si un día decides que esto no era lo que esperabas? ¿Qué haré yo, eh? ¿Qué debería hacer?

—No pasará, Jungkook. Estoy seguro de lo que siento, te amo, en verdad te amo.

—Tú... Tú... No deberías decirme esas cosas. No deberías... Lo que me provocas cada vez que lo haces... —me apoyé en la pared y sujeté mi cabeza. —... Haces que mi corazón se acelere de manera desastrosa cuando lo dices..y temo caer...

—Dices que no deberia amarte o decirte que lo hago, pero aún así lo sentiría, ¿qué sentido tiene callarlo? —Lo miré. — ¿Qué más puedo hacer para importarte? —me importas —¿Qué más puedo decir para que sientas esto? —te juro que me siento igual — ¿Qué puedo hacer para que me ames? — Yo... Yo ya te... —dímelo, dímelo y te juro que lo haré.

Comencé a llorar.
—Tonto... ¿Qué quieres que te diga? Si siento que camino sobre las nubes cuando me miras, tiemblo como una hoja cuando te acercas a mi, me siento como un niño, tan vulnerable... Y eso no es bueno... Porque cuando esas sensaciones se van... Yo... —cerré la boca y bajé la mirada, no quería ver su expresión.

Cuando esas sensaciones se van, llega la paz y la comodidad de tenerte a mi lado... No me lo explico, menos me lo creo. En tan poco tiempo te volviste tan importante para mi ser, que me aterra.

Hubo silencio...

Hasta que él lo rompió...

—Dime lo que sientes, Jungkook. Me iré a Seul a menos que me des una razón para quedarme.

Los Matices De La Palabra Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora