Extra.

5.1K 764 260
                                    


Cuando el amor es verdadero, dura para siempre.

Sujetó su mano para darle contención, tal vez decirle "estoy aquí contigo".
En los tres años que llevan juntos, esta era la primera vez que Taehyung dejaba a Jungkook acompañarlo al cementerio. "¿Por qué?" preguntó el pelinegro una vez, "No quiero que me vean llorar" fue la respuesta.

Pero esta vez fue distinto, el mismo Taehyung fue quién le pidió que lo acompañara.

Devolvió el apretón mientras unas lágrimas caían de su mejilla.

—Es de quién te hablé. —sosurró. Jungkook lo miró y su corazón se apretó. Eran contadas con los dedos de una mano, las veces que él había podido ver a su esposo llorar por tristeza. —Me ha hecho tan feliz, que a veces peco de olvidarte por ocasiones. —rió un poco— sobre todo cuando estamos-

—¡Taehyung! —Jungkook tiró un poco de su brazo.

—Lo siento. —sonrió y soltó su mano para limpiarse las lágrimas. Se agachó al lado de la tumba y dejó el ramo de flores. —Noona, gracias por enseñarme a ver la Luna. —se levantó.

—Fue buena, ¿eh?

—Lo fue, mis padres la adoraban.

—Son buenos padres también.

Sonrió de lado —Los mejores.

—No los mejores.
Taehyung lo miró casi ofendido, sus padres eran una parte vital en su mundo. Jungkook lo miró con expresión calma. —Los mejores seremos nosotros. —picó su nariz.

Rió —Hablando de eso, hay que ir a ver a Wheein.

—La consentida. —bromeó.

—Nuestras consentidas.

—Je t'aime.

—Ya dejamos Francia atrás, Jungkookie. Vamos.

—Dices eso porque nunca se te dio bien el francés.

—Cuando legalicen el matrimonio en Corea, quiero casarme de nuevo aquí. Así no pareceré un tarado tratando de pronunciar un acepto.

Caminaron de la mano hasta el auto.

Más tarde, partieron rumbo a Busan.


—Hey, pensé que vendrían más tarde. — Wheein los recibió en su casa. —Creí que iba a tener que desayunar sola, ya que Seokjin aún no se levanta. —suspiró. Taehyung no pudo evitar posar su mano en la barriga de nueve meses que cargaba con la sangre de Jungkook.
La castaña sonrió —Ella está bien. ¿Ya terminaron de instalarse en Seúl?

—Yep.

Ellos habían estado viviendo juntos en Seúl, al segundo año juntos, Taehyung le propuso matrimonio y decidieron que sería en Francia, donde se instalaron un tiempo, Jungkook aprendió rápidamente el idioma, más Taehyung... Digamos que todo se le daba bien, menos los idiomas.
Más tarde, decidieron que tener un hijo propio sería hermoso, por lo que buscaron, con ayuda de los padres de Taehyung, alguna mujer dispuesta a cargar con su hijo y entregarles la custodia. Algo un poco más difícil que un simple viaje al exterior como lo fue su matrimonio.
Para suerte de Taehyung e incomodidad de Jungkook, Wheein se había enterado, gracias a que era pareja de Jin y, según Jungkook, éste no sabía cerrar la boca. Grande fue su sorpresa cuando ella se ofreció a cargar con el embarazo y Jin estuvo de acuerdo, con la sola condición de ser los padrinos, a ambos le gustaban los niños, pero ni por todos los demonios querían criar uno.

Wheein estaba loca de alegría de saber que cargaría con el hijo de Taehyung, según ella, de la convinacion, saldría el ser más hermoso del mundo.
Triste fue para todos cuando se enteraron de que Taehyung era estéril.
Jungkook sería el padre biológico.
Wheein bromeó diciendo que aunque saliera feo como el padre, recibiría mucho amor.
La alegría más grande hasta el momento, llegó cuando se enteraron de que había quedado y que sería niña.
Jungkook y Taehyung se establecieron en Busan hasta hace unos días, que decidieron ir cambiando ya sus cosas hacia Seúl.

Los Matices De La Palabra Amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora