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Jungkook y el miedo.

Pasaron dos semanas y algo desde aquella cita.
No he ido a la cafetería. Tenía miedo de volverlo a ver. ¿Por qué? Porque me sentí muy bien junto a él y ya no puedo permitirme eso.

Aquella vez, Taehyung me acompañó a casa.
Quise decirle que me sentí muy bien y cómodo junto a él, que deberíamos volvernos a ver, que su compañía era grata, pero lo único que le dije fue:

Bueno, Taehyung, fue mejor de lo que esperé

Debí decirle, debí decirle que quería otra cita.
El sólo sonrió y:

—Me alegro haber superado las espectativas. Gracias por la oportunidad.

Debí decirle, debí decirle que hace tiempo no la pasaba así de bien.
Pero sólo asentí:

—Espero que haya valido el tiempo que te hice esperar.

—No te preocupes por eso.

Está vez no sonrió, simplemente se despidió y se fue.
¿Qué quiso decir con que no me preocupe?
¿Lo hice sentir mal?
¿Sintió que no valió la pena la espera?
¿Mi egoísmo, el sólo pensar en mi, lo hirió?

¿Por qué soy tan egoísta?
¿Por qué me detengo a mí mismo?
¿Por qué prefiero esconderme en una oscura madriguera y alejarme de todos a admitir que me equivoque y elegí el amor incorrecto?

Él dijo algo durante la cena:

—¿Por qué ya no crees en el amor?

—¿Tuve una mala experiencia?

—¿Cómo?

—Me engañaron... Tú estuviste cuando lo dije.

—¿Sabes por qué?

—Porque quiso, yo qué sé sus razones.

—¿No preguntaste?

—¿Para qué? Ya no importa

—Pero ¿vivieron lindos momentos o no?

—Como toda pareja... Pero todo acabó.

—Y lo de menos... ¿No sería buscar una forma de entenderlo? El porqué lo hizo, escucharlo. ¿Desahogarse ambos?

—Yo... No quiero saber.

—El conocimiento es poder, dicen. Si no sabes, nunca vas a poder avanzar.

Y yo quiero avanzar.
No quiero esconderme en mi madriguera.
No quiero ser olvidado.
Quiero llamar a mi familia, hablar con mi mejor amigo. Estar bien con Jimin.

Él dejó de insistirme, dejó de hablarme.
Hoy, hablaré con Jimin.
Esta mañana, sería yo el que hable primero.






Bien, ahora estoy frente a su casa, lo único que tengo que hacer es tocar el timbre, ¿no?

Ah, el departamento de Jimin no trae timbre. Bueno, como sea, golpear la puerta, sencillo.

Iba a dar media vuelta y marcharme, pero vino a mi mente esa galleta burlona que me llamó cobarde y no, a mi ninguna galleta imaginaria me llamaría así.

Golpé y esperé.

Y hubiera preferido huir o seguir esperando que verlo a él.

¡¿Qué hacía él en el departamento de Jimin?!

El chico de los abrazos, estaba frente a  mí, abriendo la puerta.

Mi corazón se paralizó.

—Supongo que vines por Jimin —dijo cuando se cansó del silencio. —¡Jiminnie!

¿Jim-Jiminnie? ¡¿Desde cuándo tanta confianza?!

—Tae, ¿quién es?

¡¿Tae?! ¡¿Tae?! ¡Hace semanas te lo querías comer vivo con la mirada!

¡¿Qué era esto?!
Entraría en pánico en cualquier momento.

—Jungkook —Jimin apareció, posicionándose al lado de Taehyung, y sonrió tan suave.

—Ji-Jimin... Yo...

—Tú eres justo a quien quería ver. No, a quien necesitaba ver. Pasa por favor.

Taehyung se movió hacia afuera y por instinto también me moví un poco para dejarlo pasar. Mis ojos seguían mirándolo.

¿Qué - rayos - hacía - ahí?

—Iré a trabajar. — le habló a Jimin. ¿Por qué no está viéndome?

Digo, ¡qué me importa! No tiene porqué verme.

¡¿Entonces por qué yo estoy viéndolo a él?!

—Claro, Tae, que te vaya bien y cuidate, por favor.

—Es un café, no correré mucho peligro —rió, fue suave, corto, pero rió, rió por Jimin, no por mí.

¿Pero qué me pasa? ¿Por qué me siento de esta forma?
Sí, bueno, Taehyung dijo todas esas cosas del destino y del amor, pero yo lo traté muy mal realmente, ¿por qué me quejaria de su actitud sobrante conmigo? No tengo derecho.

Dio una reverencia hacia él y se dio la vuelta para irse. Me sentí vacío, desplazado. ¿Por qué? ¿Por qué deseo con tantas ansias que me mire a mí? ¿Por qué deseo aunque sea un mínimo saludo?
Bajé mi mirada y traté de alejar esos pensamientos.

—¡Hey, Jungkookie! —alcé mi mirada, totalmente sorprendido. Él caminaba de espaldas, mirandome con una sonrisa. —¡Fue lindo volverte a ver! ¡Ve al café un día de estos! — se alejaba cada vez más por lo que puso sus manos al rededor de su boca, provocando el efecto de un megáfono. —¡Y por favor, trata bien a Jiminnie!

¿Qué era esto? ¿Por qué mi corazón latía tan fuerte ahora? ¿Por qué estoy tan nervioso?

¡Basta! ¡Ya no me quiero sentir así!

—¡¡Jiminnie, cuida de mi Jungkookie también, por favor!! —se dio la vuelta y siguió su camino.

¡Estoy perdido!

—¡¡Lo haré, descuida!! —gritó Jimin y voltee hacia él. Totalmente confundido. — ¿Tan rojo te vas a poner por eso? —no sonó molesto, sino divertido. Jimin lo decía sin enojos.

Toqué mi rostro y lo sentí sumamente caliente.

—Vamos, Jungkook, entra. Tenemos mucho de qué hablar.

¡¡TOTALMENTE PERDIDO!!

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