v e i n t i u n o

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Ha Neul se encargó de llamar al doctor Kim para hacerle saber que Yoon Gi estaba con ella, a salvo, y que regresaría al hospital al día siguiente. Pero esa noche se quedaría allí, en casa, a su lado. También llamó a la madre de Yoon Gi, quien lamentó no poder ver a su hijo antes de volver a Daegu, a su hermano Jun Ki y a los muchachos. Todos quedaron más tranquilos al saber que estaba con ella después de escapar del hospital. En ese momento, ambos estaban acostados en la cama. Ella reposaba sobre su torso, abrazándolo con ambos brazos, con la barbilla en su pecho para poder observarlo fijamente, mientras que el pelinegro mantenía los ojos clavados en el techo, sumido en sus pensamientos, aunque jugando con su cabello entre sus dedos. ¿En qué estaría pensando con tanta calma? La muchacha plantó un beso en su pectoral izquierdo que consiguió llamar su atención y le sonrió cuando sus miradas se encontraron. Él le devolvió la sonrisa.

- Gracias por eso – le escuchó decir con una voz ronca y grave que le provocó un cosquilleo en el estómago -. En verdad necesitaba estar contigo.

No pudo evitar reír con las mejillas sonrojadas por sus palabras.

- Cuando quieras... - admitió en un tono pícaro. Y se ganó un guiño de parte de Yoon Gi.

El aludido la tomó por las axilas, como si se tratase de una niña, y la levantó lo suficiente para que sus rostros quedaran uno frente al otro. Ha Neul tuvo que colocar sus codos a los costados para sostenerse y no aplastarlo, pero él la obligó a llevar sus brazos detrás de su cuello para que siguiese abrazándolo. ¡Cómo disfrutaba de la sensación de sus pechos desnudos chocando uno contra el otro! El sentir el latido de su corazón llevando el mismo ritmo que el suyo era el sonido más hermoso en el mundo. Yoon Gi la rodeó con uno de sus brazos y, con la mano que tenía libre, le acunó la mejilla con una delicadeza que siempre le robaba el aliento. ¿Era posible que una mano tan grande y masculina como esa pudiese tocarla como si se tratase de una pieza de porcelana? Cerró los ojos con el contacto y giró levemente la cabeza para plantar un beso en su palma. Todo es perfecto, pensó para sus adentros. ¿Por qué ahora, entonces? ¿Por qué cuando todo parece ir bien? Apenas se habían recuperado de haber perdido a su hijo, ¿por qué la vida los golpeaba nuevamente? Ani, no llores, se recriminó al mismo tiempo que apretaba los párpados, pero las lágrimas rodaron por sus mejillas de todas maneras. ¡Diablos, Ha Neul!

- Shhh... - escuchó a Yoon Gi, y pasó un pulgar por su piel para barrer las gotas saladas que siguieron cayendo – Por favor, no llores, mi amor. Sabes cuánto me duele verte llorar.

Negó con la cabeza, incapaz de articular una palabra sin que se quebrase, y se escondió en el hueco que se formaba entre el cuello y el hombro del muchacho. La mano de él se deslizó hasta su nuca y la abrazaba con firmeza, siseándole y besando su cabello para calmarla. Se quedaron en esa posición hasta que Ha Neul volvió a respirar normalmente, volvió a separarse unos centímetros para poder enfrentarse y, con el índice, la joven empezó a dibujar las facciones de Yoon Gi. Acarició su frente, sus cejas, su nariz, dibujó círculos en sus mejillas y, al llegar a sus labios, se inclinó para romper la distancia y se los besó con dulzura. Sin embargo, lo que ella había querido que fuese un contacto mínimo, terminó convirtiéndose en un beso abrumador y apasionado que la privó del resto de sus sentidos. El pelinegro, en cuanto sus bocas se rozaron, apretó su cintura para que pudiera sentir la rigidez de su pelvis contra su vientre y la hizo rodar para poder quedar encima. Sin soltar sus labios, Ha Neul era capaz de percibir los tintes de desesperación y no pudo resistirse. Quería hacerlo feliz, quería apaciguar sus miedos. Lo que él quisiese, ella se lo daría sin pensarlo.

Volvieron a amarse varias veces durante la noche y, cuando el sol comenzó a mostrarse a través de la ventana, Yoon Gi finalmente quedó plácidamente dormido. La joven, en su lugar, no había podido conciliar el sueño ni una sola vez así que, sin despertarlo, se levantó de la cama, volvió a colocarse la camisa de Yoon Gi, tomó su teléfono y salió por la puerta al pasillo del edificio. Todavía tenía dudas acerca de lo que había ocurrido el día anterior por lo que no dudó en llamar al doctor Kim primero, quien ya estaba al tanto de lo que le había sido informado a Yoon Gi en el hospital. El hombre le hizo saber que la cirugía de extracción planificada debía cancelarse y que, en su lugar, se llevaría a cabo una cirugía de reducción, pero no tenían esperanzas en que fuese a servir de mucho. Al parecer, los tratamientos no estaban sirviendo de mucho por el resultado de sus exámenes y lo mejor que podían hacer era continuar con algunos medicamentos que retrasarían algunos síntomas, pero nada más que eso.

Because It's You  [Yoon Gi - BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora