Because It's You [Yoon Gi - BTS]

v e i n t i n u e v e

La mañana de su boda, Yoon Gi y Ha Neul se levantaron antes del amanecer para poder hacer una visita rápida al cementerio. Buscaron la tumba de Tae Hyung, se pusieron sobre sus rodillas y rezaron por lo que les supieron horas, en silencio. Cada uno mantuvo sus pensamientos en sus cabezas, dieron gracias, pidieron disculpas y, finalmente, expresaron su última despedida.

¿Quién sabía si volverían a tener tiempo para ir a verlo después de ese día? Sus vacaciones habían terminado algunos días atrás, lo cual significó su regreso a la realidad. Con la presencia de Hae Jung, Min Seo y su madre, el planeamiento de la boda se hizo mucho sencillo y le dio el tiempo para atender sus demás prioridades, como era su trabajo y sus próximos exámenes. También pudo divertirse junto a sus amigos y Baek Hyeon, a quienes había descuidado esas semanas debido a su larga lista de responsabilidades. Nam Joon era al único al que veía seguido por el apartamento porque, al ser su vecino, siempre se ofrecía en ayudar a Yoon Gi cuando ella no estaba en casa. Sin él, probablemente no habría sido capaz de quedarse tranquila cada vez que salía por la puerta. Afortunadamente, el castaño mostraba una actitud mejorada después de la semana en la isla, y eso hacían el proceso más fácil para todos, en especial Ha Neul. Todavía mostraba síntomas que evidenciaban la degeneración cerebral por culpa del cáncer, pero al menos lo soportaba con una sonrisa. Incluso cuando perdía momentáneamente la memoria y ella debía ayudarlo a recordar, aunque fuese su propio nombre. Lo lastima tanto olvidarse de mí, se daba cuenta. Sin embargo, al menos por ese día, todo podía quedar finalmente atrás. Por algunas horas, lo único que importaba era el hecho de que se casarían y prometerían, en frente de su familia y amigos, que se amarían para siempre. Sin preocuparse por cuánto en realidad significaba ese "para siempre".

Se limpiaron la tierra que les quedó en las rodillas de sus pantalones, llevaron a cabo una inclinación pronunciada hacia Tae Hyung y, abrazados, dieron media vuelta. Ha Neul lo ayudó a caminar hasta la parada de autobuses y ambos se sentaron a esperar. No habían querido pedirle a Seok Jin que los llevase porque aún era temprano y seguro estaría durmiendo. Los encontrarían recién al mediodía, algunas horas antes de la ceremonia. La boda comenzaría en la tarde, en la iglesia, y luego se moverían a un salón de fiestas cruzando la calle donde podrían cenar, beber y bailar hasta tarde. Las mujeres Min, su madre y Chun Hei – quien había llegado dos días atrás – la ayudarían a prepararse en el apartamento de Ji Min, ya que contaban con más espacio y estaba cerca de la zona. Yoon Gi, una vez prometió no intentar verla antes de la boda, también se cambiaría en el apartamento junto con los demás muchachos. ¡Sería un día ocupado! ¿Por qué se sentía tan tranquila, entonces? Quizás porque no estoy sola en esto, admitió para sus adentros al mismo tiempo que pensaba en el esfuerzo de sus padres para viajar a Seúl a darle una mano.

Como les quedaba en el camino, propusieron detenerse a desayunar en la cafetería de Dae Ho. Tanto él, como sus compañeros de trabajo Ji Wook y Yong Hee, estaban invitados a la boda, pero habían arreglado abrir la tienda por horas hasta que tuviesen que ir a prepararse. Todos los saludaron con una sonrisa, a excepción del dueño, mientras tomaban asiento en una mesa pegada a la ventana. Ordenaron tanto como les fue posible - porque sabían que su familia y amigos no les darían tiempo de almorzar una vez se encontraran con ellos -, charlaron animadamente acerca de lo que imaginaban que sucedería esa noche, como que alguno de los muchachos se embriagase, y, después de que Dae Ho los echara de un empujón cuando intentaron pagar la cuenta, siguieron su camino al apartamento de los demás. En frente del edificio, el teléfono de Ha Neul comenzó a repiquetear. Se trataba de Chun Hei.

- Es hora – admitió en un suspiro la muchacha, sin responder la llamada -. Será una locura.

Yoon Gi se le colocó adelante, arrastrando uno de los pies, y la enfrentó con una sonrisa.