Delirio

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Dícese de un estado de alteración mental, generalmente provocado por una enfermedad o un trastorno, en el que se produce una gran excitación e intranquilidad, desorden de las ideas y alucinaciones

Madrugada del 24-12-2007

Luis está aterrado y no es para menos. Nadie se imagina lo que ese hombre podría llegar a hacer por algo de dinero. Rubira sería capaz de vender hasta su propio hijo, sangre de su sangre.

Se debate entre dar un paseo por la casa o buscar apoyo moral en alguien. Camina despacio sobre la madera del suelo e involuntariamente se dirige a la última habitación de la planta, donde descansan los más pequeñas de la casa.

La primera cama, la de Ana. Se dedica a contemplar a la canaria durante unos segundos y muerde su labio inferior al descubrir como está a punto de caerse del colchón, mueve un poco su cuerpo y la coloca en el centro para poder taparla bien con uno de los edredones que encuentra sobre la cómoda.

Aitana y Amaia duermen abrazadas a sus respectivos peluches, comparten colchón y la misma expresión en el rostro, ambas con el ceño fruncido y es que aunque digan lo contrario siguen con el miedo metido en el cuerpo por la estúpida historia de terror que Miguel decidió contarles. Deja un beso en la frente de cada una, ellas suspiran a la vez al notar el contacto.

Miriam parece encontrarse en medio de una pesadilla. Sus pies se mueven nerviosos a la vez que su barbilla tiembla. Aunque Luis sabe que es mas que probable que si la niña se despierta y lo ve ahí sentado junto a ella, le pegue una patada en el culo que lo mande al otro lado de la habitación, pero él siempre ha tenido complejo de héroe y en esos momentos poco le importa que Miriam se queje. Con toda la delicadeza que posee tira de la gallega hasta tenerla entre sus brazos y así poder mecerla contra su pecho, intentando tranquilizar su sueño.

Cierra los ojos y recuerda aquel veinte de agosto de hace un par de años. Fue el día en el que Miriam llego a Terrasa, su madre acababa de fallecer, después de varios años de lucha contra un cáncer en el pecho izquierdo que finalmente no logró ganar y su padre lo había hecho mucho antes de que ella naciese en un accidente de trabajo.

Llegó en taxi junto a su hermano Efrén, que vestía un uniforme militar. Miriam escondía su cuerpo detrás de su corpulento hermano.

Un Luis que por aquel entonces tan solo tenía dieciséis años, desayunaba tranquilamente mientras admiraba el frondoso jardín que rodeaba la casa cuando los vio llegar, se apresuró a salir en su búsqueda sujetando entre las manos unos globos que Noemi había comprado especialmente para su llegada.

-Bienvenidos chicos, ¿Qué tal ha ido el viaje? – pregunta Luis con su marcado acento gallego.

-Estamos agotados, la verdad. Y pensar que a mi aun me queda un vuelo eterno hasta llegar a Lạng Sơn – su hermana solloza al escucharlo hablar y Efren se encarga de sujetar su mano acariciando uno por uno sus dedos.

-¿China? – pregunta él de forma tímida.

-Vietnam – responde el chico lanzándole una sonrisa – Pertenezco a las fuerzas especiales del país.

- ¿En que consiste tu trabajo? – Luis ayuda al otro gallego a bajar las pertenencias de la niña del maletero del coche que ha conducido desde Galicia hasta Cataluña.

-Estamos entrenados para llevar a cabo misiones de combate de acción directa e indirecta – ríe ante la cara de desconcierto que ese tal Cepeda esta poniendo - Las operaciones de acción directa son ofensivas. Las operaciones indirectas son habitualmente de reconocimiento, destinadas a la obtención de información. Operan sobre la base de grupos pequeños, dependiendo de la misión.

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