¨Dícese de un estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra¨
Aitana se despierta sobresaltada en mitad de la noche. Se lleva una de las manos al flequillo para colocar el destrozo con premura y la otra mano se la lleva al pecho.
Los sollozos siguen emitiéndose muy cerca de su cuerpo y suspira aliviada al suponer que se tratará de Pablo con ganas de un biberón nocturno que le ayude a volver a conciliar el sueño.
Pero no.
Pablo descansa con el chupete sobre su boca moviéndose de forma acompasada, siguiendo el ritmo calmado de su respiración. Con sus pequeños dedos sujeta una fina manta que si ella mal no recuerda pertenecía a la madre de Miriam, la gallega solía usarlo para consolarse cuando se sentía sola o triste. Le parece un gesto precioso que haya cedido uno de los objetos más preciados que tenía en su vida a su hijo.
Otro quejido le hace volver a tierra y percatarse de que el pecho de Luis se mueve de forma frenética, forzándolo a expulsar de manera involuntaria un sin fin de ruidos proveniente de sus labios.
-¿Luis? – lo llama con la voz más tranquila que ha sabido poner intentando que no parezca que está asustada- ¿Te encuentras bien?
No obtiene respuesta por lo que la catalana intuye que se trata de una pesadilla, se levanta del colchón con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco que despierte al niño, que por suerte parece tener un sueño profundo y se acerca con cautela al cuerpo del gallego que no para de temblar.
-Luis, despierta - ordena con la voz lo suficientemente firme.
Roza con su mano la frente del chico y se agobia al percibir varias gotas de sudor en ella. Menea su cuerpo un par de veces intentando en vano que despierte de ese sueño, pero lo único que obtiene son sollozos mucho más ahogados.
Cuando está a punto de salir corriendo por la puerta en busca de la ayuda de Miriam, Cepeda se incorpora de un salto en la cama después de un grito que a Aitana le ha parecido aterrador.
Sus miradas se encuentran en mitad de la oscuridad y Luis tiene que hacer un esfuerzo en concentrarse en esos ojos que cambian de color según la luz para poder tranquilizarse.
-¿Estás bien? – pregunta con temor encaminándose hacia su cuerpo.
-Si, tranquila – responde él cerrando los ojos – Ha sido una pesadilla, no pasa nada, es normal.
Aitana y Cepeda han pasado miles de cosas juntos, se han visto llorar, han reído hasta que sus ojos se cerraban por culpa del sueño, han bailado hasta pisarse los dedos, han cantado, han tocado el piano hasta dolerles las manos, pero la catalana podría jurar en ese mismo instante que jamás había visto esa mirada herida y llena de sufrimiento en él.
Como nunca ha sabido muy bien cómo actuar en estos casos se deja llevar por sus instintos más primarios y se acerca a él para poder abrazarlo con fuerza. Pasea una de sus manos por su espalda en repetidas ocasiones consiguiendo que instantáneamente su corazón adquiera un ritmo normal.
No sabe cuánto tiempo permanecen inmóviles el uno pegado al otro, pero a Aitana le parece el suficiente para creer que Luis se ha dormido sobre su hombro gracias al movimiento monótono que estaba ejerciendo sobre su columna vertebral. Se libera del agarre con delicadeza y descubre su mirada algo más aguada de lo normal.
-Lo siento, no quería que me vieras en este estado – se disculpa acariciándole los hombros – Tampoco quería despertarte, por eso era mejor que durmiera en el sofá.
-Ni se te ocurra pedirme perdón por esto – suplica devolviendo la caricia en su mejilla - ¿Suele pasarte muy a menudo?
-Desde hace unos cuantos años – baja la mirada hasta las sábanas, porque aunque no esta mintiendo no pretende decir en voz alta que lleva despertándose al menos una vez por semana entre gritos y sollozos. Más o menos le ocurre desde el momento en el que las perdió a ellas de vista en aquellas escaleras borrosas por culpa del humo y la escena de Miriam atrapada entre las llamas de la azotea. Recordar ese momento hace que su mano viaje directamente a las cicatrices de su costado, rozándolas por encima de la camiseta puede notar el calor que a él le parece que sigue desprendiendo – Vamos a dormir, anda.
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Incandescente
FanfictionConocemos como fuego al conjunto de partículas o moléculas incandescentes de materia combustible, capaces de emitir calor y luz visible, producto de una reacción química de oxidación acelerada. El fuego puede destruir todo lo que encuentre a su paso...