Ósculo

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"Dícese de un beso de respeto o afecto"


Vietnam 15 de septiembre de 2005

Lo habían avisado antes de salir de su país de origen, en el mismo hotel de Madrid donde pasó la última noche en tierras españolas.¨En cuanto el avión aterrice comenzarás una etapa de aprendizaje, algo que quieras o no te cambiará como ser humano¨, algo así había dicho el sargento encargado de aquella misión.

Y fue cierto.

Apoyado contra la ventanilla de aquel coche destartalado Efrén presta atención a cualquier mínimo detalle de la ciudad de Lạng Sơn. Se están alejando del centro, pero aun puede divisar la estructura de las viviendas en las que abundan materiales naturales y de bajo coste, como el bambú o tallos de árboles. Con el paso de los días ha aprendido que el uso de dichos instrumentos es simplemente por la facilidad para poder remplazarlos por otros nuevos, las continuas tormentas que azotan al país suelen conseguir devastar todo aquello que se encuentre a su paso, incluidos los hogares de todo aquel que vive allí.

Los pastos frondosos y verdes que rodean al coche le hacen recordar el maravilloso paisaje donde se crío y también la carta que lleva escondida en el bolsillo de su uniforme le hace aferrarse cada vez mas al recuerdo de su infancia, y por supuesto a su querida hermana pequeña.

El territorio donde habita con el resto de la milicia desde hace varias semanas es carne de continuas invasiones, pero desde que ellos llegaron, los aldeanos agradecen el poder vivir en paz.

El gallego está completamente seguro de que esa gente no conoce el verdadero significado de la palabra paz.

Ningún lugar puede estar en paz cuando mas de la mitad de la población va cargada con un rifle a sus espaldas.

Después de mas de dos horas de trayecto por caminos sin asfaltar llegan al punto crítico del pueblo. Sus superiores enviaron desde el cuartel una alerta de que anoche alguien merodeaba por el campo de entrenamiento que las fuerzas armadas españolas tienen para practicar y ejercitarse. Su compañero Manuel es el primero en darse cuenta de que un grupo de hombres completamente armados interrumpe la entrada a las ruinas.

-Don't stop, đừng dừng lại – logra chapurrear Efrén al conductor de origen vietnamita que lo mira con los ojos a punto de salirse de su lugar.

Para cuando él consigue hablar el taxista ya había frenado varias marchas del vehículo, haciendo incipientes su parada.

Fue el joven el primero en salir del vehículo con las manos en alto, asegurándose con anterioridad de cargar su arma por si era necesario usarla.

En aquel lugar no solo simulaban batallas para estar preparados para cualquier tipo de guerra o conflicto cívico, sino que resguardaban varias cajas con medicamentes que podrían salvar muchas vidas. Al distinguir el color negro que aquellos hombres llevaban en un pañuelo atado al cuello se dió cuenta de que no pertenecían a la comunidad que los habia acogido, más bien se trataban de los representantes de un pueblo al otro lado del lago Phai Loan, con los que estaban en guerra.

Estaba claro que el objetivo de aquella visita era obtener los medicamentos que el estado Español les había mandado y venderlos en el mercado negro para así conseguir un buen bote.

Efrén no iba a permitirlo pero todo ocurrió demasiado rápido.

El sonido estrepitoso de un arma justo detrás de su nuca lo hizo girarse y mirar con rabia a uno de sus compañeros, que preso del pánico había apuntado el gatillo en dirección al cielo.

Incandescente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora