Esta es la historia de Natalie, una joven común que no cree en el amor, pero la vida es caprichosa y se encargará de sumergirla en un triángulo amoroso entre dos chicos. Las confusiones estarán a la orden del día y no le permitirán decidirse por uno...
Está canción es la que más le acomoda a la situación.
Estaba tan contenta que no podía creerlo. Estaba en shock. Jamás pensé que mi papá reaccionaría así de bien. Le avisé a Rafa y estaba súper contento también y cuadramos para vernos el fin de semana siguiente.
Cuando llegó el día, estaba súper nerviosa, como siempre. Últimamente mis nervios estaban al borde de todo, casi no comía porque el estrés me quitaba el apetito y porque cuando hablaba con Marcos me sentía tan bien que olvidaba comer y cuando llegaba Rafa, pues comía menos.
Ese día era el cumpleaños de Marcos, lo llamé súper temprano de nuevo y le conté de Rafa, él se alegró por mí y me pidió que luego le contara con detalles como nos iría. Luego de eso, corrí a arreglar la casa, quería que todo estuviera perfecto.
Horas más tarde, llegó Rafa, súper lindo como siempre, me llenó de chocolates como de costumbre y se lo presenté a todos en la casa, pero mi papá quién había tomado todo tan bien al principio le regaló su peor cara y le hizo la estadía bastante incómoda a Rafa. No conforme con eso, mi hermanito se empeñó en molestar a Rafa durante toda la visita, lo despeinaba con un condón que infló como un globo, soltó el perro y por si fuera poco el perro le antojó de hacerle el amor a su zapato.
Lo más triste es que eso no fue todo, para completar, mi hermano le lanzó el gato encima y mi abuela le mostró la escopeta que guardaba para casos de emergencia.
Cuando se despidió ni siquiera pudimos darnos un beso porque todos estaban expectantes así que nos conformamos con un pequeño besito y se fue.
Se llevó la peor impresión de la vida de mi familia. ¡Qué horror! La visita fue un total desastre.
Estaba tan avergonzada con Rafa, pero bueno, él se lo buscó, le había dicho millones de veces que mi familia era bastante particular y él no me hizo caso.
Juro que pensé que ese día terminaría conmigo, pero milagrosamente no lo hizo, lo que hizo fue dedicarme la canción de Ricardo Arjona, "Casa de locos".
Cuando tuve oportunidad de escucharla vi tantas similitudes que solo pude reír a morir. Literalmente, vivía en una casa de locos.
Esa noche cuando Marcos llamó, se carcajeo en mi cara, bueno, en mi oído, estaba súper complacido con la anécdota, no paraba de reírse.
─¿De pana? ¿Tu familia hizo todo eso?─ inquirió entre carcajadas. Realmente estaba muerto de la risa por la Caótica visita de Rafa
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─Sí, ¡pero no fue gracioso Marcos! Pobrecito, de pana. Estaba molesto, pero lo tomó todo tan calmadamente, yo me hubiera mandado al infierno hace rato─ admití