Capítulo 29 ¿Eres Real?

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Estábamos tan cerca que podíamos sentir el aliento del otro. En mi mente me lo comía a besos, pero el tiempo pasaba tan lento. En ese momento recordé aquel sueño que tuve hace dos años atrás antes de conocerlo.

En mis sueños aparecía un chico que me tenía hipnotizaba y que ejercía tal magnetismo sobre mí que no me podía resistir a él. Tenía esas sensaciones justo con Marcos. «¡Era él! ¡Él era el chico de mis sueños!»

Lo miré de nuevo a los ojos y sus labios se fueron sobre los míos. El beso fue igual de salvaje e intenso que la primera vez, pero creo que más anhelado que antes. Pude sentir como mi piel se erizó ante su contacto. Sus brazos rodearon mi cintura para acercarme más hacia él y mis manos subieron instintivamente a cuello, no quería dejar de besarlo.

Olvidé que estaba en la terraza de la casa de mi tío, expuesta a todos sus vecinos, pero me importaba muy poco, el tiempo que estuvimos lejos era demasiado como para que eso me importará. Nuestro beso no era torpe, era como si el tiempo no hubiese pasado entre nosotros, sabíamos que hacer, cuando respirar, donde tocar.

«¿Cómo es eso posible? Marcos ¿de verdad eres real? ¿Cómo pude soñarte antes de que llegarás a mi vida?»

Por mi mente pasaba cualquier cantidad de cuestionamientos, pero los alejé de mi pensamiento, no quería que nada me hiciera no disfrutar de este momento tan perfecto, de nuestro reencuentro

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Por mi mente pasaba cualquier cantidad de cuestionamientos, pero los alejé de mi pensamiento, no quería que nada me hiciera no disfrutar de este momento tan perfecto, de nuestro reencuentro.

Nos detuvimos por un momento y en nuestros ojos se podía ver el deseo, como una flama ardiendo contra el viento, sabíamos que debíamos besarnos de nuevo. Podía sentir esa sensación electrizante en mi cuerpo cuando estaba con él, cuando lo tenía cerca, cuando lo respiraba. Tenía toda la piel erizada, el corazón se me quería salir del pecho y mí respiración estaba más que acelerada.

«¡Dios mío! Estoy perdidamente enamorada de él».

Luego de nuestro segundo beso nos abrazamos y nos mantuvimos así abrazados por largo rato. Podía sentir su corazón latir con fuerza, al igual que el mío, iban al compás de una armoniosa sinfonía, su respiración estaba acelerada, como si dentro de él estuviese conteniendo sus más profundos deseos, su sed de mí.

−Eres perfecta muñequita. Eres única. Solo contigo siento mil cosas− confesó entre un largo suspiro

−Tú eres todo para mí, Nonestito. Nadie más que tú me hace sentir todo esto que siento− confesé

−¿Ni con Rafael?− preguntó con curiosidad.

«¡Lo sabía! Este era ese sentimiento de temor que me rondaba».

−Con Rafael no sentí nada igual. Me siento mal por él– admití. De verdad me sentía mal. −Cuando pienso en lo que teníamos realmente no sé porque estaba con él. Jamás sentí con él lo que siento contigo. Me siento mala persona– confesé y agaché la mirada

Malditos Recuerdos (Saga Recuerdos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora