Malditos Recuerdos (Saga Recuerdos #1)

Capítulo 31 Hasta pronto

Los tenues rayos de luz del sol me hicieron despertar antes de que sonara la alarma. Estaba tan emocionada por haber visto a Marcos ayer que mi sonrisa estaba como tatuada en mis labios.

Me levanté rápidamente y me di una ducha, me arreglé aprovechando que había despertado temprano. Me maquillé ligeramente y ayudé a tío Lucas con el desayuno, bueno, en realidad él lo hizo todo, pero yo lo ayudé a preparar zumo de naranja, y aquí entre nos, me quedó tan rico, que hasta yo misma me sorprendí. Excelente servicio.

Cuando mi madrina despertó ya todo estaba casi listo y adelantado. Mientras ella y mi hermana se arreglaban, le envié mensajes a Marcos, le avisé que ese mismo día nos regresábamos a casa.

Honestamente pensé que estaríamos unos días más, pero habíamos comprado todo y según mi madrina no tenía sentido quedarnos más tiempo. En realidad lo que no quería era que Marcos nos siguiera los pasos, pero bueno, no pude hacer mucho.

Ese día mi madrina quiso descansar un rato más antes de salir, así que pasamos toda la mañana en casa del tío Lucas y parte de la tarde conversando con él y preguntando por mí tía Soraya y mi prima Samanta.

Aún cuando la conversación era amena, me comenzaba a desesperar porque no sabía a qué hora iríamos al terminal, no quería que el tiempo pasará y que por alguna razón no pudiera despedirme de mi Nonestito.

Justo cuando ya estaba por comerme las uñas de preocupación y estrés, mi madrina decidió que era buena hora para irnos al terminal.

─Vamos saliendo mis niñas─ demandó.

Recogí mis cosas rápidamente y salimos rumbo al terminal. Curiosamente, habían hecho que el mercado textilero coincidiera con el terminal y era un lugar ya conocido para todos.

Lo primero que hicimos al llegar fue comprar los boletos y luego de eso, colocamos nuestras maletas en un carrito para así no tener que alzar peso.

Generalmente los buses salían a las 9:40 de la noche y a las 10:40 y habíamos llegado a las 3:00 de la tarde, así que nos faltaba un buen rato para poder salir de Caracas. Agradecí al cielo por haber llegado a tiempo, estaba rezando por quedarnos un día más, pero mi suerte no fué tanta.

Le escribí a mi None y mi madrina nos recomendó dar algunas vueltas y ver las tiendas para hacer tiempo. Las vimos todas con detalle, literalmente. Las visitamos durante una hora y ya las conocíamos todas.

Allí descubrí que la paciencia no era una de mis virtudes y esperar tampoco.

Estaba aburrida de tanto caminar en círculos cuando recibí un mensaje y mi corazón sabía que era un mensaje de él.

Nonestito

Mi muñequita ya llegué, ¿Dónde estás?

4:28 pm

Mi respuesta no se hizo esperar, estaba ansiosa por verlo, le indiqué dónde estábamos y me envió otro mensaje de vuelta

Nonestito

Estás bellísima, como siempre

4:28 pm

Me intrigaba saber de dónde me veía y cómo me ubicaba tan rápido. Siempre me enviaba esos mensajes y no alcanzaba a ver de dónde venía.