Tuve que admitirlo, definitivamente, me estaba gustando Marcos.
Me costó dormir esa noche, pero logré dormir un poco durante la madrugada hasta que sonó la alarma. Dudé en levantarme un momento porque estaba nerviosa.
«¿Cómo vería de nuevo a Marcos a la cara? Sin embargo, moría por verlo, quería grabar su rostro en mi memoria porque no sabía cuánto tiempo se quedaría, así que, no lo pensé más y me levanté con una sonrisa en el rostro».
Marcos era mucho más alto que yo, de tez clara, su cabello caía a los lados, tenía una sonrisa hermosa, llena de picardía y unos ojos azules hermosos, por los que la mayoría de la gente podría morir, eran cautivadores.
La imagen de su sonrisa se dibujó en mi memoria al cerrar los ojos y podía continuar mirándola al abrirlos. Tenía una personalidad muy extrovertida, nada que ver conmigo y algo en su voz me atraía, no sé si era el acento o ese descaro para decir las cosas sin importarle la opinión de los demás.
Definitivamente, me estaba gustando Marcos.
─Claro, me tenía que gustar justo el único chico que no es de aquí─ me reprendí.
Se me escapó un suspiro mientras entraba al baño a darme una ducha. Me arreglé rápidamente y me fui al estadio, Angie me había llamado minutos antes avisándome que me esperaría en el estadio, en el mismo lugar de ayer. Mi familia completa me acompañó al estadio y me dijeron que los esperara en casa de Angie porque irían a la playa.
De alguna forma, eso me tranquilizó. Bajé del auto y mi corazón empezó a latir con tanta fuerza al estar frente a la entrada. Los nervios empezaron a hacer estragos en mi cuerpo, mis manos estaban heladas y mi rostro de seguro estaba todo colorado.
Busqué a Angie con la mirada y al encontrarla bajó de las gradas para decirme que Marcos quería hablarme. Al decirme eso creo que olvidé hasta saludarla y sin darme cuenta me tomó del brazo y me llevó tras ella.
─Mira, ¡allí está!─ señaló con el dedo y se percató de mis nervios. ─¡Oye, estás helada!─ comentó mientras me arrastraba hasta el Dugout de los chicos.
─Si, es que venía en el auto con aire acondicionado─ le mentí, por nada del mundo le diría que estaba nerviosa a morir. Cuando volví en mí ya estaba dentro de Dugout casi frente a Marcos.
─Te quería ver antes de que comenzara el juego─ añadió con emoción, la ayudante de Cupido
De pronto sentí como mi corazón se detenía al ver que Marcos venía hacia nosotras con una sonrisa de infarto.
─Hola Cosita Rica, ¿cómo estás?─ soltó sin más con esa hermosa sonrisa
─Hola Marcos, bien ¿Y tú?─ pregunté tratando de controlar mi agitado corazón
─Bien, pero ahora estoy mejor, porque estás aquí─ declaró y me sentí morir.
«Estaba a punto de fibrilar. Pude notar la agitación en su voz, antes de llegar estaba calentando y estuve a nada de derretirme por su comentario. ¡Maldita seas Cupido! bajé la mirada avergonzada»
─Ayer me sorprendiste con ese beso, de verdad no me lo esperaba─ admitió y lo sentí sincero
─A mí también me sorprendió─ solté sin medir mis palabras. De verdad no sabía hacia dónde mirar
─Te pusiste roja─ expresó con franqueza
─¡Eso no se dice!─ me quejé con suma vergüenza
─Te ves bella cuando te sonrojas─ confesó nuevamente
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Malditos Recuerdos (Saga Recuerdos #1)
RomanceEsta es la historia de Natalie, una joven común que no cree en el amor, pero la vida es caprichosa y se encargará de sumergirla en un triángulo amoroso entre dos chicos. Las confusiones estarán a la orden del día y no le permitirán decidirse por uno...